El "malo" más interesante de los últimos años
El actor Fabián Vena está concluyendo una de las temporadas en las que sus interpretaciones obtuvieron mayor repercusión, como el villano Mauricio Doval de la tira televisiva Resistiré, que le valió recientemente el premio Clarín como mejor protagónico y como su labor, nominada al ACE, junto a Alfredo Alcón en la pieza teatral Las variaciones Goldberg.
Los últimos capítulos de Resistiré, la novela que lo eyectó al pináculo de las estrellas televisivas por su composición del "maldito" más interesante de los últimos años de la pantalla chica, se avecinan.
Ese trabajo en la tira que lidera los niveles de audiencia en los últimos dos meses y que revolucionó algunos paradigmas de las telenovelas argentinas lo dejó --después de la premiación de Clarín-- fuertemente posicionado para repetir en los Martín Fierro que entrega APTRA.
Además de esta tarea televisiva descollante, Vena compuso junto a Alfredo Alcón uno de los protagónicos de la calificada y exitosa obra teatral Las variaciones Goldberg, labor por la cual fue ternado en los premios ACE a la producción teatral, que se entregaron el martes último.
"Efectivamente fue un año fuera de cálculo en el que imprevistamente se dio una combinación magnífica en la posibilidad de unir un trabajo extraordinario con un tipo fuera de serie como Alcón en el teatro y una movida tan importante como Resistiré en televisión", sostuvo Vena para dar cuenta de la actividad que lo convocó en la temporada que finaliza.
"Y lo interesante --agregó-- fue poder combinar dos maneras de actuar bien distintas y, a la vez, muy ricas ambas, como fue hacer durante el día un Mauricio Doval hipernaturalista, hablando en un tono muy bajo y apareciendo para 5 millones de personas, y por la noche hacer un teatro altamente exponencial a la hora de la expresión en la sala Martín Coronado del San Martín y con un despliegue físico completamente distinto".
Componer a Doval, un personaje realmente siniestro, que combina facetas de un yuppie gangsteril, un ecologista naif, un traficante de órganos, una cierta forma de vampirismo y, a la vez, un personaje frágil en muchos aspectos, dijo Vena, fue posible a partir de la cierta condición "terapéutica" de la actuación.
"Doval me sirvió para liberar toda una serie de fantasmas, de zonas oscuras, de miedos, donde aparecen el poder económico y el poder de mando y la manipulación de sentimientos, personas y estados, algo que, en algún rincón, es temido pero también secretamente anhelado", indicó.
Para no caer en excesos, el actor señaló que se apoyó en los libros de Gustavo Bellati y Mario Segade.
"Doval fue construido sobre una base muy sólida porque nunca pierde su condición de ser humano, con sus ambigüedades y problemas de afecto, y porque se mantiene dentro de la estructura del código del género de la telenovela sin esterotiparse. Está claro que es un perverso pero también que se trata de la maldad que puede emanar de un ser humano".
"La construcción de este personaje fue la parte más caótica, pero también la más divertida y la más angustiante --abundó--. En un proceso donde hubo que ir incorporando determinada ropa, determinados gestos (Doval es un tipo que cuida mucho las formas), determinada manera de hablar, cosas que tienen que ser bien contundentes.
"De cualquier modo, la visualización del personaje estuvo presente desde los primeros capítulos, y en todo caso, lo que creció en mí fue la técnica de trabajar en televisión y hacer una telenovela", destacó Vena.
Simple ejercicio actoral.
Acerca del ritmo que impone un producto televisivo de tanta masividad, Vena opinó que "es altamente recomendable para cualquier actor que se precie de serlo".
"Actuar todos los días, estar obligado a elegir la acción correcta y el tono apropiado en pocos segundos, sabiendo que no hay retomas, es un entrenamiento feroz que te obliga a estar en carne viva todo el tiempo, sumido en un vértigo que no te deja otra que confiar en tu intuición actoral".
"Puede haber cierto prejuicio, pero la televisión es muy difícil de hacer y a mí nunca me obligó a traicionar mi estilo actoral, sino que simplemente tuve que aprender de qué modo se hace técnicamente. Por otra parte, soy de una generación que se crió mirando TV, de modo tal que haría mal en despreciar un género que está ligado a mí afectivamente", entendió.
El actor que hizo sus primeros pasos en la pantalla chica con La Banda del Golden Rocket, a comienzos de los '90, afirmó que lo distintivo de hacer una telenovela diaria reside en "la posibilidad de establecer una continuidad con el personaje que no te la da nada, ni siquiera el cine o el teatro, sobre todo porque te mantiene en un inmenso nivel de exigencia y de revancha".
Finalmente y acerca de la revolución de estilo que produjo Resistiré, Vena señaló que "no es tan distinta en la medida en que es una telenovela que recuperó algo que recuerdo haber visto en la televisión argentina: actuaciones intensas, verosímiles, con un texto que no es el cotidiano y que permite cientos de lecturas".
"En todo caso hubo una cierta novedad que fue la incorporación de todas las posibilidades técnicas de edición y composición de imagen que hoy están disponibles y que quizás antes no habían estado tan desarrolladas", concluyó.