Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Televisión digital, ¿hacia dónde irá la Argentina?

La adopción, en 1998, del estándar de transmisión estadunidense ATSC para la televisión digital en la Argentina, podría significarle al país, en la visión de algunos especialistas, una interesante oportunidad para convertirse en factoría de la nueva industria, capaz de proveer por compatibilidad de norma a los países del cono sur.


 La adopción, en 1998, del estándar de transmisión estadunidense ATSC para la televisión digital en la Argentina, podría significarle al país, en la visión de algunos especialistas, una interesante oportunidad para convertirse en factoría de la nueva industria, capaz de proveer por compatibilidad de norma a los países del cono sur.


 Esta posibilidad se reforzaría si Brasil decide adoptar, como ya ha anunciado, una norma internacional pero con particularidades propias.


 La hipótesis se ve reforzada, según el ingeniero electrónico Juan Carlos Guidobono, por la compatibilidad existente entre la norma ATSC (TV digital) y la actual NSTC (TV analógica), que adoptaron en su momento la mayoría de los países del cono sur.


 Guidobono, quien es consultor en medios y referente en la Argentina de la Asociación ATSC (Advance Television Systems Commitee) Forum, una organización privada que se dedica a difundir las bondades de este estándar, recordó que cuando se instaló la televisión color, los únicos países que adoptaron el sistema PAL-N, --no es compatible con ATSC--fueron la Argentina, Uruguay y Paraguay.


 Según expresara a este diario, la experiencia derivada de esa decisión, habría sido la que movilizó a la Secretaria de Comunicaciones, en 1998, para decidir en un plazo de no más de 6 meses la adopción del estándar ATSC.


 No obstante, esa decisión sigue cosechando rechazos entre algunos técnicos argentinos.


 Uno de ellos, el ingeniero César Gervassi, gerente técnico de Canal 7 de Buenos Aires, con larga experiencia en sistemas digitales, aseguró que "la norma norteamericana es la peor de las tres" y la situó en tercer orden por sus atributos técnicos, detrás de la japonesa y la europea.


 "Si uno le pregunta a cualquiera de los técnicos que participaron en el proceso de elección del estándar argentino, todos coincidirán en que ATSC es técnicamente la peor norma. Aquí se plantearon otras cuestiones, como por ejemplo, la compatibilidad de los aparatos, la supuesta economía de escala, y hasta la conveniencia política", dijo Gervassi, aunque aclaró: "eso, en definitiva, no tiene nada que ver con el aspecto técnico".


 Indicó además, que el desarrollo de la televisión de alta definición en el país podría demorar algún tiempo, habida cuenta de que en los Estados Unidos aún no se logró superar el millón de receptores vendidos.

Temprana decisión. Existen tres normas que pueden aplicarse: la europea, DVB; la japonesa, ISDB-T, y la norteamericana, ATSC. Entre ellas, existen importantes diferencias técnicas, y los intereses políticos y comerciales que se mueven detrás de cada decisión de este tipo no son menores.




 En 1998, durante el gobierno de Carlos Menem, y en época de las recordadas relaciones "carnales" con los Estados Unidos, fue su secretario de Comunicaciones, Germán Kamerath, quien luego de seis meses de consulta con los sectores involucrados, anunció la elección de la norma norteamericana ATSC para televisión digital o de alta definición.


 Si bien en 2000 esa decisión quedó sujeta a la revisión de la Comisión Nacional de Comunicaciones, que prefirió esperar una pronunciación de Brasil, la Argentina en lo formal ya se definió.


 Guidobono, quien trabajó entre los años 1978 y 1990 en Canal 13 de Buenos Aires, y hasta 2001 ocupó la gerencia corporativa de las empresas audiovisuales del grupo Clarín, agregó que la lección que dejó en la Argentina la adopción del sistema PAL-N, en 1978, no deja lugar a dudas sobre la conveniencia de adoptar ATSC.


 Apuntó que los aparatos de TV usados en el país son trinorma, porque la industria, en general, basó su desarrollo en la norma NSTC, pero la Argentina optó por PAL-N.


 Gervassi indicó que aún se advierte poco interés entre los canales argentinos por desarrollar el mercado de televisión digital, básicamente porque casi todos están ocupados en reservar frecuencias, para tratar de evitar la llegada de nuevos competidores.


