Jeldres, emocionado: "Viví una pesadilla, no sabía cuándo iba a volver a jugar"
El delantero, que anoche convirtió el segundo tanto de Villa Mitre ante Sol de Mayo, se rompió la rodilla jugando en Guatemala. "Estaba lejos de mi país y mi familia, vivía angustiado", dijo.
Subjefe de la Sección Deportes con especialización en temas deportivos. Más de 30 años comentando fútbol y otro tipo de actividades; además de haber realizado coberturas en todo el país con la incursión de los elencos bahienses en la elite del fútbol nacional. También coberturas del seleccionado Argentino en acontecimientos como Copa América y amistosos internacionales.
Detrás de esa sonrisa gigante que desplegó cuando anotó su gol, el segundo de Villa Mitre, se escondía una historia de sufrimiento y dolor que sólo el jugador pudo sobrellevar con el paso del tiempo.
Para Sebastián Adrián Jeldres ese interminable festejo con sus compañeros significó mucho más que un desahogo y un volver a creer.
"Disculpen, pero todavía sigo emocionado y con ganas de llorar por todo o vivido recientemente. Fue una larga pesadilla que hoy (por anoche) terminó de cicatrizar. Necesitaba esta alegría", se despachó el "9" goleador que ingresó como titular por la ausencias de Peralta y Jara, y que cumplió con creces con un gol y una actuación sobresaliente.
Todo comenzó a mita de 2022, cuando decidió emigrar a Guatemala para jugar en Comunicaciones Fútbol Club, un equipo de la primera división del país centroamericano, en lo que fue su primera experiencia en el exterior.
Primero soportó estoicamente un mes sin jugar por un problema de tramitación -el transfer tardó en llegar- y cuando por fin todo estuvo en orden, la desgracia golpeó a su puerta.
"Me rompí la rodilla, se cortó el ligamento cruzado anterior y se rompió el menisco interno en una jugada desafortunada. Mi compañero, el otro delantero, peinó el balón, yo tiré la diagonal , llegué a la pelota, quise enganchar con zurda y se trabó el talón en el piso sintético. Ahí empezó el calvario", contó Jeldres.
"Estaba en un país desconocido desde hacía dos meses, con gente que no conocía pero me trataban bárbaro. No me voy a olvidar nunca porque me lesioné el 1 de octubre a las 14 horas y ese mismo día a la 19 me operaron. No entendía nada", reveló.
"Era sábado. El domingo estuve internado y el lunes arranqué con la rehabilitación. Fue durísimo, porque nunca me había lesionado, ni siquiera una lesión muscular. Lo mío era una hinchazón de tobillo por una patada, un poco de hielo y nada más. Y eso que, siendo de Neuquén, jugué en la liga de allá, en el Federal C, B y A. A los kinesiólogos los empecé a conocer hace dos años", sostuvo.
"Pasé las fiestas y mi cumpleaños lejos de mi familia, me había angustiado mucho. Un día pedí que me quería venir a mi país porque necesitaba estar cerca de Bastian, mi hijo de 6 años. Me perdí el egreso del jardín y el ingreso a la escuela primaria. Ni siquiera sabía si iba a volver bien para jugar otra vez porque nunca había visitado un quirófano", aseguró.
--¿Que se te cruzó por la cabeza después del gol a Sol de Mayo?
--Quería abrazar a todos. El gol se lo dedico a mi familia y a todas las personas que en ese momento me tendieron una mano.
"La realidad es que cuando uno está bien suena el téléfono y están todos; y cuando te pasa algo se transforma en un filtro que cuesta aceptarlo porque pocos se acuerdan.
--Villa Mitre te abrió las puertas, no es algo menor.
--Es algo hermoso. Seguramente mis antecedentes ayudaron porque hice goles importantes, como el que le dio el primer ascenso a Deportivo Madryn a la segunda categoría contra Racing de Córdoba.
"Pero costó una enormidad, le puse toda la garra. Volver al fútbol fue algo lindo, anotar otra vez un gol es como repasar lo que ya había logrado. Iba sumando minutos, con Cipolletti y Germinal, pero volver a hacer lo que sabía hacer me llena de felicidad.
--Fueron contundentes y contaste con un socio, como Cuenca, que no fue egoísta.
--Se lo dije a Cristian, le agradecí por el pase. Es un fenómeno, es joven y tiene mucho camino por recorrer, pero tuve la suerte de tratarlo en los entrenamientos y afuera, y es una gran persona. L omás importante es que presta atención, es vivo. Fijate en el gol de Goberville cómo la para con la suela y le deja el remate servido.
--No jugaste todo el partido, pero se nota tu calidad en un puesto donde no abundan jugadores.
Todavía siento un poco la falta de fútbol, aunque es algo normal por el largo proceso en que estuve parado.
--Cuando el equipo tiene funcionamiento no se extraña a los que faltan.
--Sí. Eso habla muy bien del grupo humano que tenemos. Si bien con Cristian nos sumamos hace poco ya hemos notado todo el compromiso de los chicos, de la ganas de poner lo mejor para disimular las ausencias, como pasó con los dos delanteros titulares que venían bien y no estuvieron ante Sol de Mayo.
--Se viene al clásico y llegan de la mejor forma.
--Es algo lindo para el técnico, que puede contar con todos los jugadores. No tengo dudas que los que jueguen van a dejar más del cien por ciento para poder jugar.
--¿Te aprendiste los cantitos de la hinchada?
--Jajajaja. Me encanta el "dale, dale, ver...". Y el del "domingo cueste lo que cueste" será mi primer clásico en Bahía. Lo seguí estando afuera en esa semifinal que se definió por penales, lo hablé con Manchafico, los festejos y cómo se vive. Y me tocó algo similar en Madryn, en una definición que fue increíble.