La peste negra: la pandemia más devastadora en la historia de la humanidad
Entre 1347 y 1353 la enfermedad mató a 70 millones de personas, la mitad de la población conocida.
Mario Minervino / [email protected] /@mariominervino
El lugar preciso de origen de la enfermedad no se conoce con extactitud, pero los estudios modernos dan cada vez más certera a la posibilidad que haya comenzado en China.
A mediados del año 1300 comenzó en Asia una enfermedad que, declarada en la persona, necesitaba menos de un día para provocar su muerte. Primero generaba fiebre alta, luego tos y mucha sed. En pocos horas aparecían bubones negros en ingle, cuello y axila. Por ese detalle se la llamó "la peste negra", que se extendió a través de las rutas comerciales de esta época medieval, pasando de Asia a Europa y de Europa a África. En seis años la plaga mató 70 millones de personas en los tres continentes. La mitad de la población del viejo mundo dejó de existir.
Una pulga
Yersinia pestis es la bacteria que provocó la enfermedad. Con la medicina en manos de unos pocos entendidos, sin medicamentos y sin lograr establecer la causa precisa de la enfermedad, ésta se esparció sin freno ni control.
Nadie descubrió que el agente trasmisor era una pulga que generalmente afectaba a las ratas, pero que pasó a afectar a hombres, mujeres y niños. No hubo nada que hacer más que modificar hábitos posteriores, como el tratamiento de los muertos, enterrados rápidamente, aplicándoles cal viva y quemando todas las pertenencias del enfermo.
Poco a poco se fueron sumando otras medidas, relacionadas con la limpieza, la aireación, el uso de vinagre y otros elementos en las viviendas de quienes habían sido afectados.
En Venecia se estableció que cualquier persona que llegara a la ciudad debía aislarse por 39 días, tiempo que se consideraba adecuado para establecer que no estaba enfermo. Desde entonces se denomina "cuarentena" a cualquier período de tiempo que busque evitar la propagación de una enfermedad.
Fueron casi seis años de muerte y horror. En una sociedad completamente creyente y temerosa de Dios, la peste fue mucho más que una enfermedad: fue un castigo divino, una etapa devastadora de la edad media, a la que se sumaron también épocas fatales de hambruna.
Curiosamente, superados estos flagelos, el hombre estaba preparado para resurgir de las cenizas, con nuevos bríos e ideas. En la historia de la humanidad es el tiempo del Renacimiento, en manos de una sociedad que recuperó la fe en el hombre y en sus capacidades, que alentó el uso de la razón y de la ciencia.
Personalidades como Leonardo Da Vinci, Dante, Miguel Angel, Rafael, Miguel de Cervantes, Descartes y Copérnico, entre tantos otros, empujarían el mundo hacia otros lugares y otros sentidos.