Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Unidad de Sentido: un proyecto cultural que mira al sur bonaerense

A propósito de la salida de su libro número doce dialogamos con Nicolás Guglielmetti. Escritor, gestor cultural y uno de los creadores de la editorial.

Nicolás Guglielmetti es parte de la editorial Unidad de Sentido.

Nicolás Guglielmetti acaba de editar su décimo segundo libro y es parte fundamental de Unidad de Sentido, la editorial que ya suma su octavo título en apenas poco más de dos años de su irrupción proyectándose como una de las editoras más promisorias del campo cultural local que ya comienza a expandirse al plano nacional. Bienvenidos a esta charla en la que los libros, las políticas culturales y el arraigo con lo territorial son la excusa para entrar en la cabeza de un escritor

—Contanos cómo nació unidad de sentido y quienes son sus miembros constitutivos…

—Técnicamente se dirá que Unidad de Sentido comenzó en Octubre de 2021 con la salida de mi libro Antes que el tiempo arrase con todo que era una suerte de poesía reunida sumado a una selección de cuentos, pero comenzó mucho antes. Cerca de 2004 cuando ingresé a la carrera de letras en la UNS y conocí a Nico Fernandez Vicente quien en ese momento formaba parte de la cooperativa editora El calamar junto a poetas como Mario Ortiz, Marcelo Diaz y Marina Yuszczuk. Al poco tiempo compartimos una clínica que dictaba Daniel García Helder por la Beca Vox Ruta 33 y muchos años después nos encontró la pandemia trabajando en un proyecto colectivo de libro llamado Mi Bella Vista querido para ayudar a la Biblioteca y el Club Bella Vista. De ese encuentro y volver a conectarnos con las mismas inquietudes sobre la literatura y el mundo editorial surgió Unidad de Sentido…

—¿Cuáles son esas inquietudes? Hay desde la estética de las tapas un marcado arraigo con lo territorial..

—Precisamente ese es uno de nuestros pilares. La literatura sitiada y comprometida con el espacio que habitamos. Profundizar sobre un catálogo que responda a la demanda de las nuevas voces de nuestra región nos parece vital además del cuidado por los textos y la edición. Nos interesa trabajar a conciencia los textos hasta en el mínimo detalle y en eso nos resulta vital el rol del editor como cada uno de las personas que intervienen en el armado del libro. Todo esto surgió también de percibir que la mayoría de las editoriales locales por diferentes factores estaban enfocados en editar autores de Buenos Aires incluso de otros países y no se estaba dando oportunidades a los de acá así que comenzamos a trabajar sobre eso

—Repasemos el catálogo.

—Buenos además del ya mencionado Antes que el tiempo arrase con todo que fue una suerte de punta de lanza, irrumpieron entre 2022 y principios del 2023, cuatro libros hermosos libros de poesía como Lua de Clementina Zivano, Sentipensante de Emilia Llul, Vamos a estar mejor en otro lado de Caro Amorosi y Lo que aprendemos a nombrar de Pablo Duca. Y ahora estamos lanzando la preventa de otro libro más de poesía de una autora de Tres Arroyos llamada Silvia Pailhé más dos de narrativa: El puente negro de Gastón Vázquez(relatos) y Zona de Influencia que fue mi libro cuentos premiado en el concurso El Puerto Edita.

—Además de un pujante catálogo de nuevas voces la editorial ha formado parte de eventos importantes como la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

—Por suerte integramos el grupo de editoriales bonaerenses que forman parte de las actividades que organiza el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y eso nos permitió formar parte del Stand de la provincia en la Rural y de otros eventos como Finde (Feria de Industrias Creativas) en el Estadio Diego Maradona de La Plata. Eso nos permite que los libros viajen, ponerlos en contextos con otros proyectos editoriales de diferentes regiones y dar a conocer a los autores más allá de nuestra ciudad.

—Luego de la repercusión de tu última novela "¿Podrán los robots dominar el fútbol mundial?" editada por Uoiea, hay con esta serie de cuentos una vuelta a lo más característico en tu narrativa que es el arraigo con los territorial y ese cruce de géneros que van desde el realismo crudo, lo extraño a la ciencia ficción. ¿A qué lógica obedece esa decisión?

