Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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Chiquito Duca: “Jugué hasta los 72 años porque me cuidé, hice una vida ordenada"

El recordado wing izquierdo de Bella Vista fue campeón en 1960 y '61. También, en Olimpo, integró el gran equipo del '68.

Fotos: Emmanuel Brianne y Pablo Presti-La Nueva.

En el cajón de los recuerdos, Eduardo Duca atesora un preciado álbum de fotografías y recortes de diarios. Están celosamente protegidos con el detalle de cada año y el espiche resaltando la campaña.

"Chiquito" se pone cómodo en su cálido hogar de Avenida Pringles, se sienta en un sillón para desandar su vida futbolística, que se inició a los 10 años –nació el 21 de enero de 1941- en su querido club de barrio: Bella Vista.

“Arranqué en la sexta con Alfio Basile, que por entonces jugaba de ‘5’ y tenía un físico menudito, aunque era muy técnico con el balón. Después, en Buenos Aires, lo pulieron y se transformó en un jugador diferente, con una gran estatura y campeón de todo con Racing”, dijo Duca.

Duca compartió dos años con el “Coco” y también fue compañero del “Laucha” (Jorge) Recio, quien luego jugó en River.

“El padre del ‘Coco’, Alfio, era un yesero reconocido, muy seguidor de su hijo. En los primeros años perdíamos las finales con Villa Mitre, salvo en 1952 que dimos la vuelta, pero después vinieron años gloriosos (Ndr: 1958, campeón Quinta Competencia ante Comercial -2 a 0- en cancha de Liniers; luego el título oficial y la Copa Competencia frente a  Tiro por 3 a 2 con goles de Duca, Clemente Recio y Chumba)”.

En 1963, Bella Vista también, con la presencia de Eduardo, fue campeón del Preparación, ganándole la final 4 a 2 a Liniers. Y un año antes se había coronado Campeón Provincial (foto) integrando el seleccionado de La Liga del Sur (jugó 11 partidos y anotó 4 goles).

“Un día Alfio vendió todo lo que tenía, incluyendo las propiedades en Monte Hermoso, y se fue apostando por el futuro de su hijo. Al 'Coco' le perdimos el rastro hasta que un día volvió a Bahía dirigiendo a Colón, contra Olimpo. Los Lliteras hicieron una comida y nos volvieron a juntar. ‘Coco’ dijo: ‘Voy, pero me llevan a Chiquito y al Laucha’. Fue maravilloso”, aseguró.

--¿Cuándo debuta en Primera?

--En 1959. Salté de cuarta a primera. Teníamos un equipo muy fuerte, que al año siguiente ganó el campeonato, igual que el de Primera. Jugué muchos partidos; incluso, en Primera ya estaba ‘Toscano’ López, con 15 años. En ese título del ’60 aparezco en una foto con una mascota, el hijo de una prima. La cancha de Bella Vista rebalsaba de gente.

"También era tradicional ir con la familia a la cancha. se juntaba toda la barriada. Hay una foto que se sacó en la tribuna con allegados, dirigentes y familiares", recordó.

--¿Qué tenía de particular ese equipo?

--La conducta. Roberto Vercesi fue nuestro segundo padre. Cesáreo Sánchez, nuestro capitán, y Ricardo Koth eran formadores de grupos. Entrenábamos los miércoles y los viernes.

“El paisano ‘Sánchez’ decía: ‘tenemos un buen grupo, estamos bien’. El DT, Félix Recio, arengaba. ‘Apretá los dientes y entrá’”, sostuvo.

--¿Bella Vista era un equipo fino o aguerrido?

--Una mezcla. Había

jugadores con mucha personalidad y calidad. Los viernes Cesáreo Sánchez nos juntaba: ‘Muchachos, mi señora preparó milanesas en escabeche, ¿vienen?’ Imposible negarse.

 

Los partidos que jugó Eduardo Duca (Datos: Eduardo López)

Como DT dirigó del '74 al '79

 

--¿Las canchas más difíciles?

--Puerto Comercial, Sporting, Olimpo. Cuando pisabas Punta Alta te encontrabas con cada jugador. Cicchini fue un monstruo. Le decíamos a Toscano: "Tené cuidado con Salvador, porque la agarra de afuera y no la atajás".

"Yo jugaba de wing izquierdo, tenía la obligación de tirar centros para Koht o Sánchez, quienes entraban al área y no perdonaban. La final del ’61 se la ganamos a Sporting. Ellos jugaban con Liniers y nosotros goleamos a Libertad (5-3). Esperábamos el final en Punta Alta. En el último minuto Julio Fornetti, arquero de Liniers (que ganaba 2 a 1), le ataja un penal a Cejas. Si entraba terminábamos igualados en la tabla. Allá sostenían que cuando Cejas va a patear le hace señas al arquero al lugar que iba a ejecutar. Había una bronca bárbara”, aseveró.

En 1961 (foto), Bella Vista sumó 36 puntos, seguido de Sporting y Olimpo, con 35. En ese equipo jugaban Hugo López, Jorge Recio, Luis Depaolis, Eugenio Scipio, Manuel López, Raúl Martín, Angelio Recio, Oscar Gullace, Eduardo Recio, Juan C. Pérez, Carlos San Martín, Ricardo Koht, Cesáreo Sánchez, Carlos Lamonega, Ernesto Del Valle Corvalán, Alberto Hermosa y yo.

“Carlos Lamonega era el mejor centrocampista de Bahía, sobresalía en todo, de lo mejor que he visto. Otro que siempre me llenó los ojos fue, más acá en el tiempo, Pablo Arriagada. Era deleitarse, podría haber triunfado en el fútbol grande”, reveló.

