Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Gustavo Idigoras: "Argentina está vista como el gran potencial proveedor de aceite de girasol"

El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) señaló que hay que generar mayor producción. "Nuestro país tiene una industria aceitera muy fuertemente instalada en materia tecnológica", afirmó.

Foto: Pablo Presti-La Nueva.

    La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) tiene por objetivo central proteger y promover los intereses de la actividad industrial dedicada al procesamiento de granos oleaginosos en la Argentina.

   Se constituyó en 1980 y agrupa a la mayoría de las empresas que elaboran aceites vegetales y harinas proteicas del país.

   Su actual presidente, cargo que ejerce desde 2008, es Gustavo Idigoras, licenciado en Ciencia Política, Master en Relaciones Internacionales y Master en Business Administration en Bélgica. Y, además, es profesor de postgrado de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

   -¿Considera que la industria aceitera es uno de los pilares de la producción, agregación de valor y exportación agroindustrial de Argentina?

   -Argentina es un país agropecuario que tiene por objetivo ser un país agroindustrial. Cuando observamos la composición de las exportaciones, el complejo agroindustrial del derivado de la soja, sumando a los principales cereales representan el 50% de las ventas al exterior de la Argentina.

   "Por otro lado, de las diez primeras empresas de exportación del país son de la industria aceitera y de cada 10 dólares que ingresan de manera neta al país, ocho son generados de forma directa por este sector. Es una industria que genera valor, empleo y es la principal fuente de divisas del país", señaló Idigoras.

   -Producimos más de 600 mil toneladas de girasol y Ucrania 4 millones y abastece a más del 50% de las exportaciones mundiales. ¿Este conflicto puede beneficiarnos en el comercio mundial del producto?

   -En aceite de girasol históricamente Argentina siempre ha sido un gran jugador. Fuimos perdiendo espacio y hemos sido desplazados por Ucrania, aunque con la guerra desapareció el 78% del comercio mundial, sumando a Ucrania y Rusia. De a poco Ucrania trató de reinsertarse, pero sus flujos de venta han caído. En el primer semestre de este año Ucrania tenía previsto ventas por 2 millones de toneladas y vendió únicamente 600 mil. 

   "Argentina está vista como el gran proveedor potencial de aceite de girasol, pero dependerá de nuestra capacidad de producción. Por eso vamos a organizar, en marzo del 2023, el próximo Congreso Mundial de Aceite de Girasol con asistencia de todos los compradores del mundo. Veremos la forma en que trabajamos, producimos y transformamos el girasol”, aseguró.

   -¿La Industria aceitera tiene capacidad ociosa para poder eventualmente cubrir parte de esta demanda emergente?

   -Nuestro país tiene una industria aceitera muy fuertemente instalada en materia tecnológica, con una capacidad de molienda de 70 millones de toneladas totales (anuales) y estamos moliendo menos de 45 millones. Es decir, tenemos una capacidad ociosa significativa y hoy es un costo, pero se puede transformar en una oportunidad de crecimiento.

   "Por eso se invirtió tanto como Industria Aceitera en un plan estratégico para el girasol y la soja, para que puedan despegar", subrayó.

   -¿Puede esto modificar la matriz de siembra de la cosecha gruesa próxima, en beneficio del girasol y en detrimento de la soja?

   -En nuestro país tenemos distintas zonas de producción: una es NEA, gran proveedor de girasol, y otra el sur bonaerense, en condiciones de crecer. Dependerá mucho de la capacidad de la industria semillera en ofrecer semillas con la mejor tecnología posible.

   "El productor tiene mucho interés en sembrar más girasol, hay precios muy atractivos. La cadena de valor tiene que asumir esa responsabilidad porque el tren no pasa dos veces", aclaró.

   -Argentina tiene la mayor capacidad de molienda de Latinoamérica. ¿Que capacidad hay ocupada?

   -Está cercana al 55% y hay un 45%de capacidad ociosa, por lo que no hace falta hacer inversiones. Es muy importante porque las inversiones de más largo aliento son las inversiones de industrialización, mientras que las inversiones de producción es de un año a otro por decisión del productor, que puede cambiar entre campañas.

   "Nos falta hacer crecer la superficie de producción de girasol. Se estima que para la próxima campaña podría crecer un 25%, que igualmente será insuficiente en relación en relación con la demanda internacional", expuso.

   -¿Hay grano suficiente para aumentar estos volúmenes de producto exportable?

   -En materia de girasol no tenemos por ahora esa posibilidad de aumentar los volúmenes exportables. Hay una posibilidad en el corto plazo para la próximas decisiones de siembra de ampliar la superficie, aunque el mayor cuello de botella es el faltante de semilla disponible en el mercado.

   -¿La coyuntura es favorable para incrementar el proceso industrial del grano, generando valor agregado y puestos de trabajo?

   -Estas industrias tienen efecto multiplicador. Cada empleo se multiplica por 11. Si bien hay una fuerte introducción de tecnología la industria asociada con las terminales generan mucha mano de obra directa e indirecta.

   "Se brinda una economía de servicios muy grande. Y por eso, a modo de ejemplo, Bahía Blanca es el gran Polo Agroindustrial Exportador del sur de nuestro país”, puntualizó Idigoras.

   -¿Cómo se encuentra hoy la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA)?

   -Muy bien. Existe desde 1980 y están todas las empresas que producen y comercializan para el mercado interno y para las de exportaciones. Y por otro lado la relevancia que tiene la Argentina.

   "En el caso del aceite de soja somos el primer exportador mundial y en el aceite de girasol el cuarto, aunque si seguimos en este ritmo el año que viene nos vamos a posicionar en el tercer lugar que es nuestro objetivo", sintetizó.