Bahía Blanca | Martes, 19 de agosto

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El retiro de José "Pikachu" Gutiérrez: "Veremos cómo es la vida sin jugar al básquet"

Venía analizando la decisión y, con 36 años, la tomó. El base explicó qué le quedó pendiente, habló de su crecimiento ya de grande, destacó al entrenador que lo marcó, consideró que en El Nacional no lo valoraron y dijo que Villa Mitre es su club. 

Un alto en el trabajo, acompañado por Tomás y Micaela. Fotos: Rodrigo García y archivo-La Nueva.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez

 

Lo digo o no lo digo. José Gutiérrez se animó a tomar la decisión. Era algo interno. Logró convencerse. Es momento de exteriorizarlo.

“Por ahora creo que me retiro... Me cuesta decir que me retiro -admite- después de haber jugado toda la vida, pero por ahora es así".

-¿Lo venías madurando?

-Sí, sí. Ya veníamos hablando desde el año pasado con los dirigentes. Fui papá (de Tomás, 11 meses), me cambió la vida; mi mujer (Micaela) también trabaja y no tiene los padres acá en Bahía como para darnos una mano, así que se junta todo. Ya me estaba costando ir a entrenar.

-En su momento se evaluó jugar un torneo corto hasta diciembre de 2023. ¿Cambió cuando se confirmó que continuaba el calendario?

-No, no. Estaba charlando desde antes. En algún momento tenía que darle un corte y decidí que fuera ahora. Veremos cómo es la vida sin jugar al básquet, para mi será todo nuevo.

-¿Alguna vez estuviste mucho tiempo parado sin jugar?

-No más de un mes, por alguna lesión.

-¿Tenés dudas o miedo de algo con esta decisión?

-No sé cómo lo voy a llevar, si extrañaré más de lo que creo. Hoy te digo que no extraño. Pero no soy la misma persona que el año pasado, inclusive siempre voy transformando mis pensamientos. Hoy me pasa esto, mañana no sé.

-Es decir, el punto final de hoy puede modificarse y convertirse en punto y coma a futuro...

-Por eso: hoy es un punto final, es la realidad y lo que siento; quiero afrontar otras cuestiones de la vida (tiene una inmobiliaria y es Martillero Público y Corredor) y proyectos, como lo fue el básquet en algún momento. No me esperaba llegar hasta donde llegué y así me quedo contento.

El pibe que se iba animando, ante Larrañaga.

José comenzó jugando al básquetbol en Liniers, donde estuvo hasta los 12 años y más tarde regresó.

En medio, se identificó con El Nacional, de los 13 a los 18. Ahí emigró, jugando por Olimpia (Catamarca), San Isidro (San Francisco), Justiniano Pose, Española y GEPU (San Luis).

De regreso a la ciudad, estuvo en Estudiantes, Olimpo (Liga Argentina), Villa Mitre (campeón de Primera y ascenso a la Liga Argentina) y terminó en 9 de Julio, con el ascenso a Primera y esta temporada que no la completó.

-Entiendo que con el básquet superaste tu expectativa inicial con tu carrera y fue modificando tus objetivos.

-Sí, lo que pasa que era un chico que entrenaba más de lo que se entrenaba la media y ahí fui sacando diferencias. Después fui madurando físicamente y de la cabeza. En un momento me encontró bien en todos los aspectos y ahí pude dar el salto. Cuando uno es chico piensa en llegar a la NBA, pero la verdad que estoy muy contento por lo hecho, sabiendo lo difícil que es jugar al básquet.

-¿El proceso de retiro lo iniciaste con la decisión de no jugar más en la Liga Argentina?

-Ahí ya estaba casi tomada la decisión. Pasó un tiempo, apareció 9 de Julio, era jugar en Segunda, algo que no había hecho, y significó un lindo desafío el ascenso. Pero después de haber jugado tanto tiempo y teniendo familia y trabajo cuesta llegar al final del día con toda la energía.

El equipo que subió a Primera.

-Tal vez te pesó la temporada de Segunda.

-¿Qué se yo...? No es que me pesó, pero yo también empiezo a cumplir años, estoy cansado para el día, además de un montón de cosas que venía pensando hacía tiempo.

-¿Te divertiste con el básquet? Desde afuera pareció que sí.

-Uuuyyy... ¡Qué pregunta que me hacés...! Ufff... Ja, ja, ja... Todo el entorno de grupo y demás siempre lo disfruté. Pero como juego no, no siempre lo he disfrutado al básquet.

-¿Por encima del nivel de la competencia en la que estuvieras participando?

-Sí, en todos los niveles. Me ha pasado de sufrirlo y disfrutarlo.

-¿A qué lo atribuís, tu personalidad?

-No sé si la forma de afrontarlo, mi personalidad o mi cabeza... Tuve compañeros que lo disfrutaron más o, al menos, eso exteriorizaban.

-Tu estilo de juego transmitía un dejo de disfrute.

-Sí, sí, pero no siempre lo disfruté. Y una de esas cosas también puede haber influido para decir “ya está”.

-¿En un rápido balance, a los 36 años, te quedaste con algo pendiente?

