“Tengo ganas de seguir jugando, pero necesitaba parar la pelota, pensar un poco en mí”
Hace cuatro meses que abandonó la práctica activa del fútbol pero hoy sus deseos de volver pesan más que el retiro definitivo, y eso es lo que da a entender mientras arma los sandwiches de milanesa en la cocina de una Rotisería que, a la hora de la hacer la nota, estaba colapsada de gente. A los 35 años, Matías Soto Torres está pleno, ¡cómo va a dejar!
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
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(Nota ampliada de la edición impresa)
El pasado 21 de julio fue su último partido en la Liga del Sur. Entrenó unos días más junto a sus compañeros del primer equipo de San Francisco pero la decisión ya la tenía tomada. Y no fue uno, sino varios los motivos que lo llevaron a parar la pelota y a no jugar ni un minuto en el torneo Clausura de la A. Muchos me adelantaron: “Se retiro definitivamente”, aunque me cuesta creer que a los 35 años, con un físico privilegiado y esa facha de crack que lo pinta de cuerpo entero, haya optado por abandonar para siempre la práctica activa de fútbol a nivel oficial.
“Antes de jugar la final del Apertura frente a Liniers (que finalmente quedó en manos del Chivo por 2-1), mi último encuentro, ya tenía definido no continuar, lo había hablado con mi señora (Alejandra Kamlofsky) y necesitaba un respiro para darle prioridad a otras cuestiones familiares y laborales que me exigían tiempo”, fue la explicación de Matías Soto Torres, uno de los tantos talentos surgidos de la CAI y con pasado en el fútbol de AFA de Primera división.
“Venía muy cansado, había sido un año largo, sin descanso ni vacaciones entre 2023 y 2024, cuatro meses al palo con el `Sanfra´ participando y avanzando con buenos resultados en dos competencias sumamente exigentes como el certamen local y el Clasificatorio al Regional Amateur”, señaló el volante creativo nacido en Esquel pero criado en Trevelin, donde hoy viven sus padres (Ana Torres y Alfredo) y algunos de sus amigos de la infancia.
“Una lesión en el soleo (pierna derecha) también complicó el panorama, pero la preocupación mayor pasaba por otro lado, necesitaba frenar para enfocarme de lleno en la remodelación del negocio, en unos cambios que sí o sí requerían que esté todo el día ahí”, aventuró el jefe de cocina de la Rotisería (también fiambrería y almacén) “Como en Casa” (en la esquina de Mallea y Zelarrayán).
“Cuando ya sabía que me iba a tomar el semestre libre lo charlé con `Pelusa´ (Mario Martínez, presidente de San Francisco) y Martín (Carrillo, DT), lo entendieron y, como siempre, me desearon lo mejor, aclarándome que las puertas del club siempre iban a estar abiertas por si cambiaba de opinión. Ellos fueron muy generosos conmigo, me bancaron desde el primer día que llegué y me hicieron sentir a gusto en el grupo y con los hinchas. Mi etapa en el Santo va a ser inolvidable, la disfruté, y no me voy a cansar de decirle gracias a toda esa gente que lucha y le pone amor a una entidad que creció y se ganó un prestigio en el plano social y deportivo”, soltó con emoción.
--Hablás como un ex jugador, me preocupa: ¿No hay nada pensado para 2025?
--Es momento de balance y conclusiones, no te puedo dar una respuesta inmediata, hay que ver como arranca el próximo año. Estoy entrenando por mi cuenta, salgo a correr, me mantengo en peso y me prendo en algunos picados con amigos y conocidos.
“Creo que es no es un adiós sino un hasta luego, aunque me tengo que relajar, el fútbol ya no es el centro de mi vida y eso lo tengo que entender yo antes que cualquiera que me llame para jugar en su equipo. Me siento bien, vamos a ver, por ahí confirmó un propuesta que anda dando vueltas y te sorprendo...
--Ahhh, contá...
--A los 35 años estoy pleno, más para seguir jugando que para dejar. En el último torneo con San Francisco (Apertura liguista) me sentí muy bien, fui importante para el equipo, convertí goles, jugué casi todos los partidos y creo haber dejado una buena imagen. A mi edad, si no entrenás a conciencia y no cumplís con una buena pretemporada, es casi imposible competir. Me conozco, para volver necesito estar 10 puntos, de la cabeza y de los pies.
“Me da para el nivel local, aunque en lo que haga me quiero destacar. Me pongo en forma enseguida y las ganas siempre están, sobre todo porque nunca tuve lesiones graves y mi amor por el fútbol es incondicional. Si los tiempos me dan y me puedo acomodar, por ahí retomamos”.
--Mientras se disputaba el Clausura, ¿no te picó el bichito del regreso?
--La tentación siempre anda a tu alrededor, pero no tuve tiempo para pensar en un posible regreso. Fue un semestre de mucho trabajo y compartir tareas y paseos con mi hija (Victoria, de 6 años, en las dos fotos de abajo) hicieron que me desconectara bastante del fútbol. Fui una sola vez a la cancha a ver al “Sanfra”, pero no extrañé ni extraño estar otra vez en el ruedo.
