Olimpo ganó un clásico inolvidable y al “rojo vivo”: 3-2 y cinco expulsados
El aurinegro, que estiró a cinco puntos la ventaja al frente de la Zona 1 del Federal A, jugó durante 27 minutos con dos futbolistas de más (11 contra 9) y estuvo 3-0 arriba en el marcador, pero terminó acorralado y pidiendo la hora. Partido vibrante, cambiante y emocionante.
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
Me siento, me levanto, escribo, borro… Hacía mucho que no me costaba elegir un concepto global y encontrar la punta del ovillo para desmadejar un partido de fútbol donde el termómetro anímico permaneció en ebullición todo el tiempo.
No me animo de decir que fue el clásico más emocionante de la historia, tendría que ponerme a revisar apuntes viejos de otros enfrentamientos entre Olimpo y Villa Mitre, pero el de esta tarde en el Carminatti ya se grabó en la retina de propios y extraños como el más vibrante y rocambolesco desde que aurinegros y tricolores se desafiaron a duelo en competencias de índole regional y federal.
Ganó Olimpo 3-2, pero el resultado siempre estuvo expuesto a un aquelarre donde Dios y el Diablo se cruzaron infinitas veces entre imploraciones, errores malditos y tarjetas rojas que volaron por el aire.
Hace “siglos” que esquivo la crónica comentada, esa que relata los hechos a medida que se van sucediendo, pero en esta ocasión no me queda otra que llevar a usted, amigo lector, al plano de una información que necesita lujos de detalles.
A los 2 minutos, Gutiérrez recibió solo en el área entrando por atrás de todos y su derechazo dio en la base de uno de los postes del arco defendido por Daniel Moyano. Tiene una explicación: Ricardo Tapia (contractura en los gemelos) fue una baja de peso para la Villa, por eso como carrilero por derecha arrancó Olinick, quien no tiene ese ida y vuelta --para marcar y generar-- tan significativo en el “tractor” tucumano. En ese sector sufrió el elenco de Carlos Mungo.
Entusiasmado con el ensordecedor aliento de sus hinchas, el dueño de casa presionó con vehemencia en tres cuartos y a los 3 minutos, la irresponsabilidad de Fabián Dauwalder “rompió” todo tipo de planificación, de uno y otro lado. El 4, pasado de rosca, pegó un saltito y con los dos pies hacia adelante fue sobre la canilla derecha de Gutiérrez. Plancha que llego a destino y roja directa de acá a medio oriente.
El DT villamitrense tomó rápidas cartas en el asunto: hizo ingresar a Gorgerino por Jara, cambió de lado a Formigo y el 4-4-1 convirtió a Tunessi en el “llanero solitario”.
Los de Sialle tenían pelota y campo a favor, pero lateralizaron demasiado el juego, saltaron líneas con envíos largos innecesarios y los avances fueron tan repetitivos como previsibles. Perotti se soltó más que Antunes (¿para qué dejar 4 en el fondo cuando la visita tenía un delantero solo?), pero la monotonía del local careció de ritmo y de ambiciones.
A los 25, en un centro al área olimpiense, Manchafico le tiró una patada a Diego Ramírez y fue correctamente amonestado, aunque el error del árbitro Fabricio LLobet, el más marcado en un trámite caliente, fue no mostrarle la amarilla, por la reacción y el tumulto que generó, también al capitán del cada vez más líder (ahora a cinco unidades de ventaja) de la Zona 1 del Federal A.
En el aire flotaba esa sensación de que algo más iba a suceder. A los 34, Manchafico cortó un avance prometedor “talando” abajo a Amarila, segundo cartón color del sol, roja y derby desvirtuado: 11 contra 9.
Mungo metió mano otra vez, gastó la segunda ventana de modificaciones (son tres sin contar la del entretiempo), puso en cancha a Tanner por Cocciariani y el esquema táctico quedó con un 4-4 corto y ancho, con Tunessi de volante por derecha, Olinick bien de 5 y Enzo como un media punta “mentiroso”.
Villa Mitre puso “pata” más allá del límite sabiendo que a otro efectivo no le iban a echar y el marcador en blanco con el que se fue al descanso estaba siendo el negocio de su vida.
Aunque hay veces que es imposible encontrarle la vuelta a la jerarquía de ciertos futbolistas del rival. Olimpo, con el ingreso de Toledo, un adelantado 3-4-1-2, sin volante central posicional y con Ramírez y Amarilla como ejes en la zona neurálgica. sacó un conejo de la galera apenas iniciado el complemento: Ramírez le dio con efecto celestial a una pelota que le vino al pie zurdo y, con la complicidad de Moyano (se le escurrió el balón de las manos), el del centro pasó a comandar el pleito.