—El rebote de mi última novela por lectores de todo el país me sorprendió pero entiendo que tuvo que ver con el furor mundialista y una suerte de premonición que se dio con el uso de las tecnologías en el fútbol y el tema que utilicé para construir la trama. Sin embargo y más allá de ser una historia universal, muchos de esos pasajes se dan en la ciudad. En las cantinas de los clubes de barrio, en potreros y boliches y en este último trabajo vuelvo un poco a los materiales con los que construí mis primeras novelas (Fisher y Los Desquiciados) pero en formato de cuentos. Personajes siniestros, gore, trabajar con los residuos de la historia oficial y todo lo que va a contrapelo de lo que en el imaginario representa “lo bahiense”. Soy un escritor que cree que desde la esquina de nuestro barrio uno puede ver el mundo. Es cuestión de saber observar…

—Es como si en todos tus proyectos la materia prima sea el lado b de algo. Como que exige un lector que sepa leer entre líneas y trate de descular entre ese reguero de sangre e injusticias los personajes que esos relatos están encriptando.



—Tiene mucho de eso, también mucho de casos resonantes que quedaron impunes contados desde versiones incompletas y también hay mucho de justicia poética en mis cuentos. Al menos en la literatura puedo darme el lujo de hacer justicia. Si tuviera que analizar lo que hago creo que cuando irrumpe la ficción es para recomponer un hecho de la realidad que por algún motivo en mi inconsciente se instaló como una injusticia.

—Vos hacés justicia y uno termina empatizando con personajes que constantemente van corriendo los límites de todo.

—Creo que el gran tema del libro es como son los límites de la moral que en nuestro interior construyó la sociedad. Y en muchos casos los personajes cruzan estos límites con justificaciones para ver cómo opera eso en nuestra cabeza. De la alumna que arroja la cabeza del profesor que la acosa por el ventilete de un colegio al boxeador mandado al muere en Las Vegas que se revela y tiene que valerse de una treta para ganar hasta esa pareja que es infiel para engrosar una biblioteca, el periodista que entrevista a dos perejiles embaucados por la fiscalía que decide quedarse en la ciudad a conocer la verdad, la universitaria que llega a Pehuen-Có desde Oxford y tiene que inventar una huella de Darwin para descular un caso policial…Creo que estoy spoileando mucho…..Van a tener que comprarlo para saber el resto…

—En este libro “Zona de influencia” además de tener relatos en White que incluyen el naufragio de un barco camaronero a un justiciero en una cantina del puerto hay también contactos alienígenas en Las sierras de la Ventanía e historias que se desarrollan en un contexto rural…

—La idea del libro era trabajar con los relatos desde el mar hasta zonas reconocibles de la ciudad y una vez ahí expandirse hasta lo rural. Cuando pienso en mi ciudad incluyo en mi idea de aldea Bahía, Monte, Pehuen, Sierra y todos los pueblos cercanos. De hecho uno de los personajes escapa a Tres Lomas y otro relato sucede en un campo de Villa Iris… En fin, hay demasiadas historias en nuestra región para ser contadas.

—¿Cómo puede la gente contactarlos y cómo funciona el sistema de preventa que ustedes utilizan para la editorial?

—Nos pueden contactar en Face o Instagram como unidaddesentido o escribirnos al mail unidaddesentido@gmail,com . En este momento la promoción nos permite adquirir un libro por 2500 pesos, 2 libros por 4000 y los 3 títulos nuevos por 5000 pesos. Ponemos ese precio para que las personas que nos dan su voto de confianza puedan adquirir un verdadero descuento y que los libros sean accesibles. Es nuestra política editorial. Nos interesa que los textos circulen verdaderamente. La preventa funcionará hasta el próximo viernes.

—¿Te condiciona ser editor, gestor cultural y escritor?

—También doy talleres de escritura creativa y estoy armando El Bella Vista Cultural que es un proyecto que planeo que vincule al barrio con el club, la biblioteca y los diferentes espacios del barrio y los vecinos. Con respecto a la pregunta se separar los tantos: cuando doy clases trato de darle a mis alumnos las herramientas que a mi me hubiera gustado tener, cuando entrevisto o edito soy sumamente honesto intelectualmente con las personas que interactúo y lo tomo con la mayor de las responsabilidades. Y cuando escribo que es para lo que cada vez me queda menos tiempo, me siento libre. La escritura para mí es un espacio de libertad. Uno puede crear en cada texto su propio universo con sus propias reglas.Otra cosa que me insume mucho tiempo pero también disfruto es leer. No concibo la escritura sin relacionarla a la lectura.

—Ampliame sobre el Bella Vista Cultural.

