El viaje de una bahiense a Miami y la indeseada visita del huracán Irma
No es la primera vez que Alejandra Gullini elige Miami para pasar las vacaciones. La increíble playa, el clima ideal y los centros comerciales de gran nivel representan para ella un combo perfecto. Generalmente viaja en septiembre.
Esta vez no fue la excepción. Partieron a fines de agosto, recorrieron algunas ciudades que aún no conocían y decidieron que Miami fuera el destino final del viaje, para relajarse y festejar el cumpleaños de Miguel, su marido.
De repente, el huracán “Irma”, que en estas horas está llegando a esta ciudad-puerto ubicada en el sureste de Florida, empañó ese último tramo.
“Hasta ahora, más allá de la psicosis general que se vive, hicimos vida normal, con días excepcionales, pero hoy ya estamos resguardados, colocando cinta a los vidrios y con cierta incertidumbre. Estamos prendidos al televisor y abastecidos con alimentos, agua y arena”, relató Alejandra a “La Nueva.”
Pronto se mudarán a un segundo piso del mismo complejo donde se encuentran, en Sunny Isles Beach, a metros de la costa.
“Es un lugar seguro y estamos tranquilos, pero la psicosis es lo que más nos inquieta. Se acabó el agua y el pan en los supermercados. La gente está como loca, tiene miedo”, agregó y considera que Miami se ha transformado en una “ciudad fantasma”.
“Ahora nadie sale porque el viento comenzó a intensificarse. No nos queda otra que esperar y ver qué pasa. En su momento pudimos marcharnos, pero elegimos permanecer, era imposible, en las rutas se circulaba a paso de hombre”, relata.
Pensaron llegar a Naples pero nadie garantizaba que el huracán no azotara esa zona también. “Tenemos el tanque de combustible lleno y decidimos quedarnos”, decidieron.
Esta vez, el cumpleaños de Miguel, el domino, será diferente. Pero ellos ni piensan en eso. Ahora solo esperan que “Irma” sea solo una leyenda.