Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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“Tiro me dio todo, pero la campaña es muy mala y no tenía energía para seguir”

Hernán Rosell explicó los motivos que lo llevaron a dejar el cargo como entrenador del primer equipo auriovioleta que hoy se encuentra último en el torneo Apertura de la Liga del Sur. “Renuncié por los malos resultados, en buenos términos y con un recuerdo que llevaré por el resto de mi vida”, señaló el DT campeón en 2022.

Fotos: Emmanuel Briane y Archivo-La Nueva.

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota ampliada de la edición impresa)

A cualquiera le llamaría la atención que un técnico que salió campeón en 2022 decida renunciar al al año siguiente, en la sexta fecha del torneo inicial de la temporada. El “loquero” del fútbol actual determina que los resultados mandan y los entrenadores están expuestos a una “carnicería” mediática sin contemplaciones, aunque casos como el de Hernán Rosell, que se acaba de alejar en los mejores términos de la conducción técnica de Tiro Federal, hay uno en un millón. Es tan atípico para los tiempos que corren que hasta parece irreal.

El ex jugador de Liniers decidió dejar su cargo pese a la insistencia de la dirigencia, del plantel y de los hinchas para que continúe, al menos hasta la finalización del certamen Apertura de la Liga del Sur, donde queda una programación para el cierre de la primera rueda.

“Coincido con lo que decís, es raro tener que irte de un lugar donde te sentís y te hacen sentir tan bien, pero también es raro que el equipo haya perdido cinco de los seis partidos que disputó hasta el momento. Me hago cargo de la muy mala campaña que veníamos desarrollando, pero era innecesario seguir machacando sobre algo a lo que no le estaba encontrando solución. Se agotó la energía y me quedé sin ganas”, explicó de arranque el “Negro”.

“Con Leo (De Paola, su ayudante de campo) habíamos hablado del tema hace dos semanas, pero en ese momento nos pusimos como plazo dirigir ante Olimpo y Villa Mitre, dos buenos encuentros para cambiar el chip, para conseguir resultados positivos y salir del fondo de la tabla de posiciones. El domingo que pasó, Olimpo nos dio un cachetazo infernal, y ahí me di cuenta que el destino ya estaba marcado”, sostuvo el DT formado en el “Chivo”.

“El 0-4 aceleró la decisión. Olimpo tiene un gran equipo, pero en ese momento iba último, y si te golea el último es porque algo sucede. Era el partido ideal para remontar, aunque terminamos dejando una imagen fea. Te puedo asegurar que el trámite fue parejo, la única diferencia estuvo en los arcos: ellos fueron certeros y nosotros no. El que no fue a la cancha, lee las noticias, ve como termino el duelo y entiende que el resultado habla por si solo más allá de que vos le quieras explicar lo inexplicable. Ahí me di cuenta que no podía ser caprichoso y que tenía que dar un paso al costado”.

--No estabas al cien por ciento.

--Exacto. Tiro te obliga a estar al ciento diez por ciento, y yo sentía que mis fuerzas se seguían debilitando. Llegué a pensar que ya no podía motivar a un plantel que necesitaba recibir un golpe de timón, por eso no quise ser egoísta y le manifesté a los dirigentes que lo mejor era un cambio de aire, que se haga cargo alguien con ideas innovadoras y más fuerza que nosotros.

“Viste como es esto, agarra otra persona, se renueva el ánimo y los jugadores levantan el nivel. De lo que no me quedan dudas es que estos chicos van a salir de la mala y terminarán haciendo un buen campeonato”.
A los 36 años, Rosell culminó su primera experiencia como DT de un elenco mayor con un título, el sello que lo distinguirá a lo largo de su carrera, al nivel que sea y cada vez que se convierta en líder de un grupo de futbolistas.

“Llegué a Tiro siendo todo nuevo para mi, no sabía con que me iba a encontrar, y en el club me dieron todo lo que me tenían que dar para que me sienta a gusto y me pueda desenvolver sin problemas. El trato fue maravilloso, jamás hubo un choque con los dirigentes, no sufrimos conflictos internos y los hinchas siempre se pusieron de nuestro lado. Hubo falencias, como en todos los clubes, pero las partes estuvieron dispuestas al diálogo en todo momento y ante un inconveniente siempre llegaba una solución. Me llevo el orgullo de haber trabajado para una gran institución”, contó Hernán.

“A veces, ante los resultados adversos, era raro que nadie te dijera nada, pero los directivos, con la mejor onda, siempre me palmeaban la espalda con un `quedate tranquilo, acá nadie te va a echar´. Siempre un mensaje de aliento, una palabra feliz; incluso hasta ex jugadores de Tiro me escribieron deseándome lo mejor”, relató en primera persona.

--Incluso después del traspié frente a Olimpo, al llegar al club con el plantel, un grupito de hinchas te bancó. ¿Te estaban esperando?

