Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Entre lo digital y la inflación: qué pasa con las ventas de discos en Bahía

La situación económica y el avance de internet repercuten en la venta de música en soportes físicos. Qué es lo más pedido y cómo ven el panorama en las disquerías de la ciudad.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Si hay algo que trasciende las generaciones, sin importar la edad, es la música. Desde recién nacidos hasta ancianos, las canciones acompañan y marcan todas las etapas de la vida de una persona.

La música está presente en todas partes y hoy en día basta con tener un dispositivo con acceso a internet para poder escuchar los más diversos géneros de forma ilimitada, algo que era impensado hace algunas décadas, cuando la única alternativa para escuchar música a demanda era comprar discos de vinilo.

Dada la crisis económica, el panorama no es alentador para las escasas disquerías que aún continúan en pie. Sin embargo, tanto los coleccionistas como los jóvenes que desean apoyar a sus artistas favoritos y los adultos que eligen recordar otras épocas continúan mostrando su preferencia por la música en soportes físicos por sobre los formatos digitales.

“Los que compran son quienes tienen la ansiedad del momento, principalmente los adolescentes con la música de su generación. La gente más adulta consulta puntualmente, pregunta precios y ahí se decide si compra o no”, contó José Berstein, dueño de una de las pocas disquerías que quedan en Bahía y la región.

En diálogo con La Nueva. el comerciante admitió que “las ventas de discos se han reducido, no por el hecho de que la gente consuma por otro lado. Simplemente dejó de comprar”.

El local de José se dedica exclusivamente a la venta de música. Desde que lo abrió en Bahía Blanca en 2007, tras mudarse de Buenos Aires, comercializa discos de vinilo, CDs, casettes y objetos de decoración relacionados. “Nuestra especialidad es traer los productos que no se consiguen abiertamente”, contó.

Para Berstein, además de la competencia con la música digital, una de las principales razones de la baja de ventas es la crisis económica que golpea al país.

José Berstein.

Si bien el precio en dólares es el mismo de siempre, “el problema es que vale mucho menos la plata”, dijo el dueño de la disquería ubicada en la peatonal Drago.

“Históricamente, un disco vale entre 18 y 20 dólares, desde la época de venta muy masiva en Argentina. Es mucha plata hoy –evaluó–. Hoy están en promedio a la mitad de ese valor y tampoco se vende lo que se tendría que vender”.

El comerciante recordó que en contextos en que “la situación económica va bien”, la mayor afluencia de clientes buscaba comprar música para regalar. “En épocas normales, cuando la plata le vale a la gente, es un regalo barato en comparación a otro tipo de cosas”, manifestó.

Por ahora, el consumo entre adolescentes y adultos "está repartido", dijo Berstein, y comentó qué artistas son los más buscados en estos formatos.

"Los adolescentes llevan lo de su generación, artistas como Taylor Swift, Harry Styles, Louis Tomlinson, Lana del Rey y algunos artistas latinos. Pero también llevan clásicos: Michael Jackson, Queen, Pink Floyd, Soda Stereo, Cerati solista. Es una grata sorpresa saber que los chicos consumen otro tipo de música y buena, más allá de su generación", dijo.

Por su parte, "la gente grande es muy puntual: viene a comprar un disco de Los Palmeras, como también del Chaqueño Palavecino, un compilado de Sergio Denis o un éxito de Los Beatles. Algo que les guste realmente, no se guían por lo que suena", señaló.

Además, el vendedor aseguró que el trap y reggaetón, "lo que suena mucho", no se vende en soportes físicos. "Físicamente hay menos de un tercio de lo que se promueve. Que suene mucho no significa que se venda", mencionó.

En cuanto al futuro del rubro, Berstein dijo que espera “que la economía se estabilice” y vuelva a flote el consumo de música en soportes físicos.

Sebastián Panelli es parte de la tercera generación de dueños de un histórico comercio de instrumentos musicales en la ciudad. Si bien no se dedica exclusivamente a la venta de discos, en el local todavía se puede adquirir música en soporte físico.

“Desde que salieron los discos el local existe, así que hay discos de todas las épocas”, manifestó Panelli. Es que el local funciona desde 1934, 14 años antes de que la empresa Columbia Records introdujera los discos de vinilo en el mercado internacional. Hoy el comercio se ubica en O’Higgins al 200, lugar que ocupa desde 1969.

Respecto de las ventas actuales, se manifestó en la misma línea que Berstein. Dijo que la afluencia de clientes bajó considerablemente en los últimos años y atribuyó como razón principal el mal momento económico que atraviesa el país.

“En nuestro local se venden discos de vinilo y cassettes. Los CDs ya no nos entran más. Es un problema del país. En el mundo se sigue vendiendo todos los formatos”, aseguró.

Sebastián Panelli.

“La mercadería de importación es muy acotada y la gente no puede afrontar los costos. Un disco siempre salió 20 dólares, pero con el cambio se le complica a la gente. Ahora un disco sale 10.000 pesos aproximadamente, es inaccesible para la población”, consideró.

Además, indicó que eso repercutió en los productos que ingresan al local. “Todo lo que vendo es mercadería que hay de stock. Las cosas novedosas no las estoy trayendo porque realmente no hay mucha venta”, dijo.

Panelli comentó que su clientela se compone por “gente de poder adquisitivo” que puede afrontar los elevados costos de la música en soportes físicos. “El poder adquisitivo de la gente ha decaído en los últimos 30 años. La gente que nos compra vinilos son abogados, médicos. Las personas jóvenes lamentablemente no están accediendo, que eran las que antes compraban”, explicó.

Pese a la complicada situación, el vendedor se mostró optimista: “Creo que todo vuelve y siempre tengo la esperanza de que vamos a salir adelante. Siempre apostamos al país y a seguir trayendo cosas. Esperemos que cambie”, concluyó.