--¿Sólo perdieron tres partidos?

--Sí, de un total de 24. Ante Comercial (1-2), Sporting (1-3) y El Nacional, por un fallo del cuerpo punitivo liguista. De local terminamos invictos.

--¿Un año antes ganan el título en un mano a mano con Olimpo?

--Terminamos iguales, pero Olimpo jugó el torneo con un jugador mal incluido y le sacaron todos los puntos. Fuimos legítimos campeones.

--¿Aprendió a ser técnico de la mano de ‘Plumita’ López?

--Era buen jugador y buen técnico. En 1974 y 75. Se armó un trío para dirigir entre “Plumita”, Villalba y yo. Cuando tomábamos la decisión de hacer un cambio nos reuníamos los tres. También fui técnico en Sansinena (1977) y tuve un segundo mandato en Bella Vista (Promocional ’77 y 1979). Banqué a un jugador que era resistido y terminó siendo crack., como el ‘Chacarero’ García; lo recomendé a Aldosivi porque tenía un dirigente amigo.

--¿Ustedes concentraban antes de los partidos?

--No. Uno se cuidaba porque quería jugar. Me acostaba temprano y antes de cada partido comía un bife con ensalada. Por entonces se estilaba comer pastas. A mí nadie me sacaba se ese menú, jajaja.

Contra Vélez Sarsfield, en un amistoso que jugó la Liga del Sur.
 

--¿Qué significó para usted jugar en la Selección?

--Un gran orgullo. Recuerdo un partido en Comodoro Rivadavia, por un Regional. Jorge Valemberg era el presidente de la Liga del Sur y cuando bajamos del avión, el presidente de la Liga de Comodoro nos quiso hospedar en el Cuartel Militar. Entonces Valemberg saltó: ‘Si la Liga del Sur va las gabelas, cuando vayan a Bahía paran en el Regimiento IV de Infantería’. Nos alojaron en el Hotel Comodoro, que tenía siete pisos y era el más moderno de esa época allá.

"En otra oportunidad fuimos a jugar a Concepción y Huachipato, en Chile. Estar en el seleccionado era un privilegio porque no te faltaba nada. Distinto era en los clubes, donde había que arreglarse con lo que había. Se traía una bolsa con todos los botines y los primeros que manoteaban tenían suerte; los últimos estaban jodidos (risas)", subrayó.

"Lo mismo con las pelotas. Había una canchera en el club a la que le decíamos 'La Vieja', que era la encargada de juntar las pelotas después de cada entrenamiento o partido. Estaba al pie del cañón, porque no eran más de dos o tres. Y cuando entrenábamos de noche lo hacíamos con un foquito que daba lástima (risas)", puntualizó.

--En 1968 integró un gran equipo de Olimpo.

--Con Lamonega, Forchino, Gerardi, Bossio, Bazerque, Barrado, Mosconi, Zapata y Alberto Gómez, entre otros. Terminábamos de entrenar, nos íbamos al Tomás y tirábamos al aro con “Lito” Fruet, Cabrera y todos esos fenómenos. De afuera estaban Fassano, Poloni y Ferro, que venía de San Lorenzo, pero jugaba en el puesto de Bazerque y siempre hacía banco. Se tomaba el avión allá, bajaba y jugaba en reserva (risas)”.

 

--Zapata y Bazerque eran líderes.

--El “Tato” era un fenómeno. En Buenos Aires lo pasaba a buscar José Sanfilippo para ir a entrenar; lo necesitaba porque le daba las asistencias para los goles. Y Juan era terrible. Una vez Lázaro López, técnico de Olimpo, dio el equipo y lo dejó afuera en un partido ante San Lorenzo de Mar del Plata, que concentraba en el hotel Colón.

“Nosotros estábamos en el Hotel Olímpico. Juan se enojó, pegó un portazo y se fue caminando hasta la cancha. Lo acompañamos con Lamonega, puteaba y, cuando estábamos llegando, se quiso pelear con todos los hinchas visitantes. Se agarró a las piñas con un par de compañeros. Al partido siguiente voló el técnico. Tenía un carácter difícil, pero el equipo, con él en cancha, era muy bueno”, apuntó.

 

En un viaje a Plaza Huincul encontró al amor de su vida

"El tío de la señora es Luis Molina, el que lleva el nombre del estadio de Sansinena", dijo Duca. 

--¿Susana es de Cerri?

--No. Sus tíos (Ndr: el estadio de Sansinena lleva el nombre de su tío: Luis Molina). A ella la conocí en un viaje a Plaza Huincul, en 1960, cuando fuimos a jugar con Argentino para celebrar la fecha del "Día del Petróleo". La noche anterior al partido nos invitaron a un baile, en club Vélez Sarsfield. Entré a la pista, la vi y le mandé cabezazo. Bailamos como hasta las 2 de la madrugada, cuando vino el delegado Pellegrino para llevarlo y me dijo: "Usted, señorita, no se haga problema que mañana lo vuelve a ver"

"Y la dejamos plantada. Al otro día nos vimos en una esquina y, con el tiempo, como ella tenía familia en Cerri y vino de vacaciones la seguimos. Con el tiempo Susana entró a trabajar a YPF y nos reencontramos. Le mandé un telegrama a la casa de la tía, jajaja", contó.

Del matrimonio nacieron los hijos Gabriel y María Julia y los nietos son Manuel, Sol, José, Gina y Atilio.

“Jugué hasta los 72 años en los municipales y veteranos 'Los Fantásticos' y 'Cocheras Alonso'. Siempre atrás de la pelota".