Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Debido al consumo desmedido, el agua escasea cada vez más en Pringles

Aseguran que, si bien se mantiene el número de pobladores desde hace varios años, la proliferación de piscinas privadas y el uso del recurso para riego, hace que los pozos de extracción no den abasto. Estudian la implementación de multas

Fotos: Archivo La Nueva.

   La puesta en funcionamiento de un nuevo pozo de extracción y la construcción de un segundo que estaría listo en febrero, llegó para dar solución a una problemática que viene atravesando Coronel Pringles y que por ahora parece no tener una solución clara: si bien la cantidad de habitantes se mantiene estable desde hace varios años, el agua escasea cada vez más.

   No es una cuestión de napas; de hecho, la calidad del líquido que hay en la zona de la cabecera es muy buena y no es necesario hacer excavaciones muy profunda para alcanzarlo. El problema es el uso que se le da: la proliferación de piscinas privadas y la utilización para otros fines del agua potable provocan que el recurso haya faltado en más de una oportunidad en los últimos años.

   Este incremento del consumo per cápita, se aclara desde el municipio, no tiene nada que ver con empleos vinculados a la alimentación, a la cocina o a la higiene, sino que están relacionados con “otros usos que no corresponden”.

   Por ello, desde la comuna y la prestadora del servicio, la Cooperativa Eléctrica pringlense, se está pensando en llevar a cabo -primero- una campaña de concientización y, además, poner en funcionamiento una tarifa diferenciada para aquellos consumidores que utilicen más agua que la media. También se está estudiando la posibilidad que aquellas personas que posean piletas privadas deban llevar a cabo una pequeña perforación privada -a una profundidad de unos 10 metros- para llenar sus piscinas.

   Para el intendente de Coronel Pringles, Lisandro Matzkin, “no tiene lógica” dilapidar un recurso tan finito en todo el mundo, destinándolo a otros usos.

   “Estos son problemas que hay que buscar corregir, con un trabajo de concientización y también efectos punitivos. No valoramos lo que tenemos, porque con una perforación ya sacamos agua para el casco urbano”, dijo el funcionario a “La Nueva.”.

 

Se podría implementar una tarifa diferenciada para aquellas personas que hagan un uso desmedido del recurso.

 

   En ese sentido, reconoció que hasta hace unos días en la ciudad cabecera funcionaba una decena de pozos que tomaban agua a entre 60 y 70 metros de profundidad, que permitían una extracción de 500 mil litros por hora cuando todas se encontraban en funcionamiento.

   “Sin embargo, en los momentos de picos de calor, había desabastecimiento. Por si fuera poco, a medida que se iba vaciando la cisterna de un millón de litros que tenemos, se llegaba con baja presión a muchos sectores del ejido urbano”, afirmó.

   Por ello, y después de muchas gestiones, se pudo avanzar en la construcción de dos pozos que, una vez que se encuentren ambos en funcionamiento, acrecentarán un 20% el caudal de agua que se inyecta a la red; la primera de ellas ya se encuentra en marcha. Todo se hizo con unos 28 millones de pesos llegados desde el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento.

   “Cuando pusimos en marcha la primera, ya se notó en la provisión de líquido”, aclaró.

   Para Matzkin, más allá de entender que hay que aumentar el caudal de extracción y tener otra cisterna de reserva, es necesario buscar otras soluciones a un incremento de la demanda que se viene notando año a año.

   “Lamentablemente, esto ocurre con fines que no son para consumo, sino que se utiliza agua potable para otras cosas, como piletas de natación o riego, por ejemplo. Pringles tiene prácticamente la misma población que hace una década, y antes abastecíamos a toda la ciudad con ocho pozos; hoy, con diez, no alcanza. No tiene lógica y es un despropósito; estamos malgastando el recurso”, remarcó.

 

Se pedirá que quienes tengan una piscina en su casa, hagan un propio pozo de extracción, para llenarla.

 

   Para esto, la comuna y la prestataria del servicio van a empezar a rastrear -mediante fotos satelitales- aquellas viviendas que cuenten con pileta y se les va a exigir que cada una de ellas cuente con una perforación propia. No será necesario ir muy profundo: a pocos metros ya se encuentra agua de calidad suficiente para este uso.

   A todo esto se sumarán las gestiones  para incorporar una cisterna de 2 millones de litros, una obra que podría rondar los 100 millones de pesos. Además, se incrementaría el valor del metro cúbico a aquellos usuarios donde se observe un consumo desmedido.