Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Mujeres a la obra, un proyecto que va más allá de la albañilería

El curso se realiza desde el merendero Ser Solidario. Comenzó en 2021 y, para este año, ya se presenta como una efectiva salida laboral.

La demanda por aprender cuestiones básicas, y no tanto, de albañilería es cada vez más importante. / Fotos: Merendero Ser Solidario y Rodrigo García-la Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “En un principio el curso de albañilería no se presentó como una salida laboral sino que, como en el merendero asistimos a mamás por violencia de género, a veces nos decían que podían conseguir un terreno para irse de donde estaban, pero que no tenían quién les construya algo. Y así lo lanzamos como una alternativa para ayudarlas”.

   El relato de Paola Cejas, referente del merendero Ser Solidario, requiere una actualización.

   “Hoy se ha transformado en una alternativa laboral. Es un paso más hacia adelante; y es motivante para nosotros acercar esa posibilidad”, agregó.

Paola Cejas, referente del merendero Ser Solidario.

   Se trata del curso de albañilería Mujeres a la obra, coordinado desde Ser Solidario, que comenzó en 2021 con un cupo de cerca de 400 participantes; que egresaron poco más de 30 con un título y que, en este año, empezó con otra treintena de mujeres ávidas por la formación de una actividad casi excluyente para hombres.

   “Para el curso 2021 nos reunimos todos los sábados en tres turnos de teorías y de prácticas. Luego se redujo el cupo, ya que algunas mujeres sólo querían aprender algo específico para sus casas”, sostuvo.

   “De hecho, en el primer cursado dos chicas ya trabajan en el sector, pero buscaban más capacitación para dejar de ser ayudantes”, indicó.

   El curso 2022 se realiza en un espacio alquilado en Galería Visión 2000, cuyos costos los asume el propio merendero Ser Solidario.

   En esta ocasión, se cobra una cuota para la cooperadora de 500 pesos.

   “Ese dinero nos permite comprar los materiales para trabajar, como cal, hierro y cemento. Y ahora necesitamos algo de un costo mayor, como son los insumos de seguridad, desde anteojos hasta guantes y baldes de albañilería. Todas deben estar protegidas para trabajar”, aseguró Cejas.

La charla del albañil Roberto Rodríguez, en el terreno mismo.

   Para reunir más fondos este domingo 8 se realizará un bingo. Empezará a las 15 en la sede de Nicolás Levalle 1106.

   Las reuniones para el curso, que se extenderá hasta diciembre, se realizan los sábados de 15 a 17. El contacto es: +54 9 2914 74-3365.

   “Habíamos planeado hacer clases intercaladas entre la teoría y la práctica, pero como no hay materiales adelantamos las teóricas. Y las inscripciones siguen abiertas”, aclaró.

Las prácticas comenzaron la última semana. Están a cargo del albañil Roberto Rodríguez, quien es esposo de Paola. En la primera etapa de 2021 participó Gabriel Cejas.

   “Las hacemos en el merendero, o donde surjan. Por lo general, en algunas de las casas de las chicas, porque siempre hay algo para hacer”, afirmó.

   “Empezamos con la nivelación de terrenos, porque es algo que no requiere materiales, más allá de un nivel y una cinta métrica”, añadió la referente.

   “Es un grupo que tiene muchas ganas de aprender y, además, muy solidario. Por caso, cuando sale un trabajito llaman a sus compañeras del curso para que las ayuden. Y entre ellas colaboran para construir sus casas”, explicó.

   También dijo Cejas que cuatro mujeres, que hicieron el curso 2021, ingresarán a trabajar como albañiles en una cooperativa de trabajo.

   La gestión se hizo a través de Adrián García, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (Sitraic).

   “Esto es muy importante para nosotros, porque valora lo que hacemos”, comentó.

Sobre ladrillos y cocina

   “La mujer puede hacer lo mismo que el hombre”, dijo Paola Cejas.

   “Así como el hombre incursiona en la cocina, la mujer lo puede hacer con la albañilería”, agregó.

   “Y lo hace muy bien, porque es muy delicada para este trabajo y no desperdicia material. Esto me lo han dicho no pocos hombres que se dedican a esta tarea y que, incluso, hasta tienen cuadrillas”, sostuvo.

   “Lo llamativo es que mucha gente, cuando nos solicitan alguien para un trabajo pequeño en sus casas, nos piden que sea una mujer”, aseguró la referente del merendero Ser Solidario.