Las peleas entre chicas, un problema que preocupa
Dos chicas se trompean como carreros a la salida de un colegio, sus compañeros alientan, filman y una hora después, son un éxito en Facebook o Youtube.
Aunque verlo shockea, ocurre más a menudo de lo que los mayores podemos creer. ¿Por qué? Algunos especialistas afirman que las violencia entre chicas preadolescentes tiene que ver con el momento evolutivo de sus vidas en que la palabra todavía no ha ocupado el lugar de las acciones.
Otros, que la confusión actual que reina en torno a los roles de varones y mujeres opera como un mecanismo de mayor tensión. Hay otra explicación que encuentra en estas peleas la reproducción del sistema de sometimiento patriarcal, o algo así.
Sea como fuere, la cuestión es una y, para padres y profesores, resulta muy preocupante y poco manejable. Cada vez es más frecuente conocer casos de chicas que se muelen a palos entre ellas, en los boliches, en lugares públicos o a la salida de los colegios.
Y esto ocurre con un agravante que también requiere de un análisis. Las demás compañeras y compañeros fomentan el enfrentamiento, toman la pelea como un espectáculo, suelen grabarla y, en la mayoría de los casos, publicarla en las redes sociales donde se convierte en un evento muy "apreciado".
En Bahía Blanca, el último caso conocido ocurrió el martes pasado y se difundió ayer.
Dos alumnas de la ENET Nº 3, de apenas 12 años, protagonizaron una brutal pelea que duró varios minutos y finalizó cuando una de ellas rompió con su cabeza el ventanal de una vivienda ubicada en Charlone 449, lo que por fortuna sólo le provocó un corte en el cuero cabelludo.
El hecho ocurrió el martes a las 17, durante la salida de los alumnos del turno tarde, aunque trascendió ayer por medio de un video que filmaron otros estudiantes para luego subirlo a las redes sociales.
La pelea, según el testimonio de varios testigos, comenzó en la puerta del colegio, pero entre pausas e intervenciones de al menos dos vecinos, las chicas recorrieron más de 100 metros agarrándose del pelo, pegándose trompadas, patadas y rodeadas por más de 30 estudiantes que las arengaban.
"Decidí intervenir para separarlas porque en un momento casi caen contra la vidriera de nuestro negocio. El problema es que si rompían esta ventana, que tiene un grosor mucho mayor a cualquier vidrio común, se mataban", dijo Bruno, un comerciante de poco más de 20 años que puede verse en el video publicado en la web.
"Hasta me amenazaron".
"Lo que me sorprendió fue que el resto de los pibes no querían que las separe. Me dijeron que no me meta y hasta me amenazaron una vez que logré calmarlas un poco", contó.
Pese a su intervención, las agresiones siguieron en la vereda de una ferretería ubicada en Charlone y Viamonte, donde luego de caer al piso y recibir varias trompadas en su cara, una de las alumnas logró levantarse y hacer tropezar a su contendiente, la cual cayó al suelo rozando con su cabeza el pie de un cesto de basura.
En ese momento intervino un hombre mayor, que logró calmar las aguas por unos instantes, pero no pudo evitar que la riña se trasladara a unos 30 metros de esa esquina, en la vereda de la vivienda de Charlone 449.
Luego de forcejear durante casi un minuto, propinarse algunas trompadas, ambas jóvenes se desplazaron hacia el ventanal de la vivienda agarrándose del pelo, hasta que la cabeza de una de ellas se incrustó contra un vidrio, lo que provocó la ruptura del mismo y un corte en el cuero cabelludo para la que se llevó la peor parte.
En ese instante, a pesar de los gritos desesperados de la mujer que permanecía dentro de la casa, varios estudiantes bromeaban. "Están jugando señora, no pasa nada", gritaban de manera burlona.
"Fue un momento desagradable para mi familia. No sé porque se peleaban ni cómo llegaron a golpearse con tanta brutalidad pero es una vergüenza. Es normal que haya algunas peleas a la salida del colegio, pero en esta oportunidad pudo ser un desastre, porque el vidrio le pudo haber cortado la cara, la yugular, o alguna otra parte vital", dijo Gabriel Serolini, propietario del inmueble.
Otros testigos narraron que una vez que las agresiones finalizaron, las autoridades del colegio se hicieron presentes, al igual que la policía y una ambulancia que trasladó a la menor herida hacia el Hospital Municipal. Incluso contaron que un vecino, alterado por la situación, quiso agredir a una maestro de la escuela.
Tras recibir las curaciones pertinentes, una de las jóvenes se trasladó junto a su madre a la comisaria Segunda, donde radicaron la denuncia correspondiente.
El dato fue confirmado por el comisario Rubén Gab, quien aseguró no poder brindar los motivos que originaron la pelea, aunque confirmó que las involucradas sólo tienen 12 años.
La escuela repudia.
Autoridades de la Técnica Nº 3 repudiaron todo acto de violencia dentro y fuera del colegio, mediante un comunicado enviado a este diario, en el cual detallaron paso a paso los acontecimientos. También señalaron que prestaron el auxilio correspondiente y que ofrecieron hacerse cargo de los daños provocados en la vivienda particular.
Repercusiones.
En apenas 10 horas de publicado en la web, el video registró más de 8.000 comentarios y fue compartido por más de 15.000 usuarios de Facebook. También pudo verse en noticieros de Buenos Aires y otros medios de comunicación a nivel nacional.
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"Hay tres implicados"
Graciela Wajner de Porcelli Piussi (*)
Los adolescentes violentos e impulsivos, que se generan en una familia conflictiva, son aquellos que no pueden controlar la impulsividad, generalmente son jóvenes que no se ajustan a las normas, que provocan disturbios y que antes de llegar a la agresión física suelen amenazar verbalmente.
En situaciones de violencia entre adolescentes hay tres implicados: el agresor, la víctima y el grupo de pares que alienta y disfruta de la pelea.
Las problemáticas son distintas y no podemos generalizar, siempre hay que estudiar cada caso. Sin embargo, lo que aparece como seguro es que los adultos responsables de la educación no han cuidado adecuadamente al niño ni le han transmitido valores compatibles con la solidaridad y la compasión.
La familia es el punto de partida para lograr la formación adecuada pero hay que destacar que en la escuela es responsabilidad de los maestros y/o profesores detectar al alumno conflictivo, escuchar al grupo y así prevenir los actos violentos dentro o fuera del ámbito escolar.
(*) Licenciada en psicología.