Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Los impactos de la sequía en la salud: de enfermedades a problemas en la piel

Uno de los principales efectos en la salud es la dificultad para el abastecimiento de agua potable, además de la disminución que se produce en la calidad del aire.

Aumento de contaminantes en el agua, mayor riesgo de enfermedades infecciosas, disminución en la calidad del aire, resequedad en la piel y el pelo, son algunos de los impactos en la salud que puede producir la sequía histórica que afecta a más de la mitad del país y genera una “situación crítica” para los recursos hídricos, según especialistas que advirtieron sobre los cambios en nuestro estilo de vida.

“En gran parte del país hay un predominio casi absoluto de condiciones de sequía. Ni que hablar de la llanura pampeana que está entre los dos o tres años más secos de la historia”, dijo el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús.

La superficie del territorio afectada por la sequía alcanzó a principio de enero 1.364.749 kilómetros cuadrados equivalentes al 54,48% del área total, según un informe del Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa).

Esta sequía prolongada que atraviesa Argentina desde hace más de tres años se volvió histórica por la combinación de varios factores, como la persistencia del fenómeno de La Niña, que está asociado con el déficit de lluvias, o el calentamiento global que genera impactos sin precedentes y pone al recurso hídrico en “una situación crítica” con la bajante de ríos, aseguró Borús.

Uno de los principales efectos en la salud es la dificultad para el abastecimiento de agua potable: “ni bien se declaró la bajante del río Paraná en marzo del 2020, la toma de agua de Puerto Iguazú quedó al aire, sin una gota de agua”, precisó el ingeniero.

Para mitigar el impacto se adaptaron las tomas, pero el hidrólogo advirtió que cuando se captan aguas muy bajas tienen una “mayor concentración de contaminantes y de sedimentos, con lo que toda la operación de potabilización para el consumo urbano se encarece tremendamente”.

“Durante el año pasado y a principios de este, algunas personas de ciudades como Corrientes o Puerto Bermejo (Chaco) veían que el agua tenía un color y un gusto distintos. Sin perder aptitud para el consumo, el agua no tenía la mejor de las calidades que habitualmente tiene”, añadió.

Para Borús, el problema más grave “es el acceso al agua para consumo en las poblaciones rurales pequeñas que están lejos de los grandes ríos y no cuentan con infraestructura más que la captación de aguas subterráneas que hoy presentan niveles muy bajos”.

La escasez de agua también aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas que se transmiten más fácilmente cuando la higiene se ve comprometida, como pueden ser los brotes de diarrea.

Sobre las enfermedades transmitidas por vectores, Oscar Salomón, director del Instituto Nacional de Medicina Tropical, aseguró que en toda el área subtropical Argentina la sequía provocaría “la reducción de ciertas enfermedades porque disminuye la supervivencia de algunos insectos”.

Sin embargo, el investigador del Conicet aclaró que “hay vectores que se dispersan mejor en áreas secas, como algunas garrapatas, pero lo más crítico es qué hacen las personas durante la sequía”.

“Hay una situación de base donde una parte de la población empieza a tener desnutrición y entonces no está con tanta competencia inmunológica”, explicó Salomón.