Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Ana Prada, exclusiva: la onda con Bahía y su show con Teresa Parodi

Charlamos con la artista uruguaya que llegará a nuestra ciudad en compañía de Teresa Parodi el próximo sábado 6 de julio, desde la 21, en la Biblioteca Rivadavia.

Teresa Parodi y Ana Prada llegan juntas a nuestra ciudad.

 

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

 

   Ana Prada deja su huella cada vez que llega a nuestra ciudad. Claro que sus canciones son su manera de pisar fuerte, pero su generosidad para compartir encuentros con artistas del lugar también deja sentir su calor como una llama de fogón en el invierno.

 

   En un par de oportunidades participó de reuniones y guitarreadas con bahienses en la previa a sus presentaciones en el Teatro Municipal.

 

   “Quiero agradecer siempre a la gente de Bahía porque fui muchas veces y tengo grandes amigos. Mi amigo Oscar (Liberman), Quique (Agesta)... siempre que voy me organizan unos asados con músicos que están surgiendo que me encantan porque la rompen", aclara Ana Prada desde las afueras de Montevideo.

 

   —¿A quién escuchaste?

 

   —Me acuerdo que una vez escuché un trío folklórico impresionante (Trío Jardín) y a un grupo de mujeres que grabaron mi tema “Camalotes sueltos” (Esa Fulanita). Con una generosidad enorme todos ellos me reciben y nos quedamos hasta tarde tocando. A veces me voy más temprano porque al otro día toco y no me da el cuerpito (risas).

 

   En esta oportunidad la compositora uruguaya llegará para presentarse junto a Teresa Parodi en la Biblioteca Rivadavia. Eso será el próximo sábado 6 de julio, desde las 21. Las entradas se pueden conseguir a través de la web Ticketbahia.com

 

   “Conocí a Teresa el mismo año en que falleció Mercedes Sosa. Se hizo un homenaje por el Día de la mujer en la Televisión Pública con la sinfónica del canal y tres representantes de la canción femenina, compositoras mujeres de Latinoamérica. Me tocó el honor de participar con Cecilia Todd y Teresa”, recordó Ana Prada.

 

"Teresa siempre le abre las puertas a los artistas que están arrancando"

   —¿Cómo surgió la idea de compartir escenario?

 

   —Ya nos habíamos cruzado en un disco de Liliana Herrero. Ella grabó una canción mía en su disco “Litoral”, entonces cuando hice mi primer show como solista en Buenos Aires, Liliana cayó a mi show con Teresa Parodi. Imaginate mis nervios. Pasó una noche divina, nos quedamos conversando, tomando un vino. Intercambiamos discos y me invitó a cantar en uno de sus shows como hace con una cantidad de muchachos y muchachas. Ella siempre le abre las puertas a la gente que está arrancando. Después la invité yo en Uruguay.

 

   —Ella dice que sos como su hija porque tenés la edad de una de sus hijas y por lo bien que se llevan artísticamente.

 

   —En una etapa viví bastante en Buenos Aires y a veces me agarraba algún domingo tristón extrañando a mi familia, a mis pagos, entonces iba a lo de Teresa a comer, a conversar, a aprender de la vida. Ahí comenzamos a ponerle música a distintas letras. Componíamos de múltiples formas, sin nada preestablecido. Incluso me acurdo habernos quedado componiendo hasta las tres de la mañana en la cocina de la casa. Nos hicimos muy amigas. Ahora nos volvimos a encontrar con la alegría de volver a estar juntas arriba del escenario. Como si fuera todo nuevo, otra vez.

 

   Hay una cosa más allá del resultado: nosotras nos queremos mucho y eso se nota sobre el escenario. Es de verdad, es genuino".

   —Hay un disco juntas ("Y qué más, del 2013), ni más ni menos.

 

   —Es un disco que estuvo producido por Matías Chela y nosotras. Pero lo grabamos en vivo. La banda y nosotras tocamos en vivo dentro del estudio. Si bien tiene aires folklóricos, no es purista. Utiliza otros recursos que no son los tradicionales. Creo que el resultado es ni tan mío ni tan de ella. Es algo distinto, de las dos. Es lo mismo que sucede arriba del escenario.

