Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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A 45 años de una práctica médica que cambió el rumbo

El Concejo Deliberante le otorgó el ”Reconocimiento Ciudad de Bahía Blanca” al equipo médico que participó de la primera mamografía en nuestra ciudad.

Fotos: Pablo Presti y Tomás Bernabé-La Nueva.

   El 5 de diciembre de 1977 se efectuó la primera mamografía en nuestra ciudad.

   A 45 años de aquel hecho, el Concejo Deliberante le otorgó el ”Reconocimiento Ciudad de Bahía Blanca” al equipo médico que participó de esa práctica, integrado por las doctoras Elena Beatriz Barutta, María Cristina Romagnoli y Maria del Carmen Striebeck, el doctor Jorge Carlos Piccolini y la Técnica Radióloga Diana Celeste Bualo, quienes plasmaron en nuestra ciudad todo lo estudiado previamente en Buenos Aires. 

   De allí en adelante, la evolución de la ciencia permitió la conformación de equipos integrados por especialistas en imágenes, mastólogos y patólogos, constituyéndose así unidades de trabajo vinculadas a la Mastologia, la que le permite brindar a la mujer bahiense, iguales alternativas de diagnóstico y tratamiento que en el resto del mundo. 

   “Antes, las mujeres no tenían otro medio que la palpación y encontrarse un nódulo o bien que en alguna visita al médico se lo hallara. Para el mismo médico era toda una responsabilidad dar un diagnóstico por esa vía, porque muchas veces los nódulos palpatorios pueden ser definidos, pero en términos generales no lo son. La única expectativa que quedaba era la cirugía”, contó la doctora Barutta, médica egresada de la UBA que se radicó en Bahía Blanca en la década del '70 y es referente en materia de mamografías en Noticias en Compañía. 

   En aquella época, en Bahía se hacían estudios de patología uterina, en Lalcec, por el tema del cuello uterino, que era la enfermedad que más mujeres mataba.

   “Consultamos porqué no se podía hacer mama también y la respuesta fue que se necesitaba una certificación de lo que se estaba por lanzar al público. Allí nos pusimos a trabajar para conseguirla”, recordó Barutta.

   Para tomar dimensión de la situación, en 1971, los médicos locales operaban tumores grado 3 o 4, que son ya muy avanzados. 

   “Con la aparición de la mamografía logramos, en este momento, el 90% de las pacientes se curan de un cáncer de mamas, y gran parte de ello se debe al diagnóstico prematuro”, señaló el doctor Piccolini, médico bahiense que se recibió en la Universidad de La Plata y es ex Presidente de La Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Bahía Blanca. 

   Pero conseguir que la práctica se desarrolle en nuestra ciudad no fue sencillo.

   “Para empezar a hacer mamografías debimos hacer capacitaciones en Buenos Aires, donde viajábamos semanalmente al Hospital Piñero, donde estaba el mejor equipo de trabajo, y a un par de centros privados. Era un sacrificio grande, pero que valió la pena”, contó Barutta.

   Y añadió: “Al principio se juntaba todo el equipo médico para ver las imágenes y encontrar una solución en conjunto”.

   “Lo que sucedía en aquel entonces era que la mujer acudía al médico en caso de encontrarse un nódulo. Pero los nódulos que son palpables son los de un centímetro, porque difícilmente se logre constatar uno menor en la inspección manual. Eso significaba un cáncer avanzado”, explicó Piccolini. 

   Este estudio, y aún más con su evolución con el paso del tiempo, ha permitido el diagnóstico de tumores muy pequeños (actualmente del orden de los 3 milímetros), como así también de lesiones premalignas. 

   “Hoy sigue siendo el estudio más certero. En algún momento hubo un dilema sobre costo-beneficio, que suele suceder en medicina, y se llegó a poner en debate el riesgo de la radiación. Pero eso está totalmente descartado: el beneficio se impone ampliamente”, opinó Piccolini.

   Obviamente que el equipamiento se fue perfeccionando. Los primeros mamógrafos no eran iguales a los actuales. 

   “Al principio, no se veía con tanta nitidez como ahora. Obviamente que era mucho mejor que no ver nada. Años después se anexó la ecografía mamaria, como estudio complementario”, rememoró Barutta. 

   “Y en aquellos tiempo, se agregaba, además, que debíamos hacer una cirugía totalmente agresiva, en la que se sacaba la mama completa más el pectoral mayor, el menor y los ganglios axilares. Eso era lo estandar para cualquier tumor que aparecía en esa zona. Hoy se avanzó muchísimo en lo que es la cirugía, gracias a la detección temprana. Y se logra conservar la mama”, manifestó Piccolini. 

   Según los profesionales, el tumor tiene dos etapas: una local, en la que requiere ser atendido prontamente y se logra observar con una mamografía y que brinda prácticamente el 100% de curación. Y si eso no sucede, pasa a una etapa general, donde el porcentaje se reduce. 

   “Allí radica la clave de realizarse una mamografía todos los años para establecer el diagnóstico temprano”, aconsejó Barutta.

   “Hoy en Bahía hay muy buenos equipos para realizar esta práctica, con bajísimas dosis de irradiación. Las técnicas han ido evolucionando también para conseguir un mejor diagnóstico”, añadió Piccolini.

¿Qué es?

   Una mamografía es una imagen de la mama tomada con rayos X. Los médicos las usan para buscar signos de cáncer de mama en sus etapas iniciales, ya que a veces demora hasta tres años antes de que se pueda sentir en una inspección manual. 

   Realizarse una mamografía es una de las mejores recomendaciones en la población femenina. Existen infinitas evidencias médicas sobre los beneficios e importancia de una mamografía.

   Con estudios mamográficos en poblaciones asintomáticas realizados con periodicidad se ha demostrado que pueden disminuir el riesgo de morir de cáncer de mama en un 35 % de mujeres mayores de 50 años. En mujeres entre 40 y 50 años, la reducción del riesgo es algo menor. Los especialistas más destacados recomiendan mamografías anuales para las mujeres mayores de 35 años.

   La detección precoz de casos es una acción de la Medicina Preventiva interesante, ya que permite que una mayor cantidad de mujeres sean plausibles de un tratamiento quirúrgico por cáncer de mama conservando sus mamas. Efectivamente, si se detecta en las etapas iniciales, el cáncer localizado que es pequeño con axila negativa permite ser extirpado localmente con conservación de la mama.