Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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La universidad, el nuevo gran desafío de Cristian Demarco

La palabra imposible no figura en el vocabulario del joven Cristian Demarco. Con notable entereza y fuerza de voluntad, este joven de 18 años pudo sortear las dificultades generadas por la ceguera que padece y cumplir cada uno de los objetivos que se fue fijando en la vida. El lunes 12 de marzo de 2001 inició, en el Colegio San José, las clases de nivel Polimodal, y así se convirtió en el primer adolescente no vidente de esta ciudad en cursar --y terminar-- la ex escuela secundaria.


 La palabra imposible no figura en el vocabulario del joven Cristian Demarco. Con notable entereza y fuerza de voluntad, este joven de 18 años pudo sortear las dificultades generadas por la ceguera que padece y cumplir cada uno de los objetivos que se fue fijando en la vida.


 El lunes 12 de marzo de 2001 inició, en el Colegio San José, las clases de nivel Polimodal, y así se convirtió en el primer adolescente no vidente de esta ciudad en cursar --y terminar-- la ex escuela secundaria.


 Inconformista como pocos, Cristian va por más. Su próximo desafío es recibirse de profesor de Historia. El primer paso para alcanzar este anhelo lo dará en febrero próximo, cuando comience el curso de nivelación en la Universidad Nacional del Sur, que funciona en Bahía Blanca.


 Al repasar los gratos momentos que vivió hasta este presente cargado de expectativas, este expresivo y simpático dorreguense califica como muy positiva la etapa educativa que finalizó a principios de diciembre.


 "Más allá de los obstáculos y los problemas que uno tiene que afrontar, aprendí muchas cosas y me llevé bien con todos mis compañeros y profesores", cuenta Cristian.


 Admite que su principal temor al comenzar el Polimodal era ingresar en un ámbito desconocido, en el que no sabía de qué manera lo iban a recibir.


 "Si bien me ayudaron mucho, lo que más me costó fue integrarme al nuevo grupo, no tanto por mi discapacidad, sino por mi propia personalidad; aunque no lo parezca, soy bastante tímido", confiesa.


 De las materias que cumplió, no duda un instante al señalar que las que más le agradaron fueron Cultura y Comunicación, Lengua y Literatura, y Cultura y Estética Contemporánea. En contrapartida alega, sin ruborizarse, que le costó bastante Matemática.


 Tras insistir en que mantuvo una excelente relación con todos sus profesores, menciona que pudo entablar una "linda amistad" con los docentes Rubén Terrón y Teresa González de Roselló.


 Cuando llega el momento de imaginar su futuro universitario, reconoce que el camino será complicado, aunque asegura que pondrá todo de sí para llegar a la meta propuesta.


 "Me voy a radicar solo en Bahía Blanca. En la secundaria, para estudiar, me manejaba con fotocopias que mi madre me leía, por lo que medio diploma le corresponde. Seguramente ahora deberé grabar las clases", anticipa.


 "¿Qué conozco de Bahía? Es una ciudad muy grande, con mucho tránsito y gente que, en su gran mayoría, se muestra amable y servicial, y creo que me voy a poder manejar sin problemas", se esperanza.


 Más allá de la inevitable referencia a su nuevo destino, Cristian no ahorra elogios para la localidad en la que transcurrió gran parte de su niñez y adolescencia.


 "Dorrego es un pueblo precioso, que lleva el nombre de un prócer muy honorable. Nunca tenemos que olvidarnos de nuestras raíces y debemos volver a ellas toda vez que podamos", reflexiona.


 Considera que si bien los vecinos de esta tranquila población no discriminan a los discapacitados, existen varios aspectos para corregir.


 "La gente nos trata muy bien, aunque se nos maltrata indirectamente con la mugre que hay en las calles, las bicicletas estacionadas o circulando por las veredas, y algún comerciante desaprensivo que coloca sus cajas allí y dificulta nuestro paso", cuestiona.


 "Además --añade--, nuestros queridos y nunca bien ponderados políticos no han dado respuesta a nuestros constantes reclamos para eliminar las barreras arquitectónicas existentes".

La política, una pasión




 Cristian cuenta que se inclinó por la Historia por la pasión que siente por la política, considerando que ambas disciplinas se encuentran muy emparentadas.


 "Además --alega--, creo que para conocer sobre nuestra realidad actual tenemos que saber qué fue lo ocurrió antes".


 Critica severamente la manera en que fueron narradas a las distintas generaciones los hechos y protagonistas del pasado remoto y reciente de la Argentina.


 "Nos contaron mal la historia, pero afortunadamente aparecieron varios revisionistas para clarificarnos el panorama", explica.


