Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Una fotógrafa y artista visual bahiense digitaliza un archivo de inmenso valor histórico

Paloma Duarte fue parte de la primera camada de egresados de la Licenciatura en Fotografía de la Universidad de San Martín (UNSAM), una carrera que la ayudó "a poder atravesar fuertes procesos internos emocionales". Hoy está inmersa en un importante proyecto en la Fundación Bunge&Born.

Paloma Duarte en el archivo Bunge&Born.

Dicen que lo mejor de la vida no se planea, simplemente sucede.

Paloma Duarte terminó la secundaria en 2012, en el Normal de la orientación Humanas, muy decidida a estudiar Diseño Industrial en la UBA. La fotografía, por entonces, solo formaba parte de un taller que hacía con Leticia Aiello, a modo de hobby.

"El primer año, 2013, fue un año de adaptación durísimo y en 2015 siempre cuento que me cayó una ficha gigante: no entendía qué estaba haciendo yo en esa carrera que nunca iba a poder terminar. Era muy técnica, no me hacía feliz y yo buscaba algo más artístico. En 2015, me gané una beca para un taller de fotografía y el profesor vio que me gustaba, que tenía chapa y me empezó a empapar de todo lo referido a ese arte", contó.

En ese entonces, la carrera de Diseño de Imagen y Sonido que brindaba la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA aparecía como la mejor opción relacionada con su incipiente pasión por la imagen.

Paloma en plena tarea, en Bunge&Born

"No me interesaba la parte de cine, pero me puse a hacer las materias que me gustaban y fui haciendo mi camino fotográfico. Lo que más disfrutaba era el taller de foto, con mi profesor Martín. Y fue casualmente él quien me contó que en la Universidad de San Martín se estaba por abrir la Licenciatura en Fotografía. 'Tenés que postularte', me dijo.  Y cuando vi las materias, supe que era para mí: había asignaturas de arte, investigación, curaduría, historia, las ramas que más me interesaban, y lo mejor era que no tenía nada que ver con la fotografía comercial, era cien por cien autoral y artística".

El verano del 2016 fue clave. Paloma logró superar tres filtros para entrar a la inscripción de la carrera a la que se anotaron 400 personas y solo quedaron 80. Y el filtro siguió: de esas 80, quedaron 40 luego de un curso de ingreso. Fuerte fue la emoción cuando en la lista de los elegidos vio que estaban su nombre y apellido.

"Todo se fue dando para que mi camino terminara acá, en la primera tanda de estudiantes de la Licenciatura en Fotografía. Pero tampoco me arrepiento de lo que estudié antes, porque adquirí herramientas de las dos carreras que me sirvieron un montón. El pensamiento proyectual, por ejemplo, me ayudó para desempeñarme en fotografía, en cómo llevarlo a la materialidad, porque acá la parte técnica si bien no era  hacer planos de tornillos o de placas de metal, se trataba del manejo de programas, de impresiones de papeles, etc".

La carrera -según cuenta- al ser nueva y pertenecer a una universidad con poca antigüedad también y que funciona como Escuela de Arte y Patrimonio, ofrece muy pocos cupos y abre cada dos años.

"Un honor ocupar esa plaza, para la que estudié y a la vez disfruté mucho. Esa carrera me dio la chance de conocer gente nueva no solo a nivel fotográfico, sino humano con otra manera de pensar. Yo a esa altura tenía 21 años y la Universidad de San Martín me abrió la cabeza en cuestiones sociales y humanas, porque por ese entonces mis compañeros iban ya por los 30 años y me pude nutrir de toda esta gente en un ambiente muy ameno".

Con todas las materias al día, en el año 2020 llegó el turno de presentar la tesis. Pero en ese año también llegó la pandemia.

"En medio de todo ese asunto del Covid, fui sometida a una cirugía de urgencia y entre papeleos y burocracia logré convertirme en junio de 2022 en la primera egresada de manera presencial de la carrera, porque los 6 compañeros que se recibieron antes tuvieron que rendir de manera virtual".