Y si entró una… Cabezazo letal de Toledo y taco de Vila (otra vez Moyano no pudo parar un esférico que se metió mansamente contra un palo) para llegar al 3-0 en una docena de minutos.
En ese momento, Olimpo le hizo sentir el 11 contra 9 a su adversario y el big ben marcó claramente que las ganas de uno en golear tenían más sustento que el orgullo y la vergüenza deportiva del que estaba padeciendo la derrota.
Pero Antunes no entendió que el partido estaba liquidado y abrió el debate otra vez: patada alta sobre la cabeza de Enzo González y roja directa.
Tras cartón, un remate foribundo de Tanner se desvió en Martín Peralta, 3-1 y vida para el “trico”. Enzo González erró de chilena lo que pudo haber sido el 2-3 y el “oleee, oleee, oleee….” de todo el estadio mientras Olimpo se floreaba mutó a furia y reproches. Sí, el césped pasó a ser un hervidero.
Enseguida, Toledo metió el pie y lo sacó, pero terminó golpeando a Enzo Gonález dentro del área, penal indiscutible y remate seco de Peralta para, ahora sí, el 2-3.
Olimpo entró en un desconcierto donde la razón era aturdida por la presión y la Mungoneta se le vino encima con el alma como estandarte. Fugas se quedó parado al lado del cuarto árbitro sin poder entrar (el que si lo hizo fue Brian Peralta, y fue la tercera ventana) y Ramírez atendió mal a Enzo González (el amo y señor de un equipo que dejó todo y más) para recibir la segunda amarilla y la roja posterior.
Nueve contra nueve podía suceder hasta lo impensado, pero Olinick fue fuerte contra Brian Peralta y también se fue a las duchas por doble amonestación.
Cuando Llobet (poco para criticarle, mostró carácter y seguridad en las expulsiones y manejó con criterio las pulsaciones generales en un clásico ardiente) agarró la pelota y pitó el final, el mundo olimpiense festejó, aunque algún socio, en la tribuna de calle O’Higgins, se desplomó de bronca por sufrir sin sentido y más de un plateísta se fue mordiéndose los labios y criticando al entrenador Arnaldo Sialle.
¿Por qué? Quedaron muchas preguntas flotando en el ambiente. Olimpo se complicó solo, agrandó a Villa Mitre en el momento donde más lo estaba gozando y un clásico que pudo terminar en goleada fue 3-2 sin sobrarle nada. El triunfo fue justo, pero quedan varios “peros” en el proceder de un equipo aurinegro que suele entrar en pánico por vaivenes psicológicos propios más allá de las virtudes y exigencias, pocas o muchas, que le puede ofrecer el rival de turno.
La síntesis
Olimpo 3 (4-1-3-2)
Champagne 5
Antunes 3
S. Alvarez 6
Lazza 5
Perotti 6
Di Buo 6
Amarilla 6
D. RAMIREZ (c) 8
Gutiérrez 7
Vila 5
L. González 4
DT: Arnaldo Sialle
Villa Mitre 2 (4-4-2)
D. Moyano 2
Dauwalder x
Manchafico 4
Mancinelli 6
Formigo 6
Olinick 4
Cocciarini (c) 6
E. González 8
M. López 5
Tunessi 6
Jara x
DT: Carlos Mungo
PT. No hubo goles. Fueron expulsados Dauwalder (VM), a los 3m. y Manchafico (VM), a los 34m.
ST. Goles de D. Ramírez (O), a los 4m.; Toledo (O), a los 6m.; Vila (O), a los 12m. y M. Peralta (VM), a los 25 y 39m., el segundo de penal. Fueron expulsados Antunes (O), a los 16m.; D. Ramírez (O), a los 44m. y Olinick (VM), a los 47m.
Cambios. 45m. Toledo (6) por Di Buo, 67m. Flores (5) por Vila, 74m. Hadad por L. González y 87m. B. Peralta por Gutiérrez, en Olimpo; 8m. Gorgerino (7) por Jara, 37m. Tanner (5) por Cocciarini y 63m. M. Peralta (7) por M. López y Goberville (6) por Tunessi, en Villa Mitre.
Amonestados. D. Ramírez (30 y 89m.) y Toledo (51m.), en Olimpo; Manchafico (25 y 34m.) y Olinick (78 y 92m.), en Villa Mitre.
Arbitro. Fabricio Llobet (8,5).
Cancha. Olimpo (7).