Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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"Nunca me sentí discriminado, me felicitan por mis ganas de progresar"

Alejandro Marucci tiene retraso madurativo pero sus ganas de salir adelante, estudiar y trabajar para mantener a su hija lo impulsaron a aprender a reparar cosas de electrónica. Y para ello necesita TV Leds, consolas, celulares o computadoras rotas para poder hacer las prácticas del curso de servicio técnico que realiza por internet.

Fotos: Pablo Presti - La Nueva

Laura Gregorietti

lgregorietti@lanueva.com

 

   Alejandro no le tiene miedo a la vida. Ni al trabajo, ni a pesar penurias. Desde que su madre murió cuando era muy chiquito supo que nada le iba a resultar fácil.

   "Nací el 28 de febrero de 1997 en 25 de Mayo, cerca de Buenos Aires y tuve una infancia complicada. Recuerdo como algo habitual comer de la basura hasta que un día me encontré con personas que me ayudaron. Uno me enseñó a cortar pasto y a arreglar la máquina cuando se rompía y después comencé a trabajar en una verdulería, en la que el dueño me encontró buscando algo para comer entre lo que él tiraba", cuenta Alejandro Marucci.

   De su niñez recuerda que su mamá murió y que él sus hermanitos pensaron que "estaba dormida".

   "Nos crió mi abuela como pudo, porque mi papá se fue y volvió recién cuando ya éramos todos grandes. Uno de mis hermanos quedó viviendo en 25 de Mayo con mi abuela, otro hermano que estaba en un hogar fue adoptado por una pareja San Miguel del Monte y yo años después me vine a Bahía con mi pareja Carla, que conocí en la Escuela Especial de mi ciudad".

   Ya en Bahía se enteraron de la mejor noticia: serían papás de una hermosa beba que llamaron Olivia y que nació en el Hospital Penna, el 27 de Julio de 2021.

   "Tuve que elegir, venirme a Bahía con Carla o hablarme con ella por videollamada y fue la mejor decisión que tomé porque al tiempo, nos enteramos que tendríamos una hija y eso es lo que me motivó aún más para seguir adelante. Quiero que mi hija no tenga que pasar las cosas que yo sufrí y que algún día, cuando sea grande, se sienta orgullosa de su papá".

   En nuestra ciudad Alejandro recibió ayuda para tramitar su certificado de discapacidad pero, a pesar de esa entrada que le garantiza el Estado, quiere seguir estudiando para trabajar y ganarse su propio dinero.

   "Acá conocí los colectivos de línea y me subí por primera vez a un ascensor. Viví mil cosas que para un chico de pueblo rural como yo son maravillosas, pero a veces extraño mi lugar, tengo mi corazón en 25 de Mayo. Algún día, cuando ya pueda vivir de lo que estoy estudiando, me gustaría volver y convertirme en el service de electrónica de mi gente y sé que voy a poder lograrlo. Creo mucho en Dios y estoy seguro que mi mamá desde el cielo me guía y me ayuda. Nunca sentí mi discapacidad como una traba ni me sentí discriminado, siempre recuerdo que una vez un señor me dijo 'querer es poder, hijo. Si vos querés, vas a poder, querelo con fuerza'. Y eso hago desde entonces".

   Pero, para poder seguir adelante en su curso de electrónica por internet, Alejandro necesita unas pocas cosas: ciertos aparatos que no funcionen para poder practicar. Estos son: celulares, computadoras, TVs Led y consolas de videojuegos. No puede recibir otras cosas porque esto es lo que le enseñan en el curso y por cuestiones de espacio, en una casa donde hay un bebé que en breve comenzará a gatear y caminar. Quienes puedan colaborar con algunas de estas 4 cosas,  podrán llamar al 291-5221754 para coordinar la entrega de elementos.

   Alejandro se muestra "súper agradecido" con las personas que lo ayudaron, tanto de Bahía como de la zona y hasta del sur del país, desde donde le enviarán encomiendas con repuestos y elementos para seguir perfeccionándose en su trabajo.

   "Me mandaron cosas de Río Gallegos, mucha gente se hizo el tiempo para acercarse hasta mi domicilio a traerme cosas y otros tantos se paran a darme aliento. Hubo noches que me costaba dormir de la emoción, por la buena respuesta de la gente y eso que con mi primera publicación en Facebook pensé que se podrían burlar, pero bueno, tampoco le tengo miedo al rechazo", afirmó.

   Además, según cuenta, la chance de trabajar en la casa también ayuda a no perderse el crecimiento de su hija.

   "Olivia está súper bien, mi suegra y los hermanos de mi mujer nos ayudan mucho a que no nos falte nada, le traen ropa y juguetes. Pero hay cosas que no le podría dar si yo me quedara viviendo de mi pensión. Por ejemplo, ahora reparé una tele que me regalaron, que no andaba, y ya la puse en su habitación para cuando quiera mirar dibujitos. Y es una alegría, poder darle algo que arreglé yo y que se logró con mi esfuerzo. La gente me ha ofrecido leche para la nena y otras cosas, pero no quiero pedir por Olivia, porque hay nenes que seguro necesitan más que ella".

   Antes de empezar con la electrónica, Ale pasó por un supermercado chino del que al final no lo llamaron, fue ayudante de albañil y cadete para algunos vecinos.

   "Pero lo que más me gusta es reparar y solucionarle problemas a las personas. Quiero capacitarme para quedar bien con la gente me confía sus equipos y que queden bien arreglados. Más de 4 mil personas compartieron mi búsqueda por Facebook, me felicitan y me ayudan por las ganas de querer progresar. Más adelante me encantaría poder tener un local de servicio técnico, poder darle trabajo alguien y hacer las cosas bien y que la gente se vaya contenta. Creo que se tiran muchas cosas que se pueden re utilizar y mi objetivo también, será no cobrar caro porque la gente no tiene plata".

   Reconoce como una "deuda pendiente" casarse con Carla.

   "Espero poder hacerlo pronto, es la madre de mi hija y nos conocemos hace mucho, pero todo fue muy rápido, la pandemia, la llegada de la bebé, el instalarnos en Bahía, ciudad que siempre llevaré en mi corazón porque mi Olivia es bahiense", cerró.