Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

"La vida me ha compensado el esfuerzo hecho durante tantos años"

Maximiliano Ritacco dejó Bahía Blanca a principios de milenio y se lanzó hacia una temible pero desafiante aventura en el viejo continente.

Dos raquetas en mano, bolsito, unos pocos dólares en la billetera y a explorar el mundo, como tantos en aquellos días.

Aunque la decisión del bahiense Maximiliano Ritacco no fue propiciada por el infierno económico de entonces en nuestro país, allá por 2001, sino por una serie de factores personales potenciada por la permanente inquietud.

La misma que mantiene hoy en día y que lo empuja constantemente a abrirse más y más camino hacia el conocimiento y el crecimiento personal.

“Me lancé a la aventura en pos de ir detrás de una experiencia de vida, buscando un nuevo horizonte y pretendiendo hacer experiencia en Europa, evaluando quedarme si las cosas funcionaban bien”, nos cuenta Ritacco, radicado desde 2001 en Granada, España.

Vaya si las cosas funcionaron bien…

El tenis fue la llave que le permitió ir abriendo puertas, tejiendo redes y construir los cimientos para su grandioso presente profesional, académica y deportivamente hablando.

“Acababa de finalizar mi carrera como profesor de educación física, mi trabajo como profesor de tenis en dónde estaba, en el club Los Mosquitos de Monte Hermoso, ya que en Bahía nunca tuve espacio para poder hacerlo, y además había terminado hacía poco una relación sentimental. Con lo cual todo estaba dado para lanzarme hacia esa aventura, se juntaron todos los factores necesarios y llegó el momento de cambiar de aires”, destacó.

“Llegué a Granada..agrega--, a la casa de un amigo de mis padres y ellos me aguantaron un par de meses. Por suerte a la semana ya estaba dando clase de tenis y conociendo gente y clubes. Me fui con mis raquetas, empecé a jugar y a partir de ahí se fue abriendo camino, especialmente entrenando chicos”.

Mientras paralelamente forjaba su camino académico, puntualmente la carrera de Licenciatura en Psicopedagogía, en el radar apareció un joven talento que hoy es una realidad en el tenis mundial, disputando los mejores torneos y enfrentando a los máximos exponentes.

Ritacco, alguna vez N°1 del circuito local bahiense, tiene la dicha de trabajar junto al español Roberto Carballés Baena, actual N°53 del ranking ATP.

Aunque su labor no se limita a cuestiones meramente deportivas, sino que ahonda en terrenos mucho más profundos y no menos trascendentales para el óptimo desempeño de un deportista: la esfera mental.

”Mi trabajo con Robert lo llamo un "gabinete de psicotenis", y eso abarca, por un lado, cuestiones muy prácticas y de poner a prueba muchas cosas en cancha en el corto plazo; todo tipo de dinámicas y rutinas de concentración, motivación, relajación, visualización, gestión de los tiempos de partido y demás, trabajos que no son nuevos pero que yo los he adaptado mucho a la prontitud que tiene el tenis hoy. Y después me focalizo en cuestiones de mediano y largo plazo, trabajando en cuestiones de fondo y emocionales”, nos cuenta Ritacco, profesor de Psicopedagogía en la Universidad de Granada.

“Lo mío, a diferencia de la tarea del psicólogo, va más a la aplicación práctica de lo que le pasa a Robert cuando juega y a la gestión del éxito y el fracaso, algo más propio y técnico del tenis. Lo más complejo es pulir las asperezas que se van generando en torno a la carrera profesional, que muchas veces los lleva a presionarse o sentirse frustrados y a generar niveles de tensión y estrés enormes. A veces la competición los termina asqueando a los jugadores”, destacó.

Un sostén mental y emocional, por sobre todo, Ritacco recalca la importancia de su labor en los momentos oscuros en la carrera del tenista profesional.

“Mi trabajo lo van a notar más en los momentos malos que en los buenos. Cuando ganan está todo bien, pero cuando no es así, en épocas donde las cosas no salen, que hay que conseguir puntos y demás, el estrés obliga a hacer intervención diaria y permanente. Es ahí cuando más actúo”, contó.

Fruto del esfuerzo

El camino continúa, pero cada tanto resulta conveniente mirar hacia atrás y valorar el camino recorrido y los éxitos conseguidos.

“Da la sensación que veinte años no es nada, pero realmente lo es. Yo resumo un poco todo en la palabra esfuerzo. Me he esforzado muchísimo, haciendo cosas muy grandes para llegar a donde estoy. Trabajar, estudiar y mantener a la familia, todo a la vez, inclusive ayudando a mis padres, que los traje aquí conmigo, ya que Argentina nos dejó muy poco”, recuerda Maxi.

“Y todo me ha compensado. No sé en los demás casos, pero en mi experiencia España me ha devuelto lo que básicamente le he dado. Tengo un buen pasar, soy funcionario del estado, profesor titular de universidad, trabajo con jugadores profesionales, juego al tenis, voy al gimnasio, soy padre y muy feliz”, cerró.