--No sé, se dio un diálogo con un simpatizante que estaba tomando algo. Cuando un dirigente le manifestó que “de esta vamos a salir”, el hincha respondió: “este equipo ya salió campeón, que importa si este año pierde todos los partidos”. Y atrás llegó un “¡vamos Tiro!”. Conmigo se manejaron con un gran respeto, no me puedo quejar de nada.

“Es un honor haber quedado en la historia tirense, haber sido el técnico del plantel que obtuvo la cuarta estrella. Ojalá vengan más vueltas olímpicas, pero mientras tanto voy a gozar de ser el último entrenador campeón. La campaña del año pasado fue espectacular, y con el paso del tiempo muchos la van a valorar el doble de lo que la valoran hoy. Aunque algunos nos hayan quitado méritos, lo de Tiro en 2022 fue brillante”.

--Coincido.

--Tiro fue un violín. Le sacamos 15 puntos al segundo en la tabla general, aunque llegamos a la final de la temporada con la nafta justa y dos jugadores claves lesionados por ligamento cruzado (Seba Mancinelli y Agustín Cabrera). El duelo decisivo fue ante un gigante como Liniers, el que nos dio batalla de principio a fin, pero pudimos pasar y festejar, y eso ya al club no se lo quita nadie.

 

Sentida despedida

“Después de la charla donde le brindé al plantel los motivos de mi alejamiento, muchos jugadores me mandaron mensaje para que lo piense, pero la decisión estaba tomada. Hacer esa última reunión fue duro, algo que jamás pensé que podía llegar a suceder, pero esto es fútbol y no hay que dramatizar más de la cuenta”, esgrimió quien en Tiro dirigió 23 cotejos (8 éxitos, 8 empates y 7 derrotas), con el 46,37 % de los puntos en juego.

“Más allá de mi forma de ser y de las determinaciones que tuve que tomar, el respeto mutuo y el compromiso de los chicos hacia un proyecto fueron las bases que consolidaron a un grupo comprometido con la causa y con ganas de competir”, indicó mientras se acomodaba el guardapolvo que lo distingue como empleado de la empresa Laneko (medicina laboral).

“En el día a día te das cuenta como es el jugador, quien se puede enojar y a quien no le importa nada, pero estos chicos son muy piolas y nunca me la hicieron difícil. Cuando asumimos con Fabián (Tuya) a principio de 2022 --el entrevistado como ayudante de campo--, estuvimos siete fechas sin ganar, y yo pensaba: `¿estos pibes no van a reprochar nada, no se van a revelar, no se van a putear entre ellos?´ Nada, nadie pegó ni un grito. Cuando lo hablamos con los dirigentes, nos comentaron que los chicos del club eran así, callados, respetuosos y con valores difíciles de encontrar en este fútbol de hoy en día. Y tenían razón, porque ahora que me fui esos códigos los volvieron a demostrar”.

--Nunca te habías despedido de un plantel, seguramente fue duro, pero eso te forma el carácter.

--Para ese tipo de charlas nunca estás preparado, pero cuando las afrontás, las palabras salen por si solas. Tuve un momento más crítico que este, más sensible, fue cuando murió Facundo Saccoccia (en 2018 un borracho al volante lo atropelló y lo mató), jugador al que yo dirigía en Liniers. Me tuve que poner adelante de pibes de 17 años para tratar de explicarle lo que ellos no comprendían: haber perdido a un compañero y amigo porque un borracho al volante lo mató. Eso si conmueve, lo otro es fútbol, a veces triste y a veces injusto, pero fluye...”

“Por ahí mañana me llaman para ir a dirigir a un club, pero Santiago, el padre de Facu, no va a poder recuperar a su hijo. Una tragedia difícil de digerir, donde cuesta entender porque no hay justicia. Perdón que me ponga así, pero todavía hoy no comprendo porque pasó lo que pasó con un pibe que tenía toda una vida por delante”, exclamó el DT con los ojos vidriosos.

--Te entiendo, lo otro es fútbol.

--Claro, no es una cuestión de vida o muerte. Estando en Tiro, mi mamá (Estella) casi se muere, y los pibes del plantel me dieron un respaldo y una energía increíble. Yo les decía que necesitaba ir al club y estar con ellos para recuperar las fuerzas que no tenía cuando iba al hospital. Esas son las verdaderas actitudes que enaltecen al ser humano, las que te motorizan a seguir, y fui feliz compartiendo un vestuario, una cena o una práctica con ellos. A veces la pelota entra o pega en el palo, pero que un equipo esté con vos en tus peores momentos no tiene precio ni comparación con nada.

--Mirá que estamos en un momento...

--(Interrumpiendo) Sí, donde cada partido es a matar o morir; una locura. Por eso estamos como estamos, naturalizando la violencia en sus distintas expresiones. A veces, nosotros, desde adentro, somos culpables de lo que pasa, por no razonar, por no parar la pelota o por fomentar situaciones que sabemos que están mal. Siempre digo lo mismo: vas a valorar tu vida y la de los demás cuando realmente pase algo lamentable.

