Para De Mendiguren, las peleas internas del Gobierno impiden avanzar
El empresario y titular del BICE asegura que agregar valor a la producción primaria es la salida para nuestro país, pero las divisiones internas y externas lentifican este proceso.
Por Francisco Rinaldi / [email protected]
Para José Ignacio De Mendiguren, presidente del Banco BICE y empresario industrial, no hay fórmulas mágicas: el camino hacia el progreso económico argentino, una materia esquiva para nuestro país en las últimas décadas, exige agregar valor en origen a la producción primaria, algo imposible en un contexto donde desde el gobierno “se están peleando para ver quien desestabiliza más”.
Asegura que hay recursos y capacidad emprendedora local para destinarlos a la agregación local de valor, ya que los argentinos tienen fuera del país o abajo del colchón dinero en efectivo, acciones, bonos o propiedades en el extranjero por un total de 360.082 millones de dólares. Casi todo un PBI.
“Aldo Ferrer (N de R: reconocido economista y político fallecido en 2016), que fue mi maestro, siempre me decía que Argentina iba a salir adelante cuando un argentino se diera cuenta que no había mejor lugar para invertir sus ahorros que en Argentina”, explicó De Mendiguren.
—Si bien es cierto que existen recursos, la inversión extranjera siempre se orienta al sector primario, porque la rentabilidad es mayor, ¿cree que el empresariado argentino está interesado en invertir dinero en agregación de valor?
—Sin dudas. Hay un aspecto que los economistas no tienen en cuenta, y es que la capacidad emprendedora de los argentinos es inmensa. Fíjese que, en 2002, nosotros supimos generar espacios de rentabilidad, gracias a lo cual, disminuyó la salida de capitales locales y se generó un superávit externo, producto de la salida del 1 a 1, de U$S 16.500 millones, que permitió estabilizar a la economía.
—Entonces, ¿qué falla?
—En el gobierno se están peleando para ver quien desestabiliza más y eso genera un enorme ruido político que impide que se puedan hacer acuerdos básicos para salir adelante.
“Fue la política con mayúsculas lo que permitió a nuestro país superar la crisis de 2002, la peor de toda la historia, con bancos cerrados, 18 monedas y una elección de medio término donde apenas votó el 40% del padrón, con la gente pidiendo “que se vayan todos”, no solamente que se vaya Fernando De la Rúa”.
“En esa oportunidad, quienes vinieron a pedirme que sea el primer ministro de Producción fueron Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín, quien participaba en todas las decisiones de gobierno”.
“Eso fue todo un símbolo, porque se daba una señal: queríamos poner por encima a la producción, generar riqueza, no timba financiera”.
—¿Y la grieta política?
—Imposibilita. Hoy no estamos discutiendo lo que importa. Mire, hoy Argentina exporta el 85% del trigo a granel a 250 dólares la tonelada. Si se transforma en harina es el doble, si hablamos de harina orgánica, de gran demanda en China, tenemos que hablar de 650 dólares, y si hacemos galletitas, como exportan Alemania, Italia y Francia, deberíamos hablar de 2.000 dólares, por eso Argentina no exporta alimentos para el mundo, exporta alimentos para los animales del mundo, que no es lo mismo. El valor se agrega allá, la proteína se agrega allá.
El modelo de la generación del 80 de exportar bienes primarios no cierra más, porque somos 44 millones de personas. Y nada de eso se está debatiendo hoy, por eso no avanzamos.