 Según manifestó, el principal argumento en contra de ATSC es que no permite el armado de redes en una misma frecuencia.


 "Las normas europea y japonesa sí lo permiten, porque se pueden usar reforzadores o amplificadores de señal", puntualizó.


 Según los especialistas, el tema es crítico porque a diferencia de la TV analógica, cuya señal pierde calidad en forma progresiva a medida que nos alejamos de la emisora, en la TV digital el área de cobertura está bien definida, y quien se encuentra fuera de ella directamente no ve nada.


 "La TV digital también tiene problemas parecidos en las zonas urbanas", acotó.


 Gervassi igualmente aceptó que si se adoptara la norma europea se deberían hacer rectificaciones en los receptores, para compatibilizar la diferencia de ancho de canal, pero consideró que "eso podría superarse con facilidad".


 "Yo soy partidario de que la Argentina constituya una nueva comisión, y decida por una norma que le convenga al país. Los radiodifusores, en su momento, también objetaron el proceso de elección que apuró Kamerath. Además, no hay que perder de vista que los radiodifusores brasileños siempre se manifestaron en contra de ATSC y a favor de la norma japonesa", opinó.


 En 1978, cuando se decidieron los estándares para la TV analógica, Brasil también se inclinó por PAL-N, pero introdujo modificaciones y adoptó el PAL-M, un estándar propio, llamado a convertir a ese país en epicentro de la industria de las comunicaciones en el cono sur.


 "Como la Argentina adoptó PAL-N, y la industria se inclinó mayoritariamente por NTSC, los argentinos debimos comprar aparatos trinorma y pagarlos un 30% más caros que en Chile", recordó Guidobono.

Televisión donde sea. Si se supone que en el futuro mediato la televisión digital ocupará un lugar preferencial en nuestras vidas, y que hacia allí mudarán infinidad de negocios masivos que hoy sólo existen en Internet, no es descabellado pensar en la existencia de una televisión "móvil" que responda satisfaciendo la demanda.




 Si el vaticinio se cumple, como algunos anticipan, ganarán quienes sean capaces de responder a la libre elección de sus clientes.


 "Una plataforma móvil del futuro, para alcanzar rentabilidad, deberá ofrecer servicios múltiples: teléfono celular, WI FI (banda ancha inalámbrica para Palm y notebook), y TV sobre demanda, porque a nadie se le ocurriría comprar un aparato portátil, si debe seguir dependiendo de la programación que establece los canales.


 "Si, por ejemplo, un usuario se sienta en un transporte público de pasajeros, y tiene la opción de ver el programa de su preferencia, eso sí se ve como algo interesante y rentable", señaló Guidobono.


 El especialista también aseguró que los últimos avances técnicos también dotaron al estándar ATSC de la posibilidad de brindar televisión "móvil".

Ventajas del oponente. El sistema europeo de televisión digital --DVB-- fue diseñado desde sus inicios para permitir el desarrollo de la televisión "móvil", básicamente porque al instalarse en 15 países distintos, debía satisfacer varias expectativas de desarrollo.




 "El DVB permite dar servicios móviles, con una cantidad de celdas similar --no igual-- a lo que sería un sistema de telefonía, pero no admite muchas señales de baja definición en una misma frecuencia", aclaró, sin embargo, Guidobono.


 Para algunos especialistas, una elección acertada sería aquella que contemple tanto los intereses de la industria y del mercado, como los de los radiodifusores. No hacerlo podría conducir a gruesos errores.


 Los estándares, en general, están concebidos para que los puedan implementar tanto grandes como pequeñas estaciones de televisión. Eso tiene que ver con la coexistencia de una televisión de alta definición (HDTV) y otra de definición estándar (SDTV), transmisión de datos y servicios interactivos, un segmento, este último, que algunos definen como una transicción entre la TV analógica y la de alta definición.


  Según sostienen desde ATSC Forum, los receptores diseñados para esa norma utilizan decodificadores para todos los formatos. De esta forma, los países que prefieren empezar con servicios de SDTV podrían pasar a HDTV cuando lo deseen, sin que los receptores originales se vuelvan obsoletos.

Rodolfo Angeletti/"La Nueva Provincia"