El juicio por la muerte de Diego
El juicio por su muerte volverá a montar un escándalo detrás del mito.
Se cumplieron tres años de la muerte anunciada, esperable y lógica de Diego Armando Maradona, uno de los jugadores de fútbol más talentosos que dio la historia.
Diego falleció el 25 de noviembre de 2020, mientras dormía en una casa alquilada, lejos de cualquier contención familiar, en una cama ajena, devastado su organismo luego de una vida desbordada de excesos perjudiciales para su salud.
Su última salida pública fue cuando cumplió 60 años, el 20 de octubre de 2020, al asistir a un homenaje en cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Su aspecto físico era entonces deplorable. Apenas podía caminar, apenas podía hablar, mostraba un estado tan malo que a nadie hubiese sorprendido demasiado si alguien aventuraba que le quedaban 20 días de vida.
Lo cierto es que si la vida de Maradona fue siempre un escándalo, parece que también lo es su ausencia, cerca la fecha del juicio por su muerte, calificada como un homicidio simple con dolo eventual, lo cual significa que hubo personas que pudieron evitar que muriese.
Los tres principales imputados son el médico de cabecera de Diego, su psiquiatra y su psicólogo, acusados de “no asistirlo adecuadamente, impidiendo que recibiera la atención médica que hubiese evitado el deceso”.
Se viene otro gran circo alrededor de Maradona, donde seguramente aparecerán acusaciones cruzadas, responsabilidades familiares, conductas del propio jugador.
Lo único claro a esta altura es que el deterioro de la salud de Maradona era evidente desde hacía años, que su vida de excesos con la droga y el alcohol estaban a la vista y que hubo mucha gente de su entorno que pudo no haber hecho lo suficiente para ayudarlo.
Es de esperar que lo que se avecina sea piadoso con su memoria, que no se caiga en el error de buscar chivos expiatorios y que en el menor tiempo posible Diego pueda descansar en paz.