   —Forman un contraste muy interesante tu voz con la de Teresa.

 

   —El otro día un músico muy querido que tocó con nosotras (Pedro Rossi), nos decía que cuando se enteró que nos íbamos a juntar a grabar pensó: “¡Wow!, cómo quedarán esas voces tan distintas, esos versos vocales tan distintos”. Hay una cosa más allá del resultado: nosotras nos queremos mucho y eso se nota sobre el escenario. Es de verdad, es genuino.

 

   —Qué lindo que puedas elegir con quién grabar a partir de las emociones y no de una obligación contractual.

 

   —Esa sería una nota aparte: cómo viene cambiando el formato físico de la canción y cómo cada músico se mueve. Teresa viene de una época en la que cuando se bajó del escenario después de ganar Cosquín ya tenía varias productoras discográficas esperándola para firmar. En aquella época había contratos con compromisos enormes de ambas partes. Había que grabar durante cada año un disco y el aparato industrial era muy grande. En cambio ahora grabás los discos en tu casa con una computadora y no se necesitan enormes presupuestos para conseguir un sonido bueno. Creo que hemos ganado independencia. Al menos en ese sentido en el que podemos grabar con determinados sellos, pero guardás tu independencia y decidís sobre tu obra.

 

A veces es solamente describir lo que estás viendo y el sentido se lo da el contexto, lo que escribiste antes. Eso es una foto, como describir una postal".

 

   —¿Qué opinás de “Pedro canoero”, una de las canciones más conocidas de Teresa?

 

   —En mi casa de Paysandú no había un disco de Teresa. La conocí por lo que pasaban en la radio. Hubo un momento que esa canción no paró de sonar. Nosotros nos quedábamos en casa con una señora que nos cuidaba y nos ponía la radio. Estaba buenísimo porque cuando venía la parte del cancionero más latinoamericano, esa canción impactaba porque Paysandú es del litoral y Teresa Parodi también es del litoral, pero argentino. Hay una cosa de río y de agua que nos une. “Con el tiempo fui ahondando más en su obra. Descubrí muchísimas cosas que no conocía. Tiene más de 30 discos grabados”.

 

El cielo gris, las palmeras derechas

   —Hay frases de los artistas que quedan grabadas en la memoria por ser sencillas de recordar, pero a su vez por ser profundas. Eso me ocurre con “El cielo está tan gris y las palmeras tan derechas”, de tu canción “La Maleta”.

 

   —(risas) A veces es solamente describir lo que estás viendo y el sentido se lo da el contexto, lo que escribiste antes. Eso es una foto, como describir una postal. De alguna manera lo que poetiza el asunto es lo que decís antes. También puede pasar que al ser tan abierto se presta a que cada persona lo complete a su manera. A veces escribo cosas que luego no me imagino lo que puede llegar a pasar.

 

   —Esa frase me hace pensar en alguien que aparenta estar bien cuando en realidad es todo lo contrario.

 

   —Es eso mismo. Aunque te estés desmoronando por dentro, aparentás que estás piloteándola. La procesión va por dentro. A mi me gusta mucho el tema del decir. Muchas veces la música llega a partir de lo que uno está diciendo.

 

   —¿Podés dar algún otro ejemplo de tu obra?

 

   —Cuando compongo soy muy de describir un paisaje. Como que la emoción la pongo describiendo lo que veo, como este ejemplo que vos me diste de las palmeras. En “Tierra adentro” dice “si el tiempo corre hacia el mar, yo voy tierra adentro”. Mi abuela se estaba por ir y yo quería ir a Paysandú y preguntarle todo lo que nunca le pregunté. Esa idea de ganarle al tiempo. Yo estaba sentada en la vereda de una casa de Montevideo, en una calle en bajada que desembocaba en el Río de la Plata. Llovía torrencialmente. Miré por la ventana y vi que la correntada del agua iba hacia el mar. Le puse la palabra tiempo y describí eso. Conecté con la emoción y describí algo que me rodeaba.