Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Con nuevas ediciones y traducciones, la obra de Annie Ernaux conquista las librerías argentinas

Los libros de la ganadora del Nobel de Literatura empiezan a circular en el país con mayor masividad.

Foto: Télam

   Dos meses después de que se anunciara el premio Nobel de Literatura para la escritora francesa Annie Ernaux, varios de sus libros comienzan a circular de forma masiva en la Argentina, importados o con ediciones que por primera vez se imprimen en Sudamérica, generando una nueva cosecha de lectores, traducciones y una resignificación de su obra.

   Tras el anuncio del Nobel, muchos lectores —curiosos por conocer a la autora premiada por la Academia Sueca o envalentonados por la gran maquinaria de marketing y promoción que enciende un premio de esa categoría— acudieron a las librerías para adquirir su primer Ernaux. Y aunque las librerías locales son conocidas internacionalmente por su riqueza y variedad, los ejemplares de la escritora francesa disponibles eran pocos y desaparecieron del mercado en horas.

   En verdad, sus libros —breves, que componen un sistema y que tienen la particularidad de inscribirse en un terreno de la autoficción que también puede dar cuenta de una sensibilidad anclada en lo colectivo— eran leídos por los lectores argentinos antes del galardón. ¿Cómo? En las ediciones de Gallimard quienes accedían a leer en francés, en volúmenes editados en español por Cabaret Voltaire (en hermosas ediciones pocket pero con costo en euros) y masivamente en formatos pirateados para ebook que se suelen multiplicar al ritmo del boca en boca, una práctica usual pero ilegal que atenta contra la industria editorial y los derechos de autor. El acontecimiento editado por Tusquets, en el que narra su experiencia de aborto clandestino cuando era estudiante, estaba disponible y, tras el premio, la editorial reimprimió La vergüenza y El lugar.

   Además de esas opciones, en las librerías estaba la edición de Diario del afuera (1985-1992) y La vida exterior (1993-1999), el libro de Ernaux publicado en conjunto por Milena París y Milena Caserola, dos editoriales independientes que surgieron juntas y que fueron las primeras de América Latina en difundir a la laureada escritora francesa sin utilizar la traducción de España. Ese texto, traducido por la argentina Sol Gil, reúne diarios “éxtimos” donde ella relata escenas de la vida cotidiana de los anónimos que encuentra entre París y la “banlieue”, los suburbios.

   “Había leído sólo Pura pasión. Pero en 2013 conocí a Sol Gil y ella me habló mucho de la autora, de su obra. Me comentó, en aquel momento, sobre un libro que nunca había sido traducido al español”, cuenta Anne Gauthey, responsable de Milena París. “El texto con el que trabajamos de alguna manera fotografía al lenguaje, por lo cual el tema de la traducción al rioplatense era un asunto importante. Nuestra edición fue, además, una forma de darle luz y lugar a un traductor literario”, sostiene sobre una dinámica que incluso les permitió a ambas visitar a Ernaux en Cergy-Pontoise, una ciudad que nació en los 60 y que eligió para vivir. Las fotos del volumen retratan la ciudad y las tomó la hermana de Gauthey, quien defiende la importancia de las imágenes en los textos de una autora que considera que “la fotografía juega el valor de la memoria”.

Imagen: El Mundo

   Miguel Lázaro y José Miguel Pomares de la editorial española Cabaret Voltaire festejaron el galardón a Ernaux con saltos y gritos, como si fuera un gol mundialista.

   El Nobel vino a refrendar la línea editorial del sello, que es la literatura francesa, con una mirada atenta también a la literatura de los países del Magreb, en especial Marruecos. En su catálogo hay otro Nobel, Patrick Modiano, y autores reconocidos como Leila Slimani, ganadora del Premio Goncourt en 2021.

   Siempre con la traducción de Lydia Vázquez Jiménez, la editorial española publicó una decena de títulos de la autora entre los que están Los armarios vacíos, Pura pasión, La mujer helada, Los años y La ocupación. Sin embargo, por cuestiones de costo y de distribución, no estaban disponibles para los lectores argentinos cuando se conoció el premio. Recientemente, la librería y distribuidora Waldhuter logró que dos de esos volúmenes (Los años y Una mujer) se impriman en el país, una estrategia que posibilita su distribución. “Conjuntamente con Cabaret Voltaire discutimos qué títulos y por ahora elegimos esos dos. Seguramente en marzo se publique también Los armarios vacíos. Y la idea es ir sumando más de su obra”, adelantó a Télam Ian Waldhuter.

   Con las novedades de diciembre que lleguen a las mesas de las librerías, habrá otro Ernaux. La otra hija, editado por el sello chileno Los libros de la mujer rota y distribuido por Big Sur, ya se puede conseguir.

   “Elegimos La otra hija porque nos la recomendó la fallecida escritora peruana Patricia de Souza. Patricia era cercana a Annie y además conocía toda su obra. Me recomendó comenzar a leerla y que ella misma podría encargarse de la traducción de ese libro. Con los años, nos contactó con la autora, firmamos contrato, comenzamos la traducción, pero lamentablemente a los meses Patricia falleció, en 2019”, cuenta a Télam la editora y escritora chilena Claudia Apablaza sobre cómo se gestó el proyecto editorial que hoy llega a nuestro país en forma de libro. Sabía ya entonces que la obra de Ernaux, y en particular este libro, dialogaban muy bien con el catálogo del sello, que publica autoras que trabajan un tipo de literatura que hace conversar la memoria personal con el registro colectivo.

   “Durante todo el 2020 dejamos detenido el proyecto. Después de vivir el duelo de la partida de nuestra amiga y autora Patricia, retomamos conversaciones con la editorial francesa y con la autora. Comenzamos a trabajar con Galo Ghigliotto en la traducción y obtuvimos el fondo Gabriela Mistral del Instituto chileno francés para la edición”, concluye. Para Apablaza, La otra hija es un hito en la obra de la autora porque “articula la memoria familiar, la frontera entre la autobiografía y la ficción y también la representación del dolor”.

   La obra de Ernaux —quien en su discurso de aceptación del Nobel leído el jueves en Estocolmo consideró que el premio no era “una victoria individual” sino en cierta manera, un victoria colectiva” con quienes “desean más libertad, igualdad y dignidad para todos los seres humanos, independientemente de su sexo o género, del color de su piel y de su cultura”— se encamina a una circulación más masiva y accesible en nuestro país. La difusión de su literatura abrirá además la posibilidad de nuevos contratos de traducción y edición. Todo un movimiento editorial que, sin dudas, generará una cosecha de nuevos lectores e interpretaciones vitales y renovadas de la obra de Ernaux en América del Sur. (Télam)