Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El insólito valor de las multas de tránsito

Atado el ajuste del valor de las multas a los aumentos de los combustibles, siguen una espiral ascendente que excede toda lógica.

Desde 2009, por decreto provincial, el valor de las multas de tránsito se ajusta de manera bimestral, teniendo como patrón el precio de la nafta YPF de mayor octanaje en la sucursal La Plata del Automóvil Club Argentino.

Con esa referencia, sin que medie discusión o cuestionamiento, las faltas viales son castigadas valores elevadísimos, tomando como ejemplo tener que pagar hasta 230 mil pesos por estacionar en un lugar prohibido.

Cuándo entró en vigencia este modo de establecer los montos, la nafta costaba 3 pesos. Es decir que desde entonces ha aumentado un 7.000%.

El precio del litro de combustible coinciden con el valor de la Unidad Fija (UF) que es la que se aplica para calcular las multas, con cantidades que oscilan entre 150 a 1500 UFs.

No se trata de cuestionar la importancia que pueden tener las multas a la hora de evitar que el tránsito sea un caos o una anarquía, en un país donde la cultura de respetar las leyes es algo que brilla por su ausencia.

A pesar de conocer prohibiciones y riesgos, a la hora de manejar los conductores necesitan un control y una sanción porque si no aumentan claramente los riesgos de accidentes y siniestros.

Sin embargo, el sistema de ajuste no pareciera el más adecuado, considerando el actual momento económico del país, sus elevadísimos porcentajes de pobreza, una inflación galopante y salarios por debajo de la línea de pobreza.

Pagar una multa se convierte, en este contexto, en poco menos que imposible, inaccesible, con valores que en nada se relacionan con los recursos que pueden disponer la mayoría de la gente.

Es claro que con no cometer infracciones sería suficiente para evitar tremenda sanción pecunaria, pero acaso sería adecuado repensar estos valores, llevarlos a otro plano y no atarlos a un índice que las petroleras manejan a gusto y criterio.