Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Los bomberos y un problema que preocupa: la falta de personal

La Asociación Cooperadora, presidida hace 10 años por Fernando Varese, alertó sobre este inconveniente en Bahía Blanca. Según esgrime, en los últimos años hubo muchas más bajas que altas.
 

Fotos: Pablo Presti y Rodrigo García-La Nueva.

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com 

   Con la llegada de calores extremos al país, de la que Bahía Blanca no es la excepción, los riesgos de incendios forestales, de baldíos y hasta de casas crecen exponencialmente.

   Las altas temperaturas, la falta de lluvia y la escasez de agua en diferentes barrios propician que el fuego sea más fácil de generarse a través de pastos secos o ramas y de combatirse.

   A esos inconvenientes se suma, según afirmó Fernando Varese (presidente de la Asociación Civil Cooperadora de Bomberos de Bahía Blanca desde 2012), el faltante de personal.

   “Es un problema muy grave. Sin ir más lejos, cuando llegaron los bomberos a Bahía, allá por 1910, había un jefe y 33 bomberos para 17 mil habitantes. Si hacemos el cálculo de lo que creció la ciudad, dará un número preocupante”, manifestó desde la experiencia que le brinda llevar más de 40 años al servicio de la entidad que fue fundada el 13 de noviembre de 1943 para colaborar con los bomberos de nuestro distrito. 

   “Hay que tener en cuenta que hoy la ciudad tiene más de 300 mil habitantes y cuenta con 4.500 edificios. Y los bomberos no son más de 100. Hasta hoy no hemos tenido tragedias que hayan puesto al desnudo esta situación. Siempre nos hemos ingeniado para disimular las carencias, pero es evidente que el riesgo está latente”, amplió Varese, quien, con mucho ingenio y una administración muy ordenada, logra colaborar y aportar recursos a personal esencial para la seguridad.

   “El ingeniero Castelli, en los años 90, decía que a Bahía Blanca le faltaban 1.200 hidrantes. Hoy deben faltar 2.500 con todo lo que creció”, añadió

   Los bomberos llegaron a la ciudad en 1910. En 1939 comenzaron a faltarles herramientas e insumos y por eso se decidió ayudarlos de alguna manera. 

   “De esa forma comienza a gestarse la necesidad de contar con una cooperadora, que toma forma oficial el 13 de noviembre de 1943”, señaló Varese, de amplio recorrido en funciones sociales.

   Y añadió: “Hasta ese momento se seguían usando los carros, por lo cual siempre se llegaba a destiempo a los siniestros. Había que modernizarlos de algún modo, pero no se contaba con recursos. Hemos atravesado épocas muy difíciles y la última fue durante esta pandemia, que verdaderamente nos dejó muy limitados”.

   Varese llegó a la presidencia de la Cooperadora, que se apresta a celebrar sus 80 años de funcionamiento, por su pasión de generar actividades para el bienestar de la población.

   “Cuando me mudé a Villa Delfina, en la década del '80, fui uno de los fundadores del cuartel de esa zona, luego de integrar la sociedad de fomento. Estábamos al medio de los bomberos de White y del Cuartel Central, que no daban abasto. Y en esos tiempos, en el barrio no había calefacción natural, por lo que se usaban las estufas a querosén, que eran muy inflamables y se producían muchos incendios”.

   “De tanto insistir, logramos que se conformara el cuartel 6 de septiembre, ubicado en Villa Ressia, y comenzamos a trabajar para conseguir una autobomba y luego para generar las condiciones de trabajo ideales”.

   En 1983 comenzó su relación con Eduardo Alimenti, quien estuvo al frente de la Cooperadora durante 47 años. 

   “Nos llamó para que nos incorporemos a su plan de trabajo. Y así fue. No fue fácil reemplazarlo, porque era un todo un emblema dentro de la entidad. En 2011 la cooperadora estaba venida abajo y me hice cargo, junto con un grupo de vecinos, para revertir la situación”, comentó.

   Hoy, aquella realidad que se vivía en 1910, se repite.

   “En equipamiento no estamos tan mal. Hemos hecho un gran esfuerzo para proveer lo necesario y también colaborar en el mantenimiento. De todos modos, no debemos olvidar que hay varias autobombas que son modelo 70. Y cuesta conseguir repuestos, que salen más caros que los modernos porque no se consiguen con facilidad”, manifestó Varese. 

   El presidente de la Cooperadora agregó que, en un mediano plazo, se debe analizar la mudanza del Cuartel Central, ubicado en Castelli 469. 

   “Ya quedó muy incómodo. Cuando se construyó, allá por los años 60, estaba en las afueras de la ciudad. Hoy quedó en el macrocentro. Y cada salida es un trastorno, porque esa calle, que ya de por sí es angosta, tiene mucho tráfico. Y en esta tarea, un minuto perdido puede ser trágico”.

   Simultáneamente se deben generar nuevas delegaciones.

   “Hoy hay muchos barrios que quedaron alejados, como así también zonas de producción. Pero para eso se necesita personal y mucha capacitación”, amplió.

   Actualmente, como la gran mayoría de las entidades sin fines de lucro, la Cooperadora tiene un problema: la falta de recursos. 

   “En marzo sacaremos nuevamente el bono contribución para recaudar fondos y seguir con nuestra misión de ayudar a los bomberos de la ciudad. Los bahienses siempre nos apoyan”. 

   En contrapartida, Varese manifestó que sigue dolido con la falta de reconocimiento de las autoridades del Banco Nación, luego del incendio de su sede, a fines de julio de 2018. 

   “A ese hecho, que duró 17 horas de trabajo intenso, acudieron 33 bomberos, se utilizaron 5 autombombas, se tiraron 2 millones de litros de agua, y se rompieron 6 mangueras. Ni siquiera nos repusieron eso. Sabemos que brindamos un servicio público, pero jamás nos compraron un bono contribución en señal de agradecimiento”, contó.

   A su vez, esgrimió que hace dos años espera la citación del Concejo Deliberante para rendir examen. 

   “Nosotros manejamos fondos públicos y debemos dar explicaciones de los gastos. Y como no sólo hay que ser transparentes, sino también demostrarlo, vamos a pedir que nos citen. Básicamente, para que nuestros socios vean que llevamos una administración ordenada”, dijo.

   Y cerró: “Bomberos es una institución que merece más apoyo y reconocimiento. Hoy se subestima mucho su función. Sólo se lo valora cuando se lo requiere, pero es muy difícil poner las cosas en condiciones para que la respuesta sea la adecuada. Hay toda una logística previa muy grande y, sobre todo, costosa”.