-En su momento existió alguna posibilidad de Liga Nacional y no la tomé por diferentes motivos, pero me hubiese gustado jugarla. Creo que me hubiese ido bien, pero bueno...

El saludo con la gente del tricolor.

-Hoy, retirado, si decís “voy al club”, ¿cuál es tu destino?

-Villa Mitre. Tengo muy buena relación con los dirigentes y la gente en general. Me gusta ir, acordarme un poquito cuando jugaba...

-¿El ascenso a la Liga Nacional lo viste realmente cerca o nunca fue un objetivo claro y, al final, no les quitó el sueño no haberlo logrado?

-A mí por muchas noches me quitó el sueño. Hicimos un muy buen torneo y con el formato anterior, que ascendía uno de cada Conferencia, hubiéramos ascendido con el camino que recorrimos. A nosotros nos tocó que ascendía uno y contra un equipo (Unión de Santa Fe) que se reforzó para la final, cuando nosotros no lo hicimos en todo el torneo.

-¿Te gustaría dirigir?

-El curso en algún momento voy a hacerlo. Me han dicho “hacelo y tenelo, porque hoy no querés saber nada con el básquet, pero a futuro no sabés”. La vida de club y el entorno me gusta, pero estoy en un momento que quiero despejarme de tanto básquet. Desde los 6 años que no paro.

Ugolini, el elegido por José.

-¿Qué entrenador te marcó?

-Ariel Ugolini me marcó. Lo tuve ni bien llegué a El Nacional, que perdíamos contra todos, llorábamos en el vestuario y él nos decía que estuviéramos tranquilos que después íbamos a ganarles. Y también lo tuve a los 16/17, ahí sí cuando salimos campeones de todo. Se dio. Más tarde en el profesionalismo en Villa Mitre. Y fue el primero que me convocó a la Selección de Bahía, cuando yo estaba afuera y acá nadie me conocía, es la realidad. Tengo una muy buena relación y lo quiero mucho como persona tanto a él como a su familia.

-En realidad tu crecimiento se fortaleció fuera de Bahía.

-Sí. Tuve la oportunidad cuando era juvenil de jugar en El Nacional y sumé algunos minutos en el ascenso a la Liga Nacional. Pero después me dijeron que no tendría minutos, me llamaron de Catamarca y me fui sin saber dónde podía terminar.

Festejando el ascenso en Venado Tuerto.

-¿Ahí tenías claro lo que pretendías o era poco más que una aventura?

-No, quería dedicarme, me gustaba, entrenaba mucho.

-¿Tenías más expectativas y esperanzas vos que quienes te rodeaban o te veíamos de vez en cuando jugar?

-¡Sí, seguro!. No estuve en ninguna Selección de Bahía de menores.

-¿Fuiste mejor de grande o ya de chico vos considerabas que eras mejor de lo que el resto veía?

-Ni una cosa ni la otra. En El Nacional, siendo un chico del club, sentí que no me valoraron, porque trajeron chicos de mí edad, por ejemplo, a Lucas Pérez, a quien quiero mucho y nos hemos enfrentado. Pero bueno, yo pensé que me darían oportunidad por ser del club. Ahí sí entiendo que merecía más oportunidades, pero también soy consciente de que progresé de grande y fui mucho mejor jugador de lo que pintaba.

Compañeros, rivales y amigos con Ramiro Heinrich.

-¿Cómo te parece que recordará la gente al Pikachu Gutiérrez jugador?

-Ehhh... Y muchos tienen una opinión formada por lo que ven de afuera, no me conocen en el día a día y después los sorprende mi forma de ser.

-Pará, por lo que decís, ¿pensás que no hay una buena imagen de vos?

-Na, naaa, como que me tienen que soy calentón y en realidad soy re tranquilo.

-También puede influir tu forma de juego, je.

-Sí, sí, je. Alguno de mis compañeros me decían mago y el rival capaz me quería matar, je. Pero hoy ya es más normal hacer esas cosas, antes se tomaba como una falta de respeto. Pero creo que me van a recordar como un jugador que le gustaba hacer un firulete o tirar alguna magia. Lo que me pasa que no me veo con esa imagen.

Un giro en el aire buscando receptor.

-Siendo jugador lograste cierta exposición. Muchos jugadores después extrañan eso. ¿Podrá pasarte a vos también?

-Y... Sí, obvio. Se va a extrañar aparecer en las noticias y demás. Pero la realidad es que se trata de una decisión tomada y creo que en la balanza pesan más las cosas que me hacen dejar que seguir jugando.

-Última, hoy es un punto final, aunque...

-Es que si yo digo una cosa después soy preso de mis palabras. Lo que pasa que he cambiado tantas veces de opinión, porque hoy no pienso lo mismo que hace cinco años...

-Y te lo permitís eso.

-Seguro, creo que es evolución. Si pienso lo mismo durante 40 años no voy a crecer. Mientras sea para bien, espero no pensar siempre igual.

-Es decir, hoy considerás que el retiro es para bien y te llevó a tomar esta decisión. Mañana no sabés.

-Tal cual.

Con el retiro de José Gutiérrez el básquetbol de la ciudad pierde algo de magia. Hoy su decisión es real, no se trata de ningún ilusionismo. Tal vez, más adelante, él mismo se encargue de hacerla aparecer...