Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Una tormenta arrasó con todo en Felipe Solá, Villa Iris y 17 de Agosto

También se vieron afectados Esteban A. Gascón y San Germán. Se trató de una turbonada con vientos de más de 100 kilómetros por hora, lluvia y granizo. Hubo cortes de electricidad y destrozos de todo tipo.
Uno de los galpones del ferrocarril de 17 de Agosto, destrozado por la intensidad del fenómeno. Esta localidad puanense fue la más afectada.

Por Hernán Guercio / hguercio@lanueva.com

Destrozos varios en zonas urbanas y rurales, construcciones y columnas de media y baja tensión derribadas, techos volados, vehículos golpeados, tanques de agua destrozados, ramas y árboles caídos y, afortunadamente, ninguna víctima o lesionados, fueron las consecuencias de una fortísima tormenta de viento, lluvia y granizo que en la noche del sábado azotó el sudoeste bonaerense, golpeando las localidades de Felipe Solá, 17 de Agosto, Villa Iris, San Germán y Esteban A. Gascón.

Con ráfagas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora, los mayores destrozos provocados por la turbonada se dieron en 17 de Agosto, donde derribó unos 60 postes de electricidad, derrumbó dos de los tres galpones del ferrocarril, volteó carros de cereal y tiró árboles y ramas por doquier.

¿Lo más sorprendente? Uno de los tirantes de los galpones del ferrocarril fue literalmente levantado por la tormenta, voló unos 80 metros, y terminó impactando y atravesando una pared donde se guarda la combi escolar de la localidad, a la que le destrozó el parabrisas.

“La verdad es que no hay un solo lugar de la localidad que no tenga una marca de los destrozos provocados por la tormenta. Lo principal es que no hubo ningún tipo de lesionados o víctimas”, destacó ayer el delegado municipal de Darregueira, Mauro Rollahouser, quien recorrió la zona junto al intendente de Puan, Facundo Castelli.

En el lugar, así como en el resto de las localidades afectadas por la turbonada, desde la noche misma del sábado personal municipal, bomberos voluntarios y responsables de las cooperativas eléctricas locales se encontraban recolectando ramas y árboles caídos, acomodando cables para restituir el servicio de energía, levantando chapas voladas y evaluando los daños.

En Villa Iris, la tormenta levantó una casa y varios techos, tiró los árboles más altos y viejos de la plaza central, y varios pinos del predio de la pileta municipal, además de postes de electricidad.

“Una chapa voló y cortó a la mitad un tanque de agua. Si hubiera pasado por el predio polideportivo, donde se hacía la Fiesta del Churro, estaríamos hablando hoy de otra cosa”, se indicó.