Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Adrián Percaz: “Lo peor que podés hacer cuando las cosas no te salen es tirar la toalla”

Tras varios años de arduo trabajo y sacrificio, de a poco empieza a llegar la recompensa para el Paisanito de Villalonga en la Clase 3 del Turismo Nacional. 

Fotos: APAT y Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   

   Maduro, calmo, analítico y con los pies sobre la tierra. Acaso una consecuencia de tantas batallas encima, o bien también del natural aprendizaje que imprime en todo ser humano el paso del tiempo.

   Esa valiosa experiencia le permite hoy a Adrián Percaz (36) cambiar el enfoque de su carrera deportiva y gozar de su mejor momento en la exigente, y cada vez más competitiva, Clase 3 del Turismo Nacional.

   Nada de lo que sucede es casual, nos cuenta el Paisanito de Villalonga. Tantos años de sacrificios y trabajos comienzan a dar dividendos, y no únicamente en materia de resultados.

   “Es mi mejor año en la Clase 3; no tanto por los resultados, que obviamente así lo indican, sino más bien por el rendimiento del auto y mis sensaciones manejando. Me estoy sintiendo muy cómodo, más suelto y afianzado”, nos cuenta el excampeón de la divisional menor sobre su buen momento.

   “Si vos hacés bien las cosas en el taller--agregó--, a la larga aparecen los resultados. Hay que tomárselo así, con calma, y no solo en el deporte sino en la vida. Es así de simple, si no te salen las cosas es porque en algo le estás errando. No siempre es mala suerte esto del automovilismo, como tantas veces se dice”.

   Cierto, sí. Sería un error atribuirle todo a la fortuna, aunque tampoco podemos negar que, en muchos casos, juega un papel preponderante en las competencias de automóviles.

   Sin ir más lejos, junto al mérito conductivo y mecánico, también hubo algo de ello en la última final desarrollada en Trelew, que lo vio cruzar la meta 6° tras largar desde el 23° cajón de partida.

   Pero la base se sustenta en el incansable trabajo junto al equipo familiar en el taller de Villalonga, donde se sigue apostando a la vieja fórmula para atender y alistar el Ford Focus azul N°66; método que, a juzgar por los hechos recientes, continúa dando rédito.

   “Estamos mejorando carrera tras carrera y las cosas que antes nos salían mal empezaron a salir bien. Y eso hace que yo me sienta mejor a la hora de acelerar, con confianza, inspirado y no tan presionado como antes. Por eso creo que es la mejor temporada.

   "Como en todo deporte, uno cuando más relajado está mejor salen las cosas y mejores resultados llegan”, asegura Percaz, 20° en el campeonato con 82 puntos.

   “En realidad el auto viene funcionando bien hace tiempo, solo que por una cosa u otra razón las cosas no se daban. Desde Concordia, cuando logré el 5º puesto, que venimos dando saltos importantes. Hoy siento que es un vehículo competitivo y eso está reflejado en las últimas carreras”, afirmó.

   —¿Se hizo algún trabajo distinto o nuevo desarrollo?

   —No. Básicamente la clave fue no haber bajado los brazos y no parar de trabajar, tanto en chasis como en motor. Es una categoría tan pareja que con mejorar una milésima ya te prendés adelante. Por eso nunca se dejan de hacer cosas. Y el conjunto de buenas sensaciones, la mejora del auto y mi confianza manejando, hace que hoy hayamos podido mejorar dos o tres décimas.

   “Hay puestas a punto que por ahí no acertábamos y ahora las encontramos. Es increíble, pero nunca terminás de conocer el auto. Todo varía según el circuito y las circunstancias. Ahora se cambió bastante el reglaje pensando en los circuitos rápidos, que, por lo visto, cayeron bien. Además, mi viejo (Néstor) está laburando mucho en el motor, siempre sacando un caballito más de potencia”, aclaró.

   —¿Sentís que se acortó el camino con las grandes potencias?

   —Me siento muy cerca, casi en igualdad de condiciones. Por eso no te podés quedar, no hay que dejar de hacer cosas e intentar progresar, porque así lo hacen todos. Para ganarles no hay que relajarse. Pero, como dije, cuando uno está suelto las cosas salen mucho mejor. Y eso me está pasando hoy, teniendo este gran auto siento confianza y manejo mejor. A su vez te tomás la carrera más tranquilo y sin tanta tensión como años anteriores, donde me presionaba mucho innecesariamente.

    Esta inyección anímica proveniente de resultados favorables obliga a plantearse otro salto en calidad e ir detrás del siguiente objetivo.

   En el radar mental de Percaz anda asomando como premisa la obtención del primer podio en la Clase 3, categoría que lo vio debutar en 2009 sobre un Focus de vieja generación.

   “Lo veo posible. Pero me desvela más seguir siendo protagonista como lo estamos logrando. Quedan dos carreras (NdR: Toay y El Villicum) y vamos por eso. Un podio sería hermoso para decorar una buena temporada y tener un tremendo empujón anímico para lo que viene”, reconoce Adrián.

Rendirse, jamás...

   El protagonismo puntero en la Clase 3 sería la única cuota pendiente para el Paisanito en su carrera deportiva, la cual alcanzó su punto alto en 2010 y 2015, tras consagrarse campeón en la divisional menor.

   En contrapartida, a excepción de interesantes destellos en 2009 y 2010 (dividió la conducción entre el Peugeot 206 y el Ford Focus de su padre Néstor), su estadía en la mayor fue más ingrata de lo imaginado.

   Aunque de a poco, este segundo proceso iniciado en 2016 (en 2011 apostó de lleno con un Peugeot 307), empieza a cosechar frutos.

   —¿Pensaron alguna vez en bajar los brazos?

   —Nunca. Si hay algo que nos sobran son las ganas. Gracias a Dios tengo a mi viejo firme, que si le sacás el auto de carreras se muere. Él está todo el día en el taller queriendo mejorar el auto, mientras yo trabajo en el campo.

   “Lo peor que podés hacer cuando no te salen las cosas es tirar la toalla. Todos pasamos momentos malos, pero uno es bueno cuando trata de superar esa situación. Para nosotros es un desafío volver a pelear la punta y ser protagonistas como lo fuimos en la Clase 2”, cerró Percaz.

“Lo de la serie son cosas de carrera, no me amarga”

   No hay lamento alguno. El saldo final del paso por el Mar y Valle de Trelew, sede de la décima fecha del TN, arrojó el 6° puesto pero, fundamentalmente, un sólido y eficaz medio mecánico.

   Ahora bien, otra pudo ser la historia si no aparecían los infortunios en la segunda serie matinal, la que llegó a liderar por algunos metros hasta que la rotura de una llanta lo relegó.

   "Lo de la serie son cosas de carrera, no me amarga. Se rompió la llanta con un toque y bueno..., ¡qué se le va a hacer! Me amargo cuando no se le puede encontrar la vuelta al auto. Pero teniendo un buen rendimiento y competitivo como ahora, me relajo. Es más, para la final sabía que si me mantenía en pista y me salvaba de los toques llegaba adelante, porque el ritmo era espectacular.", contó.

   "Muchos factores inciden en un buen resultado, como pasó acá en la serie que bien pudimos ganar, pero lo importante y principal, que hace que te sientas bien y disfrutes del fin de semana, es disponer de una buena herramienta como la tenemos. Los resultados llegan solos", resumió.