Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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La parada de los Mateos

   Protagonistas de la vida ciudadana durante décadas.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 78 años, en marzo de 1944, generaba severos inconvenientes en el tránsito la parada de los Mateos, ubicada en la primera cuadra de calle Moreno, frente al palacio de Correos.

   Mateo es el nombre con el cual se conoce a los vehículos de tracción a sangre que durante décadas se encargaban de ofrecer el servicio de taxis en la ciudad. Antiguamente se los llamaba placeros, por tener sus paradas en las plazas, pero es el nombre del caballo de tiro de la obra de teatro Mateo (1923), de Armando Discépolo, tomaron el nombre más popular.

   En nuestra ciudad ocuparon históricamente la calle Chiclana, sobre la plaza Rivadavia, sitio donde en la actualidad se ubican los taxistas.​ Sin embargo, durante la administración de Jorge Aguilar, a principios de los 40, esa parada fue trasladada a calle Moreno. Si bien en su momento se consideró como una buena decisión su alejamiento de pleno corazón de la ciudad, pronto se advirtió que Moreno no era tampoco un sitio adecuado.

   “Razones de higiene, en primer término, nos inducen a pensar así. El pavimento de piedra conspira contra la permanente limpieza que debiera existir, máxime teniendo en cuenta que el lugar obliga  a ello”, señaló este diario.

   El hecho de estar el correo enfrente era también motivo de conflictos. Los Mateos estacionados formaban una compacta fila hasta más allá de Vicente López (Moreno era mano y contramano por entonces), con lo cual era habitual que se formara una aglomeración extraordinaria de vehículos, ante la imposibilidad de encontrar estacionamiento, con lo cual se generaba la formación de una doble fila, causando “serios tropiezos” al tránsito y en particular al paso de los ómnibus.

   Los Mateos fueron traslados tiempo después a calle Yrigoyen, donde funcionaron hasta entrada la década del 60, ya completamente inadecuados para la vida moderna.