 "En el país hubo muchos hombres y mujeres injustamente olvidados por la historia oficial, como Manuel Dorrego, Felipe Varela y el Chacho Peñaloza", subraya.


 La música, fundamentalmente el tango, es otra de las grandes pasiones de Cristian, quien, incluso, estuvo al frente --durante más de cinco años-- de un programa radial que se emitía por LU26 y que difundía todo lo relacionado con la música ciudadana.


 También trascendió como cantante al ganar, en 1998, la ronda zonal de los Torneos Juveniles Bonaerenses.


 Admirador de Hugo del Carril, recuerda que su amor por el tango viene de lejos, ya que era muy niño cuando su abuelo materno, Inocencio Ocampo, le hacía escuchar los casetes de distintos intérpretes.


 Admite que no le agradan demasiado los deportes, más allá de autodefinirse como "un poco hincha de Boca Juniors". De todos modos, dice que heredó de su padre (fue ex pugilista) la predilección por el boxeo.

Algo personal

* Cristian Demarco nació, ciego, el 15 de octubre de 1985, en Coronel Dorrego. Es hijo de Josefina Ocampo y de Ernesto, que actualmente conduce una combi.
* Durante mucho tiempo viajó dos veces por semana a la ciudad de Bahía Blanca, donde se capacitó en la Escuela Nº 507.
* A los seis años, comenzó a escribir por medio del sistema Braille.
* La etapa de preescolar y sus primeros tres años del nivel inicial los realizó en el jardín de infantes y en la escuela rural de El Zorro. Completó la primaria en el Colegio Manuel Belgrano de Coronel Dorrego.
* El 3 de septiembre de 1997 recibió el premio para comunicadores y medios bonaerenses otorgado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de La Plata.
* Entre sus discos preferidos se encuentran los de Frank Pourcel, Los Iracundos, Juan y Juan, Palito Ortega, Charles Aznavour, Sui Géneris, Lito Vitale y Los Beatles. También adora los boleros y las canciones folklóricas.

"Le va a ir muy bien"













 Profesora de ciegos y docente de la Escuela de Educación Especial Nº 502 de esta ciudad, Laura Jalle acompañó a Cristian en todos los niveles de la enseñanza.


 "Como mi primera experiencia como maestra la hice con él, creo que el aprendizaje fue mutuo", reflexiona.


 "Es muy gratificante que haya podido terminar Polimodal y encare una nueva experiencia. Hasta aquí sus logros han sido muchos", agrega.


 Al explicar cuál era su función específica, la docente rememora que Cristian cumplía su escolaridad como cualquier otro niño, mientras que en horario extra asistía al servicio de la escuela 502 para realizar aquellas tareas que necesitaba ejercitar como no vidente, como pelar una manzana, atarse los cordones, sacarse el guardapolvo o colocarse una campera.


 "También le enseñé el Braille, que es el sistema con el que se expresa y en el que estaban escritas todas sus carpetas, que yo debía traducir, siempre atenta a los requerimientos de los maestros y profesores que tuvo", subraya.


 Jalle dice que Cristian fue muy bien recibido en todos los establecimientos a los que acudió y que se "hizo querer mucho por sus compañeros y docentes".


 "No es fácil trabajar con alguien que presenta alguna discapacidad, pero con la predisposición de todos y las ganas que él puso, las cosas se simplificaron enormemente", reconoce.


 Es consciente que el proceso que iniciará el joven a partir de febrero próximo no resultará sencillo, y agrega que pese a que el servicio de la escuela 502 finaliza con el Polimodal, siempre estará dispuesta a colaborar con Cristian en lo que se encuentre a su alcance.


 "En la universidad, seguramente necesitará de un grupo de colaboradores que le grabe la bibliografía, ya que son textos de mucho volumen y, a ese nivel, no existen en Braille", aclara.


 "De todos modos, gracias a la ejercitación constante, su memoria auditiva es extraordinaria", amplía.


 "Le va a ir muy bien porque es un buen tipo, con mucho orgullo y muy perseverante; además, es muy claro y dice lo que piensa, más allá de que esto le pueda generar algún problema", explica.


 Considera que será fundamental que en Bahía Blanca encuentre personas solidarias y dispuestas a tenderle una mano, como las tuvo en Coronel Dorrego.


 "Los grupos que le han tocado hasta el momento fueron bárbaros, aunque admito que el nuevo ámbito será distinto. La universidad es muy grande, allí somos un número más, y los profesores dictan sus cátedras y se van a otro curso. Tendremos que estar muy atentos a su evolución", concluye.

Pablo Javier Marcó/Agencia Coronel Dorrego