Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

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“Favaloro, entre Bahía y Arauz”, una obra que llega directo al corazón

El excelente documental de Néstor Machiavelli se exhibirá este martes, a las 19.30, en la Biblioteca Rivadavia. Una obra exquisita y que conmueve.

Cuenta, con su voz entre cansina y melancólica, que su abuela Cesarea,en aquellos apacibles días de Jacinto Aráuz, le enseñó a apreciar la belleza con sólo contemplar una rama seca.

Esa mujer, para René Favaloro, era “pura poesía”.

Y quizás esa sea, justamente, la mejor definición para el contenido audiovisual que documenta la vida de este platense que nos marcó con sus donesde médico inolvidable, pero también con sus improntas. Y su tragedia.

El trabajo documental que sobre tamaño protagonista se exhibirá este martes a las 19.30, en el auditorio Luis Caronti de la Biblioteca Rivadavia, en Avenida Colón 31, tiene nombre claro. Y un eximio creador.

“Favaloro, entre Bahía Blanca y Jacinto Aráuz” es, posiblemente, la obra de su autoría que más ha conmovido al dorreguense Néstor Machiavelli, quien a sus 73 años y luego de una riquísima trayectoria como periodista y realizador, se encuentra como aquel joven que posó por primera vez frente a una cámara como conductor televisivo en Buenos Aires.

 

Luego del estreno del martes a las 19.30 en la Biblioteca Rivadavia, que será con entrada libre y gratuita, el documental podrá verse en el tradicional ciclo televisivo “Esas Pequeñas Cosas”, que se emitirá por Canal 4 de BVC.

 

“Es que durante la edición del material fue imposible no conmoverme,emocionarme, ante la realidad que fui descubriendo de un personaje fascinante,pero a la vez humano, sensible”, cuenta Machiavelli.

“Todo es un ir y venir. Sus días en Jacinto Aráuz, su estrecha relación con médicos e instituciones de Bahía Blanca, que continuó luego de su regreso de Estados Unidos, hasta la dramática decisión de quitarse la vida”, sostiene el realizador dorreguense en el programa Gente de Palabra que se emite por LaNueva Play y CNN Radio.

El documental, que contó con el apoyo del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, es producto de un minucioso trabajo de investigación.Tuvo el aporte de decenas de entrevistados y la participación de los músicos Jorge Morantes y Javier Táccari, además de artistas y la valiosa colaboración de personas que facilitaron contactos, información, material fílmico y documentos gráficos.

Entre los entrevistados, surge el vecino de Jacinto Arauz, Miguel Rodríguez, quien recuerda los 12 años que Favaloro residió allí como médico rural.

“Lo afectaba mucho cuando de pronto fallecía un paciente suyo”,rememora.

También Juan Carlos Zabala, médico de la clínica de la localidad pampeana por la que tanto bregó el cardiocirujano platense.

"De acá llegó al mundo", dice orgulloso Zabala. Y con razón.

El recuerdo del electricista Juan Bautista Riolfo, muy respetado y querido por Favaloro, no pasa desapercibido en el documental. Si hasta tiene una calle que lleva su nombre en Aráuz. 

De pronto surge la enfermera Dora Calo, una de las cuatro que trabajó junto al profesional platense.

"¡Nos respetaba tanto…! A veces trabajaba hasta 24 horas seguidasen la clínica", enfatiza.

Néstor Macchiavelli

El periodista Norman Fernández da cuenta de una entrevista que le realizó a Favaloro en la aeroestación Espora y de un autógrafo de éste que aún hoy lleva en su alma.

Néstor Rostán, exintendente de Arauz, relata el gran debate pueblerinosobre dónde debía posar el monumento al gran vecino ilustre. De qué lado de lasvías del ferrocarril debía erigirse, ya que significaban nada menos que ladivisión de dos barriadas. Hasta que llegaría, por fin, una soluciónsalomónica.

Y siempre Favaloro… Con documentos que conmueven.

Como cuando predijo, en una charla en la UNS, allá por 1995, sobre las debacles que se vendrían a raíz de los cambios climáticos.

O cuando se entrecortó recordando aquellos momentos memorables junto aun gran maestro, el escritor Ezequiel Martínez Estrada.

O esa amistad entrañable que lo marcaría profundamente, con el cardiocirujano bahiense Marcos Benamo, recordado por los hijos Silvina y Roberto.

Al cabo, un material exquisito. Que emociona. Y deja en claro el recorridode un ser diferente. Unico e irrepetible.

Y que emociona, como ese final donde el propio Favaloro recuerda aquellos atardeceres de puestas de sol en un paraje cercano a Jacinto Arauz donde hoy yacen sus cenizas.


Ser Machiavelli

El dorreguense Néstor Machiavelli fue cronista y testigo de innumerables sucesos argentinos durante su profesión de periodista. Al cabo, un trotamundos en coberturas callejeras, palacios y trincheras.

“Respiré profundo dentro del Salón Oval de la Casa Blanca donde Bush padre se abrazó con Carlos Menem. Con él ingresé al Kremlin y conocí a Gorbachov; fui testigo en el Palacio del Pueblo de Pekín cuando Alfonsín extendió su mano al histórico líder chino Deng Xiaoping. La profesión me llevó al interior del Palacio de la Zarzuela en Madrid para recibir un reconocido premio al periodismo en manos del Rey Juan Carlos, Jugamos con fuego en la Guerra de Los Balcanes, muy cerca del infierno de Sarajevo. Pasaron entrevistas de todo tipo.De un carapintada a un jefe guerrillero. En sitios insospechados. Pero a este albúm de cronista todoterreno le faltaba una figurita… Una que nos atravesó el corazón”, dice el dorreguense, refiriéndose al estreno del documental sobre Favaloro.