Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Cómo impactará el gasoducto Néstor Kirchner en Bahía

Para nuestra ciudad significa la posibilidad de retener mayor volumen de gas proveniente de Vaca Muerta que, con las inversiones necesarias, permitiría la licuefacción del insumo para su exportación en un contexto de gran demanda.

La producción de gas proveniente de Vaca Muerta encuentra en la capacidad de transporte su principal limitante.

En este sentido, el nuevo gasoducto “Presidente Néstor Kirchner”, que conecta la cuenca neuquina con la provincia de Buenos Aires, recorriendo más de 600 km y que permitirá recomponer el saldo comercial energético (deficitario desde 2011 a la fecha con excepción de 2020) en los próximos años, es de suma relevancia para la economía tanto nacional como local.

Adicionalmente, para nuestra ciudad significa la posibilidad de retener mayor volumen de gas proveniente de Vaca Muerta que, con las inversiones necesarias, permitiría la licuefacción del insumo para su exportación en un contexto de gran demanda, contribuyendo asi a la generación de las divisas que requiere la economía.

Así lo deja en claro un reciente informe que realizó el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca (CREEBBA).

La idea de que Vaca Muerta, segundo yacimiento de gas no convencional más importante a nivel mundial, tiene una importancia fundamental para el desarrollo del país ya no es una novedad.

Así como en su momento Loma La Lata revolucionó la producción de gas a partir de la cual se construyeron gasoductos como NEUBA II y Centro Oeste (entre otras implicancias), en la actualidad se está produciendo un escenario similar con
la consolidación del yacimiento neuquino y las obras de infraestructura que requiere el aprovechamiento de todo su potencial.

En el estudio del CREEBBA se resalta que la construcción del nuevo gasoducto permitirá superar el cuello de botella que actualmente afecta al transporte de gas proveniente de la cuenca neuquina y potenciará el desarrollo local y regional.

Implicancias para la economía

La construcción del GPNK tendrá múltiples efectos positivos.

En primer lugar, contribuirá a revertir el déficit energético, no solo porque permite sustituir importaciones si no, debido a que posibilitará la exportación de gas proveniente de Vaca Muerta en meses de baja demanda interna por cuestiones estacionales.
Desde 2011 a esta parte, Argentina registró un saldo negativo por u$s 3.000 millones de dólares anuales.

Con la puesta en funcionamiento del GPNK se estima reducir las importaciones de gas en u$s 2.200 millones en el corriente año y u$s 4.400 en 2024. Esta última cifra equivale al saldo negativo registrado durante el año 2022.

Otra de las ventajas que generará la puesta en funcionamiento de este proyecto es la posibilidad de abastecer de gas, tanto a industrias como a usuarios residenciales, a precios competitivos.

El gas de Vaca Muerta es significativamente más económico que el importado: en 2022 se pagó un promedio de u$s3 dólares por millón de BTU, en tanto que la licitación para el invierno de 2023, según datos de ENARSA al 24/4/2023, arrojó un precio promedio de u$s 17,8 para el GNL importado.

Esto tendrá un triple impacto: mejorará la ecuación de costos de producción de la industria, así como también el poder adquisitivo de los hogares al tiempo que permite la paulatina eliminación de los subsidios energéticos.

Un aspecto tal vez poco mencionado es el medioambiental. La ampliación de la capacidad de transporte de gas que implica este proyecto redundará en una importante reducción del uso de combustibles fósiles (fuel oil y el gasoil, relativamente más contaminantes que el gas natural) en la generación de electricidad.

Por otra parte, la obra permitirá no solo avanzar hacia el autoabastecimiento en materia energética, sino que permitirá que el país se posicione como uno de los proveedores de gas de la región ante el declinamiento de la producción boliviana. Si bien hacen falta obras adicionales para llegar a lograr este objetivo, se puede pensar en dejar de importar gas desde Bolivia e incluso llegar a exportarlo, asi como también abastecer a Brasil y Uruguay.

Relevancia local

La imagen del buque regasificador, que amarra en el puerto local para cubrir las necesidades de gas para los meses de bajas temperaturas, ha sido una de las postales de Bahía Blanca por varios años.

Con la ampliación de transporte de gas que significará este nuevo proyecto ya no será necesario hacer frente a los altos costos de importar GNL a través de este mecanismo.

El autoabastecimiento podría ser una realidad palpable en el futuro cercano.

En la misma línea, se garantizará la provisión de gas para el polo petroquímico de la ciudad, el cual recibe el insumo por medio de los gasoductos NEUBA (Neuquén-Buenos Aires) I y II.

Con la puesta en marcha del GPNK se incrementará el volumen de gas que Bahía Blanca puede retener proveniente de Vaca Muerta y que, previo a la obra, debía continuar su camino hacia Buenos Aires para abastecer el consumo de los grandes centros urbanos de la provincia.

Por otra parte, esta obra puede allanar el terreno para potenciales proyectos que impacten en la economía de la ciudad.

Si se materializan las inversiones necesarias, se podría pensar en exportar GNL por el puerto local en los próximos años.

Esto implicaría un gran logro dado los mercados que hoy están ávidos de abastecerse de gas en el marco del conflicto Rusia-Ucrania que hizo escalar los precios de las commodities energéticas y complicó el abastecimiento en toda Europa.