--Un pajarito me contó que volvés a Liniers, ¿puede ser?
--No, es una posibilidad que hoy está lejos. Sigo en contacto con el DT (Hernán Rosell) y su ayudante (Julio Acosta), pero no hablamos del tema y ellos saben lo que pienso. Ni siquiera me acerqué al club, desde que me fui no pisé más, sé que está mal, pero te lo aclaro para que no me involucren con Liniers porque no hay nada de nada.
Experto en el “repulgue”
“Cuando nació mi hija decidimos radicarnos definitivamente en esta ciudad. Tengo mi casa y queremos crecer comercialmente”, admitió el pibe formado en la CAI que a los 13 años emigró a River y después tuvo un periodo corto en las menores de San Lorenzo.
Volvió a la Comisión de Actividades Infantiles y en 2010 firmó contrato profesional con Unión por cuatro temporadas y media. Su carrera siguió, a préstamo, por Olimpo (B Nacional 2012-13 y Copa Argentina), Aldosivi y Chacarita.
En 2015 se quedó con el pase en su poder, defendió la casaca de Atlanta en la B Metropolitana y al otro año (2016) recaló en Deportivo Madryn, el paso previo a su arribo a Liniers (109 cotejos entre LDS, Clasificatorio al TRA, Regional Amateur y Federal A).
“Esta es la primera vez que paro, desde los 12 años que estoy yendo y viniendo; era hora de pensar en mí y en mi familia. En este último tiempo, mi hija me reclamaba estar con ella, compartir momentos, es chica y no me quiero perder nada. En 2025 arranca el primario, no lo puedo creer”, sostiene este papá “baboso” que desde hace 12 años está en pareja con el alma líder de la “Roti”, Alejandra, nacida en Rivera pero bahiense por adopción.
--Qué es más fácil, ¿lograr que el fiambre alemán no se desarme o darle efecto a la Nº 5 para colgarla de un ángulo?
--Ja, ja... Aprendí bastante del oficio y hoy mi especialidad son las tartas. Apenas arranqué, miraba cocinar a mi suegra (Estela) y de a poco me fui haciendo. Hasta ese entonces solo sabía calentar la pizza fría o hervir una salchicha, pero me fui metiendo de a poco en un oficio donde el sabor y la calidad de los productos es lo que más debe satisfacer al cliente. Me perfeccioné en la sandwichería y soy un experto en el repulgue de las empanadas... (risas).
--Entra un cliente, pide algo para almorzar o cenar, ¿qué es lo primero que le ofrecés?
--La tarta de verdura o brócoli. Las hamburguesas son un lujo y lo que eligen muchos es el sanguche (sic) de milanesa. Como soy el encargado de la cocina, estoy más cerca del horno que de la atención al público.
“Si el cliente vuelve, es un buen indicio. Solemos escuchar críticas para mejorar, pero en líneas generales la comida que ofrecemos deja satisfechos a todos. Con un negocio de estás características es difícil vivir del fútbol, porque a la tarde, después de que salís de entrenar, tenés que venir a cocinar para los que encargan o pasan a buscar la cena. Llega un momento que el ritmo te agota, pero arrancamos con el emprendimiento y lo vamos a continuar.
--Después de esta nota por ahí surge algún llamado, quién sabe, ¿no?
--A los pocos días que dejé de jugar me llamaron algunos clubes de Bahía y la zona, y también de la Liga Comercial. Me han querido convencer, pero en ese momento la decisión estaba tomada. ¿Federal A? No, ya no estoy para esos trotes.
--Bien entrenado podés jugar tranquilamente.
--En realidad mentalizado y comprometido, algo que solo puedo lograr si entreno bien, descanso mucho y me dedico a pensar, exclusivamente, en mi equipo y en la pelotita. Sin embargo estoy en otra etapa de mi vida, no puedo dar ese paso que, hoy, noto que es gigante.
--En el ámbito local, ¿es más sencillo desenvolverse en la A que en la B?
--Las dos son duras, una por ritmo y la otra por la fricción. Ambas son competitivas, parejas y con jugadores de calidad. Cuando ascendimos con San Francisco nos adaptamos al cambio de categoría, incluso llegamos a la final en el primer torneo del año, pero la exigencia es máxima; en la Liga tenés que entrenar como un profesional, no hay otra.
--¿Cómo lo ves a Liniers en el Regional Amateur?
--Espero que supere este cruce, donde está 2-1 abajo (esta tarde juega el cotejo revancha de la serie ante All Boys de Santa Rosa). Es un plantel de jerarquía, le tengo toda la fe del mundo.
--Antes de cerrar, ¿qué más se puede adelantar de ese propuesta que recibiste? No me quedé conforme con lo poco que contaste.
--Me llamaron, solo eso, el paso siguiente será reunirnos y evaluar pretensiones de uno y otro lado. Es un club de la Liga del Sur, nada más, chauuu...
La compu de "Cocho"