Lo empató con dos “Lucas” y pudo hacer leña del Algarrobo caído
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Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com
"Un equipo de fútbol, dentro de un campo de juego, representa una manera de ser, una cultura, con un sello de distinción único e irrepetible".
La frase de Michael Platini, ex jugador francés y actual presidente de la UEFA, la leí ayer en un "Gráfico" de 1986, antes de ir a presenciar Bella Vista-Fútbol Club Tres Algarrobos.
Y después de observar el estilo, el desenvolvimiento y la manera de jugar del conjunto "Gallego", volví al diario convencido de que este Bella Vista, además de hablar un mismo idioma, creó su propia cultura en base a firmes convicciones y al talento inagotable de valores surgidos de su cantera.
Es cierto que ayer el albiverde se topó con un rival descompensado y con miles de problemas a cuesta. Llegó al estadio de Charcas y D'Orbigny, tras viajar en combi casi 470 kilómetros, 45 minutos antes de que arranque el partido, con 15 jugadores, sin los refuerzos y sin el técnico Carlos Fortunato, quien renunció en el transcurso de una semana agitada, tras enterarse que el plantel de la ciudad del partido de Carlos Tejedor, al noroeste de la provincia de Buenos Aires, se quedaba sin el apoyo económico del grupo gerenciador, y a la deriva en un torneo tan costoso y exigente como el Federal B.
Claudio Ortiz, un colaborador del club, mandó a llamar a algunos jugadores que no estaban entrenando, armó la lista como pudo y presentó un once de emergencia, con varios chicos sin experiencia y otros que no se encontraban en su mejor forma física.
Así y todo, al minuto, arrancó ganando con un gol del paraguayo Cuellar Ojeda que se desvió en Jony Romero.
Fue un inicio con dolor de estómago, pero el dueño de casa no se descompuso.
Con un 4-3-1-2 y una geometría perfecta, los de Leandro Iribarren, haciendo funcionar a pleno rombos, triángulos y cuadrados, encerró, maniató y desequilibró mentalmente a un elenco visitante que en los 89 minutos restantes no pateó al arco.
El árbitro Eugenio Dris debió amonestar y expulsar (ya tenía amarilla) a Brian Gómez, quien le cometió un grosero penal a Lebbad, aunque todas las decisiones del colegiado pasaron inadvertidas, porque el triunfo, a esa altura, era tan claro como la tarde.
Futbolísticamente, y porque es la primera que viene a Bahía en este certamen, es difícil saber si Tres Algarrobos, con dotación completa, está a la altura del Federal B, aunque ayer quedó demostrado que físicamente da ventajas de todo tipo.
Bella Vista no lo quiso humillar y no lo venció por una diferencia mayor, pero es como alguna vez deslizó Jorge Valdano: "no importa cuántos goles convertís, sino cómo lo hacés y cual es el camino para llegar a ellos".
Da gusto ir a ver a Bella Vista, que sale jugando desde el fondo, es paciente y tiene valores propios que entienden que jugar a la pelota es más importante que saber jugar al fútbol.