Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La primera empadronada en Bahía Blanca se prepara para votar otra vez

Nunca imaginó Felisa Celia García, viuda de Murillas, que iba a quedar en la historia de la ciudad. Fue quien completó, en primer término, la formalidad para tener el derecho a voto que otorgaba la Ley 13.010.

Testimonio: Felisa Celia García, al momento de empadronarse. Fue el 22 de septiembre de 1947. En la escena en el juzgado que presidía Raúl Cirone. / Fotos: Familia Murillas y Archivo La Nueva.
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Audinota: Gino Mondino

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Felisa Celia García, viuda de Murillas, tenía 21 años cuando el 22 de septiembre de 1948 concurrió al Registro Civil de calle Brown 431. Era uno de los puntos establecidos para completar el trámite de empadronamiento femenino, a partir de la Ley 13.010, que les otorgaba los mismos derechos políticos que a los hombres.

   El primer paso para ejercer “esa legítima conquista de la mujer argentina” fue empadronarse y así ingresar “al cuadro de la ciudadanía nacional”.

   Hoy, con impecables 93 años, Felisa Celia —Chichí para su familia— recuerda aquel momento de su vida mientras se prepara, con entusiasmo, una vez más, para votar en las PASO del venidero domingo 12.

Chichí García nunca dejó de votar. “Lo hago porque pienso en el futuro. Sigo teniendo la esperanza de que las cosas cambien”, dice.

   Bahiense, hija de Juan García Regueira y Carlota Mouledoux, Felisa Celia concurrió el primer día de empadronamiento al Registro Civil, que estaba a cargo del escribano Raúl Cirone. La foto publicada en la ocasión —por La Nueva Provincia— muestra al profesional con un traje clarito, escribiendo a máquina. A su izquierda, la secretaria del registro, la señora de Harris.

   Chichí recuerda con claridad aquel día cuando, casi por casualidad, se convirtió en la primera mujer en empadronarse en Bahía Blanca, al completar la formalidad para tener derecho a voto.

   Fue cuando le llegó el comentario que convocaban mujeres para comenzar a completar los registros y ella, como era maestra, fue aceptada de inmediato.

   Ante la trascendencia del hecho, este diario había asignado un fotógrafo al lugar para esperar a la primera mujer en cumplir con ese trámite. Chichí tenía los papeles necesarios para hacerlo.

   En la foto se la aprecia de pie, entregando su partida de nacimiento a Cirone. “Estaba vestida de negro porque hacía poco había fallecido mi papá”, recuerda.

En ese entonces, las mujeres carecían de documento de identidad. Recién a partir de la ley que les permitió el voto pudieron gestionar la denominada Libreta Cívica.

   Chichí reconoce, hoy, que en ese momento “no dimensionó la importancia de lo que estaba sucediendo”, en parte también porque la reciente pérdida de su papá la había afectado; ella era muy joven y no estaba concentrada en considerar lo que estaba sucediendo.

   Dos años después, el 11 de noviembre de 1951, hace 70 años, por primera vez emitió su voto. Hoy prefiere no mencionar por quién se decidió. “Es secreto”, dice, aunque aclara que en el tiempo no siempre ha votado al mismo partido, sino que se ha guiado por el candidato que más la convencía.

   Desde entonces nunca dejó de votar.

   “Siempre lo hice con convicción”, señala, y lo sigue haciendo hasta hoy. “Lo hago porque pienso en el futuro, fundamentalmente en el de mis nietos (tienen 3 hijos y 8 nietos) y mi bisnieto; en que todo mejore. Sigo con la esperanza en que las cosas cambien. Pero para eso se necesita educación, oportunidades de trabajo para los jóvenes, y buenos dirigentes; que se preparen previamente. Debería haber una carrera para los futuros políticos”, señala.

   Sin entrar en un análisis detallado, observa “muy difícil” la actual situación del país y recuerda como un momento de “gran felicidad” el regreso a la democracia, en 1983.

   Consultada sobre qué intendentes de la ciudad le han parecido importantes, recuerda que en su casa se hablaba muy bien de Agustín de Arrieta (intendente socialista, dos períodos en la década del 30); menciona como “muy buena” la gestión de Eugenio Martínez (peronismo, 1973-1976) y recuerda con mucho cariño a Jaime Linares (UCR).

   Chichí espera ir a votar una vez más, sin complejos y con entusiasmo. Mientras tanto usa su tablet para leer —cada día— los diarios y portales locales. Se toma su tiempo para estar informada, comentar notas o contestar comentarios. Con ganas, con pasión.   

   Aquel mes de 1948, en el día en que Chichí se convirtió en la primera mujer del padrón femenino bahiense, la firma M. y P. González Martínez sacaba a remate 50 lotes en el flamante barrio parque Palihue. Un barrio que, decía el aviso, ofrecía “altura y sanidad a sólo diez cuadras de la plaza Rivadavia”.

   En el Luna Park de Buenos Aires peleaban el mono Gatica y Alfredo Prada; el cine Odeón de O’Higgins 48 ofrecía la película La Marca del Zorro, con Tyrone Power, y los diarios del país reflejaban detalles de un frustrado complot para terminar con la vida del presidente Juan Domingo Perón.

Elecciones históricas

—Las mujeres pudieron votar, por primera vez en nuestro país, en las elecciones presidenciales realizadas el 11 de noviembre de 1951 (hace 70 años).

—Fueron las primeras con voto directo a presidente y vice. Permitieron la reelección de Juan Domingo Perón para el período 1952-1958, interrumpido en 1955 por un golpe cívico-militar.

—Con la incorporación femenina, el padrón de votantes pasó de 3.405.173 a 8.613.998.

La primera vez: colas para votar del 11 de noviembre de 1951.

—El 90 % de las mujeres concurrió a las urnas.

—La fórmula Perón-Quijano obtuvo el 63,51 % de los votos, seguido por el radicalismo (Ricardo Balbín-Arturo Frondizi), con el 32,33 %.

—En Bahía Blanca, por su parte, se impuso el candidato peronista, el ingeniero Norberto Arecco, con el 58,82 % de los votos.