Bahía Blanca | Martes, 08 de julio

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En "guerra" por el barrilete más grande

PEKIN (EFE) -- Fabricantes de barriletes de China y Nueva Zelanda han entablado una agria disputa por ver cuál de esos países tiene el barrilete más grande del mundo, un récord que los chinos arrebataron este año a los neozelandeses. La batalla comenzó el 25 de abril de este año, cuando en la provincia oriental china de Shandong se izó una cometa de 882,41 metros cuadrados que posteriormente fue incluida en el Libro Guinness de los Récords como la más grande del planeta.




 PEKIN (EFE) -- Fabricantes de barriletes de China y Nueva Zelanda han entablado una agria disputa por ver cuál de esos países tiene el barrilete más grande del mundo, un récord que los chinos arrebataron este año a los neozelandeses.


 La batalla comenzó el 25 de abril de este año, cuando en la provincia oriental china de Shandong se izó una cometa de 882,41 metros cuadrados que posteriormente fue incluida en el Libro Guinness de los Récords como la más grande del planeta.


 La cometa, que había sido fabricada por la empresa china de cigarrillos Qingzhou con fines publicitarios, se mantuvo en el aire durante 39 minutos y cinco segundos.


 El acontecimiento fue celebrado en China, país donde hace más de 2.300 años se inventaron estos artefactos volantes, y fue destacado la semana pasada por la propaganda oficial china como uno de los diecinueve récords mundiales concedidos al país en este año.


  Por otra parte, la provincia de Shandong, en la desembocadura del río Amarillo, es el centro de la artesanía de barriletes en China, por lo que los chinos consideran muy justo que sea ese lugar el poseedor del récord, considerando además que cada vez hay menos artesanos que se ganan la vida fabricando estos milenarios juguetes.


 Lejanos ya los años de la Revolución Cultural, en los que las cometas estuvieron prohibidas en toda China, los ciudadanos de Shandong celebran todos los años un espectacular festival de vuelo en el que miles de estos artefactos multicolores son elevados al cielo.


 Mientras China celebra el nuevo récord, el fabricante neozelandés Peter Lynn, poseedor de la anterior marca, montaba en cólera y manifestaba públicamente, en diversas apariciones en la prensa, su enojo con los responsables del Libro Guinness.


 Lynn, que ostentaba el récord con una cometa llamada "Megaray", de 635 metros cuadrados y que voló en Bristol (Reino Unido), acusa al Libro Guinness de cambiar de la noche a la mañana los criterios de homologación de estas proezas, lo que le ha perjudicado.


Por una coleta







 Hasta este año, la cola de la cometa, que no sólo sirve de adorno sino también para que el objeto se mantenga en equilibrio en el aire, no contabilizaba a la hora de calcular el área del juguete, pero ahora sí, lo que ha relegado a la de Lynn al segundo puesto.


 Según el artesano, los responsables del Libro Guinness le han "robado" un récord que nadie le había conseguido quitar en siete años, y alega que pueden haber existido presiones desde China para que la marca volviera a ser de ese país.


 "La cometa de la fábrica china en realidad es relativamente pequeña", asegura el neozelandés, quien ataca duramente al Guinness y acusa a sus responsables de "estupidez" a la hora de establecer pequeños cambios de criterio en éste y otros récords.


 Lynn afirma que se ha intentado poner en contacto en innumerables ocasiones con los editores del libro a lo largo de este año, pero que nadie quiere hablar con él al respecto, por lo que la única opción es "construir una cometa más grande".


 A tal fin, el neozelandés prepara una mayor que la china, que tendrá los colores de la bandera de EEUU y que será lanzada al cielo en el país norteamericano el próximo año.


 Con cierta sorna, el artesano neozelandés asegura que va a colocar a esta nueva cometa una cola de tres kilómetros de longitud, con el fin de batir ampliamente los casi novecientos metros cuadrados de la de Shandong.


 Si Lynn cumple su promesa, es seguro que la nueva marca será respondida con otros tantos intentos de cometas gigantescas en China, país en el que estos artefactos eran usados en la antig~edad no como juguete, sino como medio de información a las tropas durante la guerra.


 El vehemente fabricante neozelandés asegura que esto es sólo el principio de una suerte de "carrera de armamento" en la que China y Nueva Zelanda intentarán batirse continuamente la una a la otra en el futuro, aunque, para la delicia de los espectadores, lo harán con esos artefactos inofensivos y vistosos que son las cometas.