Multas por un recital de Serrat

Redacción de La Nueva.

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 Por estas horas el empresario de espectáculos Juan Aliotti y cuatro empleados municipales recibirán en sus domicilios la notificación del Juzgado de Faltas con la sentencia que los considera responsables de haber dejado ingresar un 20 por ciento más de personas que las autorizadas por la municipalidad al recital que en febrero de 2009 brindó en nuestra ciudad el cantante Joan Manuel Serrat.

 Para Ricardo Germani, titular del Juzgado, "existen elementos suficientes" para condenar a Aliotti --quien a las pocas horas de terminado aquella actuación reconoció su responsabilidad por lo ocurrido-- y también en los inspectores del área de espectáculos responsables de que se vendieran más entradas.

 Más allá de que Aliotti reconoció haber dejado ingresar a 2.600 personas en el club Estudiantes (desde Defensa Civil y el Instituto Cultural se había puesto el tope de 2.159), para Germani los empleados municipales del área cultural que controlaron la venta de entradas "están involucrados en la contravención", a excepción de uno de ellos, de apellido Marfil, quien se tomó el trabajo de labrar un acta indicando la capacidad admitida y haciendo que Aliotti asumiera la responsabilidad de dejar ingresar más gente.

 "No es admisible que el resto de los inspectores alegara desconocer la cantidad autorizada o que no tuvieran en claro hasta que cantidad la comuna garantizaba su seguridad", explicó Germani a "La Nueva Provincia".

 Curiosamente, el fallo de Germani señala que el municipio "no tiene responsabilidad en lo ocurrido", ya que su función fue determinar, antes del espectáculo, el "factor de ocupación" que determina la cantidad de personas que pueden asistir al mismo.

Las penas

 Los implicados podrán apelar la sentencia. Aliotti deberá pagar una multa proporcional a seis sueldos mínimos de un empleado municipal, lo cual implica una suma del orden de los 20 mil pesos, y recibir un apercibimiento en su actividad.

 Los inspectores municipales, por su parte, no pueden ser sancionados por el juzgado aunque para Germani existen indicios "ciertos, serios y coincidentes" que tuvieron que ser participes de la sobreventa.