Por cada jubilado, hay apenas 1,5 aportantes activos al sistema
La relación activos/pasivos es clave para la sostenibilidad de las jubilaciones. A marzo, era de entre 1,4 y 1,5, advierten desde el CREEBBA.
Licenciado en Economía por la UNS y periodista económico con 16 años de trayectoria en La Nueva. A la largo de su recorrido profesional, se ha especializado en el seguimiento de los grandes problemas de la economía argentina y sus posibles implicancias para la bahiense, con una mirada local.
También se desempeña como profesor de los niveles secundario, formación profesional y terciario en Economía Política, Administración y Contabilidad.
La relación entre el número aportantes al sistema jubilatorio, los trabajadores activos, y la cantidad de jubilados es de hasta 1,5, muy por debajo de los 3 a 4 trabajadores por pasivo que se necesitan para asegurar su sostenibilidad en el largo plazo, de acuerdo con un informe del CREEBBA.
“El sistema solidario de reparto se financia por tres vías: a través de los aportes de los trabajadores que participan del mercado laboral; por medio de los aportes y contribuciones de las empresas y por medio de impuestos y transferencias del Tesoro”.
“Poniendo el foco en el primer punto, los sujetos activos mantienen con sus aportes a las personas inactivas para que puedan gozar de un cierto estándar de vida al momento de retirarse del mercado laboral. Este esquema se mantiene en tanto y en cuanto la relación entre activos y pasivos no descienda de ciertos niveles mínimos, la cual se considera entre 3 y 4 trabajadores en actividad por cada inactivo. De lo contrario, el sistema se vuelve inviable a largo plazo”, consideran desde el Centro de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).
Precisamente, el denominador de la relación activos/pasivos aumentó de forma considerable en los últimos años por las sucesivas moratorias previsionales de 2005, 2014 y 2019, que extendieron la cobertura del sistema al 90% (casi todos los pasivos perciben un haber jubilatorio), que no fue acompañado por un aumento equivalente en la cantidad de trabajadores activos. El corolario fue un descenso de este ratio en la última década, ya que en 2014, había dos aportantes activos por cada pasivo frente al mencionado 1,5 actual.
La elevada informalidad laboral y los problemas de la economía para generar empleo registrado (la cantidad de trabajadores asalariados e independientes lleva años estancada en 12 millones de personas) disminuyen el numerador de la relación, es decir, la cantidad de aportantes.
El resultado de este desfase es un fuerte recorte real de los haberes jubilatorios que todos las administraciones desde Mauricio Macri a la actual ensayaron, a punto tal que el haber mínimo, que cobran 7 de cada 10 jubilados, cayó casi un 43% frente a la inflación de enero de 2018 a agosto del corriente, sin tomar bonos compensatorios. Con los bonos, la pérdida se acorta al 25% (ver gráficos abajo).
Problemas más profundos
Además de las cuestiones puramente económicas, que poseen una solución relativamente factible (por ejemplo, si la economía empieza a crecer y a generar empleo registrado, se podría mejorar la relación activos/pasivos) existe otra que no corre con la misma suerte.
Se trata del “achatamiento” de la pirámide poblacional argentina, producto del aumento de la esperanza de vida y la caída de los nacimientos.
“En otras palabras, la población se está avejentando cada vez más y los adultos en edad de jubilarse empiezan a volverse cada vez más representativos a la hora de explicar el total poblacional, desbalanceado aún más el ratio activos/pasivos”, advierten los economistas del CREEBBA.
Agregan desde la entidad bahiense, tomando datos del último Censo, que la población en edad jubilatoria representa el 14,1% de la sociedad y, para el año 2040, dicho guarismo ascendería a casi un quinto del total (18%), lo que agravaría aún más la situación del sistema.