Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

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Villa Iris: es enfermera, bombera y donó médula ósea

Micaela Fernández realizó el procedimiento de extracción de células madre hematopoyéticas (CPH), en el Hospital Alemán el pasado 5 de setiembre. En unos meses tal vez pueda conocer la identidad del receptor. “Sería algo muy emocionante”, dijo.

Por su trabajo como enfermera en el Hospital de Villa Iris y por su servicio a la comunidad como bombera voluntaria en el cuartel local Micaela Fernández atraviesa a diario situaciones en las que asiste a personas que sufren o que están en riesgo.

Quizás justamente por eso eligió ambas actividades, porque posee una sensibilidad que, de un modo u otro la lleva a ayudar, a permanecer cerca de quienes están pasando por momentos de extrema vulnerabilidad para tenderles una mano.

Justamente esta empatía la llevó, en 2021 a informarse mucho y acercarse hasta Darregueira para expresar su voluntad de ser donante de médula ósea.
Micaela, la mayor de cuatro hermanos (Camila y Agustín son mellizos y Brisa es la más chica) no dudó en darles el ejemplo: donar vida en vida. Un orgullo para su mamá, quien es costurera, y su papá, que trabaja como policía.

“Donar es algo que venía dando vueltas, tenía muchas ganas, pero desconocía totalmente la información así que me puse a investigar por internet y fui preguntando hasta que un día me decidí, llamé a Darregueira y me dijeron que tenía que completar unas planillas, donar una unidad de sangre y ellos luego mandaban a analizar la muestra”, contó.

Al otro día, donó esa unidad de sangre, completó un formulario y dio su consentimiento para ser donante de médula: automáticamente pasó a formar parte del banco de datos que el Incucai consulta para atender a receptores en espera.

“Me inscribí  en 2021 y en 2024 se contactaron conmigo. Fue rapidísimo. Muchísimo para procesar”, confió.

La llamada llegó cuando estaba en su trabajo en el hospital, pero no atendió porque era un número desconocido. Entonces recibió un mensaje por Whatsapp desde el Incucai.

“Me informaban que había salido compatible con una persona del exterior y me decían que si quería seguir adelante con la donación de médula ósea podía contactarme por mail. Y me dejaban los datos”, narró.

Sus compañeras se pusieron muy contentas con la noticia y la contuvieron en todo momento ya que la habían acompañado en todo el proceso previo de reunir la información.

“Gracias a Dios siempre estuve muy contenida. Ahí entré en shock, no sabía qué hacer, si eso era real. Con un compañero de trabajo llamamos al Incucai y nos confirmaron que era su número. Me contacté por mail y me explicaron todo de nuevo”, añadió.

Para Micaela fue muy importante el apoyo de sus seres queridos en esta decisión.

“Todos se pusieron contentos por lo que estaba pasando porque era algo muy lindo. Si bien los miedos siempre están”, agregó y añadió que “el desconocimiento o la falta de información genera un poco de incertidumbre  y me preguntaba qué pasaría después de la donación o cómo sería el proceso”..

Explicó que cinco días antes debió hacer un tratamiento que implicó aplicarse vacunas.

“Esas vacunas aumentan la producción de las células que te van a extraer y luego tu sangre pasa por una máquina que filtra las células y te devuelve la sangre al cuerpo. Una vez concluido esto te hacen otro análisis de  laboratorio para analizar que todo esté en orden”, dijo.

Antes de ir a Buenos Aires, cuando decidió seguir adelante con la donación tuvo que volver a pasar por Darregueira, y hacerse otro estudio de sangre.
“Las chicas del banco de sangre de Darregueira son un amor, estaban re contentas. En cada lugar que me tocó ir siempre me sentí muy acompañada y eso hizo más lindo el proceso”, expresó.

Un mes después le volvieron a confirmar que era 100 % compatible con una persona del exterior y que desde el Incucai iban a volver a contactarse.

“Antes de donar tuve que viajar dos veces. El Incucai cubre todos los gastos de la persona que va a donar y de un acompañante. La primera vez viajé con una compañera de trabajo, Lore, e hicimos todos los chequeos. Si no te animás a que sea por punción, te respetan la decisión. Te explican todo muy bien”, dijo

Cuando Mica lo publicó en las redes se mostró abierta a contestar preguntas desde su experiencia.

“Recomiendo mucho ser donante porque con un poquito que pongamos de nosotros podemos cambiarle la vida a otra persona”, remarcó.

La donante confirmó que apenas sintió un poco de molestia con las inyecciones pero recién al tercer o cuarto día y un poco de dolor muscular y de cabeza pero “nada que no se pueda tolerar”.

“A mí también me dio miedo, pero siempre estuve decidida de que lo quería hacer. Obviamente me informé un montón.  Desde el Incucai te evacúan todas la dudas”, aseguró.

La donación fue por aféresis, en el Hospital Alemán de Capital Federal, el 5 de setiembre de 2024 y viajó acompañada por su pareja.

“Hay dos métodos para donar: por aféresis, es decir, por sangre, conectada a un equipo que filtra las células necesarias, o por punción. Por lo general tratan de hacerlo por sangre, que es el método menos invasivo”, dijo.

La donación le resultó sencilla. Se presentó en el hospital a las 8 de la mañana y antes de las 14 estaba de alta y hasta pudo pasear por las calles porteñas porque su vuelo de regreso era más tarde.

“Para el procedimiento te colocan una vía y empieza el proceso. Son 3  o 4 horas que tenés que estar. Es solamente estar y te sacan las células ¡Yo me dormí una siestita!”, dijo risueña.

Por último, Micaela comentó que el Incucai protege la identidad del receptor, por lo cual recién al año se podría llegar a conocer a la otra persona y tener contacto siempre y cuando las dos partes quieran.

“Solo sé su edad y su género pero tres meses después de donar me contactaron para decirme que todo iba tal cual lo planeado. Me recontra alegro”, dijo.

 “Por mi parte, obviamente que sí, me encantaría ponerle un rostro. Si se da el contacto será muy emocionante pero si no se da, igual lo es.”, dijo.
Antes de concluir remarcó que donar es un acto sencillo que le puede cambiar la vida a una persona pero si uno decide anotarse “hay que tomarlo con compromiso y responsabilidad”.

Una muestra más de solidaridad de quien es bombera desde 2021 y que desde hace 6 años se desempeña como personal de salud en un rol que siempre está en primera línea y que con afecto y profesionalismo puede marcar la diferencia en quienes necesitan contención y cuidados.