—Con otro escritor Diego García y Ale Alfaro, el histórico bibliotecario de la Biblioteca Urdinola de Pedernera, como primeras acciones pensamos dar algunos talleres literarios, organizar un ciclo de lectura y armar un libro con la memoria colectiva del barrio en el cual los vecinos escriban sus propios recuerdos. La idea con la plata que se junte es destinar una parte a refacciones que está necesitando la Biblioteca Popular. Ya estoy contactando a otros artistas del barrio que en su momento van a sumarse a la propuesta para participar en eventos artísticos. En un barrio sino está el ejercicio de la memoria y las acciones culturales todo tiende a perderse y desaparecer y nuestra tarea precisamente es plantar la semilla para que nada se pierda cuando partamos físicamente de este plano. Es uno de los desafíos más lindos que tengo en materia cultural porque Bella Vista es todo para mi. Fui al jardín, la primaria, secundaria, al club, tengo todos mis amigos de esa época y son las calles donde me crié.

—¿No creés en ese refrán que dice que ningún artista pinta su aldea?

—Ni sobrevive para contarla habría que agregar… Pero es algo que ya es natural en mi. Son cosas que hago a nivel ciudad con el Festival de Narrativa o como cuando hacíamos el suplemento cultural nexo u otros ciclos por diferentes espacios culturales de la ciudad. La responsabilidad de trabajar en mi barrio incluso es mayor y me entusiasma.

—¿Además de los libros de qué otros consumos culturales se influencia tu literatura y qué nuevas voces o qué libros te han sorprendido últimamente?

—Mi cabeza es un gran cambalache donde coexisten diferentes registros y consumos culturales variados. Me gusta mucho mirar series y películas. Muchas veces hay más literatura en una buena serie que en un libro. Las últimas con las que me enganché fueron “Succession”, “Dark”, “Fargo”, “Better Call Saul”, las películas de Paolo Sorrentino y el documental de Joan Didion. A nivel músical quedé congelado en los 80/ 90 sobre todo el Brith Pop y el rock nacional.

“En cuanto a libros me gustó mucho la trilogía que Mar Dulce editó de Ariana Harwics, lo último que leí de Natalia Gelos, el perfil de Aurora Venturini que construyó Inés Busquets, la poeta Tilsa Otta y Daniel Durand. Generalmente me gusta leer a los autores en estado salvaje antes que los domestique el mainstream.

"De poder editar me gustaría publicar la poesía de Kako que tiene el proyecto Villa Mora y a través de su poesía disloca el lenguaje y muestra el lado b de Punta Alta y su influencia con la Base Naval!.

—¿Con estos tres libros cierran el año o queda algún libro más en camino?

—Es posible que hagamos una antología de nuevas narrativas que fui captando en mi trabajo en los diferentes talleres donde trabajo y también hay en proceso de edición una novela de Loreley Liberati. Veremos si el tiempo y la devaluación nos permite hacerlo antes de fin de año.

—¿Qué cosas disfrutás más cuando estás en tu rol de tallerista?

—Lo que más disfruto del taller es lo que se genera en la instancia colectiva de lectura donde cada componente del grupo aporta su visión. También disfruto de compartir lecturas y divulgar los autores que disfruto y ver el progreso de las personas. Cuando esas cosas suceden de manera espontánea ese día me voy a dormir tranquilo a casa.

—¿Qué motoriza que hagas cada una de todas las actividades que mencionaste anteriormente?

—Ser un escritor desde la periferia del campo cultural implica ese montón de acciones en conjunto para sobrevivir, tener tiempo de escribir, construir una obra e ir difundiendo lo que se produce acá.

Publicar un libro lo publica cualquiera, mantener un proyecto de escritura sostenido en el tiempo, con una visión clara de a dónde se quiere ir en cuanto a estéticas literarias y que los libros que se publiquen tengan relación con los anteriores publicados requieren de un estudio que incluye, campo, instancias de legitimación, circulación de obra y ser honesto en cuando a ver dónde está parada nuestra literatura y el alcance real que esta puede tener. Es para charlar largo y tendido…

La charla sigue y daría para seguir ahondando en cuestiones que relacionan la ciudad con la literatura y nos despedimos sabiendo que no va a faltar oportunidad. Después de todo Unidad de Sentido seguirá engrosando su catálogo. Búsquenlos por los paisajes de sus tapas. Son nuestros y van a sentirse orgullosos de leerlos.