Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

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El presunto abusador se defendió y desmintió la denuncia

Belamendia está acusado de acosar sexualmente a una compañera en la Delegación Noroeste. Damián Vallejos / dvallejos@lanueva.com
Muy tranquilo se mostró, durante su descargo, Rafael Omar Belamendia.

“No entiendo por qué se la agarró conmigo”, dice Rafael Omar Belamendia, el empleado municipal acusado de abusar y acosar sexualmente de Vanesa Lorena García, una compañera de la Delegación Noroeste.

Llegó a la redacción de "La Nueva." sonriente pese a la situación en la que vive: la causa avanza y ya declararon varios testigos en su contra.

"No tengo nada que esconder. Vine a poner la cara y limpiar mi nombre”, disparó.

Belamendia dijo que no pudo declarar la semana pasada ante el fiscal por un problema de salud de su abogado. Contó también que ya se sometió a una de las 2 pruebas psicológicas que le solicitaron. Las había postergado en varias oportunidades pero finalmente comenzó a hacerlas.

“Son todas calumnias e injurias. No tiene fundamentos de nada de lo que dice y los testigos que presentó son todos falsos”. Fue lo primero que dijo. Y se puso serio: “Ninguno de ellos es de la delegación. Los míos sí, y tengo 9 de las cuales 5 son mujeres”.

A las 6:20 de ayer Belamendia recibió un mensaje por WhatsApp con el recorte del diario de "La Nueva.".

García, de 37 años, denunciaba que el hombre la hostigaba con frases sexuales, que la invitaba a ir a un hotel a tener relaciones y que un día le tocó la cola tan fuerte que la “levantó por el aire”.

Al menos 5 personas testificaron y aseguraron que eso ocurrió. “Son todos punteros de la mamá”, afirmó.

La madre de García, Mónica Ramos, milita para la “ola naranja” del ministro Breitenstein. Según Belamendia, hay un trasfondo político atrás en el que él se siente como “rehén”.

El hombre de 40 años contó que el por entonces delegado del sector, Luis Beinteletz, perdió su trabajo por defenderla. Es más, sostuvo que él y el delegado gremial Néstor Elizondo la llevaron a hablar con el secretario general del Sindicato, Miguel Agüero, para que “intercediera” y no la dieran de baja.

"Después, Beinteletz perdió su puesto por no echarla y ella pidió carpeta médica”, afirmó y agregó: “Toda la delegación intentó que no la echaran y apuntó contra todos igual”.

"Viste como es la política...", respondió cuando se le consultó por qué la querían echar a ella si la que militaba era su mamá.

"Vengo con la verdad, si estuviera sucio me escondería. Me gustaría tener un careo con ella y que cuente todo lo que inventó", agregó.