“No me voy a cortar las venas por haberme ido de Tiro, es fútbol, y más allá de que se practica por plata y prestigio, es un juego y debe ser entendido como tal. Un resultado no puede provocar una situación extrema, lo debemos comprender para que todo vuelva a la normalidad: para que regrese el público visitante a las canchas, para que no haya peleas, para que el folclore no termine en tragedia y para que los árbitros puedan dirigir sin ser presionados ni perseguidos”.

--La violencia verbal que se vive en el fútbol es terrible.

--Gravísima. Hace poco, no importa la cancha ni el rival, un grupito de nenes, de no más de 10 años, me putearon a más no poder detrás de un alambrado, pero lo que me llamó la atención fueron las barbaridades que me dijeron, sobre todo sobre mi intimidad y en relación a mi pareja (que dicho sea de paso no tiene). Ahora, ¿dónde están los padres de esos chicos?. Te juro que no lo podía creer, pibes vestidos con los colores de un club... Pero bueno, es un reflejo más de una sociedad enferma”.

--¿Cuánto tiempo te vas a alejar de la dirección técnica?

--No sé, necesito descansar, liberar la mente, estar tranquilo, disfrutar de pequeñas situaciones, ver un partido por tele en casa sin tener que preocuparme porque a Tiro no se le dan los resultados.

--¿Te llegó alguna propuesta?

--No, y no voy a escuchar a nadie que tenga en su club a un técnico trabajando en Primera. Entiendo como es esto, jugué siempre al fútbol y los códigos deben manejar tus impulsos.

--En Tiro te reemplaza Juan Pablo Manganaro, ¿lo recomendaste vos?

--Le comenté a los dirigentes que era una excelente posibilidad, que Juan es muy buen tipo y que merecía tener una chance en Primera. Conoce mucho a los chicos del club (era DT de la cuarta, quinta y sexta, además de coordinador en el fútbol menor) y fue muy bueno que se fijen en él. Además vuelve el Profe (Fabián Ferreiro) y eso le va a dar un plus al equipo.

--Como sos amigo te lo pregunto: ¿existió la posibilidad de que vuelva Tuya a Tiro?

--No sé, no creo pese a que los dirigentes tienen la mejor con Fabián. Hace poco se fue de Sporting, pasó todo muy rápido, por eso no sé si era el momento de la vuelta. Ni siquiera me enteré si le hablaron.

--Liniers es líder en el Federal A y en la Liga, ¿te sorprende alguna de las dos campañas?

--No. En el club se acomodaron ciertas relaciones internas y están trabajando más tranquilos tanto entrenadores como coordinadores. Para el Federal llegó un cuerpo técnico súper profesional con Claudio Graf a la cabeza, y su impronta se empezó a notar en el rendimiento colectivo, en la manera de entrenar y en la planificación de todo lo que tiene que ver con el plantel. El equipo de la Liga consiguió un orden y los buenos jugadores están siendo bien complementados con los que bajan de la plantilla profesional.

“No me sorprende que Linieres esté tan bien. La cabeza es fundamental, y cuando esa funciona bien, todo sale bien”.

--¿Cuándo va a ser tu momento en el Chivo?

--Ni idea, pero sé que voy a dirigir en mi club. Liniers es mi casa, me gustaría volver. Se han dado oportunidades cuando estaba trabajando en Tiro, pero no quise decir que si por una cuestión de respeto donde me hacían sentir de diez y feliz. Veremos que pasa de acá en adelante.

“Cuando Fabián se fue a Sporting estuve a punto de ir con él, por todo lo que representa la pasión de la gente rojinegra. Aunque también sentí la responsabilidad de quedarme, de hacer mi primeras armas en Tiro, una elección que con el tiempo terminó saliendo espectacular. Me quedo con eso, con ese campeonato, con la posibilidad de promover juveniles, de haberle dejado a Tiro 7 u 8 jugadores genuinos de las formativas”.

Por último, “agradecerle a todos, jugadores, hinchas, dirigentes, auxiliares, al loco Ruiz, al Zorro, a los que día a día estuvieron con nosotros. Jamás un cuestionamiento, nada... Repito: mi salida del club fue cien por ciento por cuestiones deportivas. Me quedé sin ideas, me había a acostumbrado a ganar y este año no me acostumbré a perder. No me podía quedar sabiendo que nadie me iba a echar; lo mejor era que venga alguien con la fuerza necesaria como para dar vuelta la historia. Ojalá sea Manga el que encarrile la máquina. Material y buenas voluntades hay, eso se lo puedo asegurar.

 

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Cotejos dirigió Hernán en Tiro: 8 triunfos, 8 empates y 7 derrotas, es decir el 46, 37 % de los puntos. En 2022, con él al mando, el aurivioleta fue campeón liguista.