La muerte de un científico sacude al gobierno inglés
LONDRES (EFE y Reuters) -- La muerte del científico David Kelly ha causado una gran alarma entre la clase política del Reino Unido y puesto contra la pared al gobierno del primer ministro británico, Tony Blair.
El experto, asesor del ministerio de Defensa que habría informado a la BBC que el Ejecutivo exageró la amenaza iraquí para justificar la guerra, murió, según la policía, desangrado por un corte en las venas.
En una breve declaración ante la prensa, el superintendente David Purnell señaló ayer que el cadáver del doctor Kelly presentaba cortes en las venas de la muñeca izquierda y que al lado de su cuerpo fue encontrado un cuchillo y un tubo de un analgésico llamado Coproxamol, cuando fue descubierto el viernes pasado cerca de su casa de campo en Oxfordshire en el centro de Inglaterra.
Purnell no entró a valorar si la muerte del científico fue o no un suicidio pero dijo que, "aunque la investigación continúa, no hay indicación alguna, por el momento, que haya habido intervención de nadie en esta muerte".
Mientras tanto, en una gira por el Extremo Oriente, Blair hizo un llamado al "respeto y la moderación" ante las acusaciones lanzadas ante el descubrimiento de la muerte de Kelly.
"Espero que podamos poner a un lado las especulaciones y las acusaciones y contraacusaciones", expresó el primer ministro a los periodistas en Tokio cuando un reportero le preguntó si la muerte de Kelly estaba en su conciencia.
Sus palabras llegaron mientras la prensa británica se lanzaba sobre el gobierno por el manejo del caso Kelly.
Ayer y después de reconocer el cadáver, la familia de Kelly distribuyó un comunicado en el que dice que la vida de este hombre "fue últimamente intolerable y que lo ocurrido debe hacer reflexionar, mucho y muy profundamente, a quienes pudieran tener relación con el caso".
David Kelly, un hombre de 59 años, barba blanca, aspecto apacible, casado y con tres hijas, se encontró en medio de una pelea a cara de perro entre la BBC y el gobierno de Blair.
La BBC --quizá usando a Kelly como una de sus fuentes-- acusó al Ejecutivo de forzar la mano para justificar la entrada del Reino Unido en la guerra contra Irak.
A su vez, el gobierno, a través de Alistair Campbell, director de Comunicación de Downing Street y portavoz del primer ministro, negó tales extremos y pidió a la BBC que se disculpara.
Kelly, ex inspector de armas de la ONU en Irak, tuvo que comparecer el martes pasado ante el comité de la Cámara de los Comunes que se ocupa de estudiar cómo y por qué el gobierno decidió mandar tropas al Golfo.
El viernes por la tarde dijo a su consorte que salía de casa a dar un paseo, y ya no volvió.
Blair ordenó de inmediato una investigación judicial independiente para aclarar la muerte del doctor Kelly.
El líder de la Oposición conservadora, Iain Duncan Smith, sugirió a Blair que regresara a Londres y ayer le ha pedido, directamente, que convoque al Parlamento, que está en receso vacacional.