Tiempo de recibir el ansiado título.

Hija de Andrea Zanzeri (viola) y Fernando Duarte, (violín) -ambos músicos de la Orquesta Sinfónica de nuestra ciudad- Paloma cuenta que creció en un ambiente rodeado de música y que disfruta mucho trabajar con artistas de la talla de Ricardo de Armas, a quien le creó las portadas de varias de sus obras.

En 2020, en medio de una búsqueda laboral surgió a través de una amiga la posibilidad de entrar a la Fundación Bunge&Born con el objetivo de digitalizar el archivo económico, que abarca desde 1884 hasta finales de 1990.

"La tarea de digitalizar toda la parte de economía, donde tienen un acervo de 6.000 libros contables, tiene el objetivo de democratizar la información a nivel investigación. Es una tarea muy importante a nivel histórico y patrimonial que comenzamos en pleno 2020 con la doctora Mariela Ceva, como directora del proyecto, Eugenio Torres como coordinador y junto a dos historiadores, Felicitas Santurio y Ezequiel Villani. Parte de esos libros pueden ser escaneados pero otros tantos no porque pesan como 15 kilos y miden hasta 75 centímetros cerrados y algo así como 1,40 metros abiertos. Otros tienen cerca de mil carillas, son enormes y necesitaban fotografía técnica para poder reproducir foto por foto, página por página, una larga tarea para la que fueron sumando gente a la que fui capacitando logrando llegar a convertirme en la coordinadora del área de imagen del proyecto".

De los 6.000 libros, unos 2.500 no llegaron a la parte digital: tenían hongos, estaban en mal estado o directamente no tenían información.

"Desarrollar este plan de digitalización me llenó de recursos y de información, aprendí muchísimo, se convirtió en una herramienta súper poderosa para sumar experiencia y conocimiento. Y para quienes deseen visitar el archivo por dentro, existe una página web para hacer un recorrido virtual: https://archivo.fundacionbyb.org/.".

La obra fotográfica

"Desde que arranqué con la fotografía en Bahía me incliné por el autorretrato. Después seguí con la ciudad, la naturaleza, pero no me terminaba de hallar con esa área de la fotografía directa. Siempre me sentía cumpliendo para un tipo de foto que no estaba a gusto, y con la tesis me puse a investigar a través de teorías y filósofos, un universo no muy común: el del erotismo y la pornografía a nivel visual y cómo se instalaba en nuestro inconsciente. Luego de dos traumáticas cirugías de urgencia quedé muy afectada y esa área de autorretrato no fue algo con lo que pudiera conectar por entonces. Pero un 'click' interno me hizo replantearme las cosas de otra manera y me puse a investigar sobre el autorretrato fotográfico, pero jugando con las herramientas que brinda el photoshop y creando imágenes un poco más experimentales que me permitieron conectar con el disfrute, el juego de la fotografía y el placer. Eran imágenes conectadas con colores, algo de querer florecer después de tanto dolor que pasé".

Hoy día Paloma disfruta su trabajo, haciendo fotos que parten de una foto y que luego de una edición en el medio digital, le dan la posibilidad de crear una realidad diferente a lo que la cámara le brinda.

"A raíz de todo esto pude darme cuenta que mi eje principal de búsqueda fotográfica y artística es la identidad, sexualidad y temáticas de género, etc. Mi proyecto de tesis terminó siendo el cierre de este proceso de entender que la fotografía me ayudó a salir de un duelo muy difícil para mí respecto de mi cuerpo y que me permitió a través de la fotografía experimental y las posibilidades que me da la foto digital, poder atravesar procesos internos emocionales personales, referidos a mi identidad de género".

Paloma en redes: https://www.instagram.com/paloma.duar/ y https://palomaduarte.myportfolio.com/