Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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También hay un marketing para el vino

La estrategia dejó de ser sólo vender productos, desde que muchos fabricantes entendieron que más importante que eso era trascender y construir una cultura de consumo para ciertos artículos, algo que en cualquier situación asegurará un buen porcentaje de clientes fieles, a los que se les podrá comunicar novedades que seguramente escucharán.




 La estrategia dejó de ser sólo vender productos, desde que muchos fabricantes entendieron que más importante que eso era trascender y construir una cultura de consumo para ciertos artículos, algo que en cualquier situación asegurará un buen porcentaje de clientes fieles, a los que se les podrá comunicar novedades que seguramente escucharán.


 Algo de esto parecería estar pasando con los vinos nacionales, desde que algunas bodegas como Nieto Senetiner, se dispuso en noviembre de 2002 a organizar el primer tour de 15 kilómetros que partió de sus instalaciones y atravesó la mayoría de los viñedos mendocinos, en Luján de Cuyo.


 La nueva edición de Nieto Senetiner Tour, Viñedos 2003, se llevó a cabo el 8 de noviembre último e inscribió 500 participantes, interesados en hacerse acreedores de algunos de los vinos y champagnes que produce la bodega.


 La maratón recorrió 15 kilómetros entre los viñedos de la zona de Vistalba, y los participantes disfrutaron de tres puestos de "hidratación" especialmente preparados, con vinos blanco y tinto, champagne, frutas frescas y secas, comentó a "La Nueva Provincia" Leonardo Martín, responsable de Marketing de Senetiner.


 "En Mendoza, la expectativa por este acontecimiento comenzó mucho antes y ya se ha convertido en un clásico", agregó.


 Indicó que las ventas de la bodega al mercado interno están en franco ascenso, con unos 6,5 millones de litros de vinos finos en 2003.


 Nieto Senetiner produce varietales en cabernet, merlot, syrah, malbec, chardonay, y se complementa con la línea Santa Isabel, cuyos productos son muy reconocidos, especialmente en la franja de los denominados borgoña.


  El nuevo marketing del vino tampoco se detiene allí, en la Argentina ya existen spa donde se ofrece a los turistas una línea de productos cosméticos desarrollados en base a uvas y vinos. Champúes vino rojo, para cabellos grasos, o crema de enjuage en base a vino rosado, son parte de las novedades regionales.


 Las bodegas también entendieron que son tiempos donde demorar decisiones equivale a ser superado por un competidor, de allí que se hayan incrementado las inversiones destinadas a recibir turistas y ofrecer alternativas distintas: Salentein, Nieto Senetiner, Robino y Viniterra poseen hosterías con inversiones que arrancan en los 150.000 pesos.


  Una apuesta a futuro. El grupo holandés Salentein, que recientemente cerró la compra de la bodega de Antonio Pulenta, ya produce un vino con su nombre, que compite con Luiggi Bosca y Saint Felicien. Lleva invertidos más de 100 millones de dólares en el país, y exporta el 60% de su producción a los Estados Unidos, Europa, Japón y algo a Brasil.


 El Museo del Vino de la bodega La Rural, es otro de los puntos de referencia. En 2002 recibió 33.442 personas, a las que varios guías les explicaron los secretos de la actividad, desde sus albores hasta nuestros días.


 Prensas de madera, vasijas de barro cocido usadas para la fermentación, que luego se transformaron en cubas y más tarde en piletas de cemento, hasta llegar a convertirse en los actuales tanques de acero inoxidable, forman parte de un recorrido que termina en la degustación y la venta de vinos, pero que va mucho más allá de la veta de ingresos adicionales que seguramente representa. La apuesta es que la experiencia perdure en el subconsciente como el exquisito sabor del vino en el paladar, y sirva para fidelizar a un nuevo cliente.


 Los visitantes también pueden observar las nuevas tecnologías de producción y llevarse alguna botella de "Museo", un tinto que se vende únicamente allí. La Rural produce 10 millones de litros de vino por año, de los cuales el 70% se exporta.


 Su mejor logro es Felipe Rutini, un cabernet Sauvignon que no necesita presentación, seguido de su colección de varietales y bivarietales: malbec, cabernet, merlot, cabernet-malbec, Sauvignon, Chardonay. Aunque sus productos más populares y de mayor venta pertenecen a la línea San Felipe y Trampeter, con precios más accesibles que el primero.


 "Los vinos tintos siguen encabezando los ránking de ventas al mercado interno, pero al crecer el consumo entre las mujeres y los jóvenes, también repuntó la demanda de vinos blancos", señaló Sol Asensio, responsable de Marketing de La Rural.


 Agregó que el salto hacia la calidad de la vitivinicultura comenzó unos 15 años atrás, aunque ahora se estén viendo los resultados. La Bodega La Rural se encuentra en Coquimbito, Maipú, a unos 20 kilómetros de la capital mendocina.