Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La Técnica 2, en lo más alto de un concurso a nivel nacional

Cuatro alumnos de sexto año del departamento de Electrónica se adjudicaron un certamen que organiza la fundación de la empresa multinacional Siemens. 

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.
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Audionota: Guillermo Crisafulli

   Por tercera vez en los últimos 9 años, alumnos de la escuela Técnica Nº2, Ingeniero César Cipolletti, se adjudicaron el concurso LOGO! que organiza la fundación de la empresa multinacional Siemens y que premia la creatividad en automatización de jóvenes de escuelas técnicas y los estimula a trabajar en grupo.

   En esta edición, cuatro estudiantes de sexto año del departamento de Electrónica, asesorados por los profesores Daniel Cesca y Víctor Tohmé, idearon un proyecto denominado “Sistema de monitoreo de calidad de aire y sonoridad”, que fue escogido entre 62 trabajos que se presentaron de distintos establecimientos educativos de todo el país.

   El certamen evalúa y galardona aplicaciones que permitan solucionar problemas de la industria o la vivienda y apunta a la transferencia de conocimientos teóricos a situaciones reales y prácticas.

   Como premio, los alumnos tuvieron un viaje a Bariloche, con 5 días de estadía, mientras que a la institución llegó equipamiento específico para perfeccionar sus talleres.

   Este establecimiento, ubicado en Azara 1.250, ya había ganado a Nivel Nacional en 2013 (compartido con una escuela de CABA) y 2017, a la vez que también se adjudicó las etapas regionales de 2014 y 2019.

   “De parte del equipo directivo debemos destacar el compromiso docente y las ganas que muestran año a año los alumnos”, remarcó Sebastián Ventura, director de la EEST2.

   A partir de la idea de realizar un monitoreo constante de la concentración de los principales contaminantes en el aire (cloro, amoníaco y ruido) en la zona de Ingeniero White, los estudiantes Valentín Anizán, Stefano Cesca, Giaco Chisu y Nicole Odriozola diseñaron un prototipo que permite lanzar alertas en casos de peligro por sobreexposición a contaminantes.

   “Permite dar respuestas inmediatas a las distintas contingencias que se puedan suscitar, con el objetivo de evitar riesgos de salud en las personas y en el medio ambiente en general”, señaló Valentín Anizán.

   Según explicaron, de acuerdo a los niveles de concentración de esos contaminantes, se generarán una serie de avisos, vía Wifi y SMS, de acuerdo al grado de peligrosidad, siempre en relación a las normas y leyes vigentes.

   “Estas alertas permitirán informar rápidamente a las autoridades para tomar las medidas tendientes a evitar riesgos mayores y al público para prevenir situaciones de pánico innecesario”, añadió Stefano Cesca.

   Además, como los datos sensados serán subidos a la nube, las empresas podrán contar con valores actualizados al instante, los que les posibilitará ubicar e identificar fuentes de emisión y posibles situaciones que deriven en accidentes.

   “Cualquier persona puede observar las mediciones en tiempo real y a las empresas les sirven esos datos para controlar su proceso de producción”, agregó Nicole Odriozola. 

El concurso

   Impulsado por la Fundación Siemens junto a la división Digital Industries, el concurso LOGO! premia la creatividad de proyectos que propongan solucionar problemáticas industriales y de la vida cotidiana a través de una solución automatizada donde el cerebro central sea el relé lógico programable LOGO! Siemens.

   A través de esta iniciativa se incentiva a los jóvenes a acercarse al desarrollo tecnológico, promoviendo la transferencia de conocimientos teóricos a situaciones prácticas.

   El programa cuenta con capacitaciones docentes que brindan a los educadores las herramientas técnicas necesarias para guiar a los estudiantes durante la elaboración y desarrollo de los proyectos.

   Se estimula a los alumnos a trabajar en equipo, para solucionar problemas reales y locales, realizando tareas de investigación y desarrollo en las zonas de influencia de sus escuelas.

   “El concurso nos demandó mucho tiempo, ya que se extendió desde mayo hasta fines de noviembre. Además de mucho trabajo de campo, fue necesario realizar varias presentaciones con PowerPoint y también efectuar exposiciones en vivo, ante un jurado. Vivimos muchos nervios, porque hubo que responder muchísimas preguntas a gente muy preparada”, señaló Nicole Odriozola.

   “La verdad que no nos encontramos con demasiados problemas. El programa funciona muy bien. La mayor dificultad fue averiguar sobre las distintas herramientas que lleva el equipo, porque es toda tecnología nueva”, agregó Stefano Cesca.

   “En las distintas visitas que hicimos a las empresas como parte de los trabajos de campo nos recibieron muy bien. Nos contaron sus procesos productivos, cómo se autocontrolan y cuáles son las leyes que deben cumplir, además de ponerse a disposición para cualquier duda”, señaló Giaco Chisu.

   “El jurado destacó la presentación que hicimos, la viabilidad del proyecto y también nuestra preparación para la ronda de preguntas”, cerró Valentín Anizán.

El valor de la escuela pública

   Los profesores que oficiaron como tutores en este proyecto son los ingenieros Daniel Cesca y Víctor Tohmé.

   “Cuando la educación pública está tan cuestionada, es un orgullo que pasen estas cosas. No debemos obviar que son chicos de 17 y 18 años que ponen muchísima voluntad. Por empezar, eligen una escuela doble turno, en el que el sacrificio es grande por la carga horaria y porque tiene materias muy específicas”, señaló Cesca.

   Y agregó: “No es fácil participar de un concurso así, porque no es sólo trabajar en el proyecto en sí, sino que se hace en forma transversal a todas las materias. Y en definitiva participan muchas mas personas, porque es una idea que comienza en el área de Electrónica, pero también tiene partes de Programación y Química, por ejemplo”.

   Este proyecto también requirió que los alumnos realicen mucho trabajo de campo.

   “Generalmente se hizo extracurricular. Y debieron investigar sobre marcos legales y otros temas que escapan de la Electrónica misma. Y la verdad que nosotros no tuvimos que participar demasiado. Salvo algunas cuestiones específicas, en las que los asesoramos, fue un proyecto muy sólido desde todos los ángulos”, contó Tohmé.

   Simultáneamente a este proyecto, los alumnos presentaron otros diferentes para la Muestra Institucional que se hace todos los años y para la Muestra Regional que se realizó en el Consorcio del Puerto.

   “Sólo hay que incentivarlos y acompañarlos. Ese es el secreto”, cerró Cesca.