Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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¿Se puede lograr la famosa "inmunidad de rebaño" en nuestra ciudad?

La inmunidad de grupo, gregaria o colectiva, tal como también se la denomina, se transformó en una especie de santo grial de la pandemia de SARS-CoV-2. 

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Malena Ruppel

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   Pese al avance del plan vacunatorio y de la gran cantidad de bahienses infectados, distintos especialistas locales coincidieron en afirmar que aún es muy prematuro analizar la “inmunidad de rebaño” contra el Covid 19 en nuestra ciudad.

   La experiencia histórica muestra que en muchas infecciones (viruela, polio, sarampión, difteria, tosferina, paperas, por citar algunas) los inmunizados son resistentes a nuevas infecciones por el mismo agente y, si su proporción en una población es suficientemente alta, conforman una barrera que interrumpe las cadenas de transmisión.

   Así protegen indirectamente a las personas no inmunizadas y, ocasionalmente, permiten la eliminación o, incluso, la erradicación de la infección.

   En su forma más simple, el umbral de inmunidad colectiva depende, esencialmente, del número básico de reproducción (R0). Este número representa los casos secundarios que, en promedio, genera un individuo infectado cuando toda la población es susceptible (es decir, en el momento cero, al inicio de la epidemia).

   “La idea, muy intuitiva, es que si una persona infectada contagia a solo otra persona (R0=1), la transmisión se mantendrá estable, mientras que si contagia a más de una (R0>1) la transmisión crecerá. Por el contrario, si contagia a menos de una persona (R0<1), porque buena parte de la población no es susceptible, la transmisión irá decreciendo hasta extinguirse”, explicó Fernando Piumatti, jefe del área de Neumonología del Hospital Interzonal Penna.

   Desde esa idea, el umbral de inmunidad colectiva (HIT) puede calcularse como una función de R0: HIT = (1 – 1/R0). Este umbral aproximaría la proporción crítica de personas a vacunar (asumiendo una efectividad vacunal del 100 %) para alcanzar la inmunidad colectiva.

   Cada agente infeccioso tiene su particular R0. Suele ser mas elevado en las infecciones transmitidas por aerosoles que en las de transmisión por gotas respiratorias o contacto directo.

   En el caso del SARS-CoV-2, antes de la expansión de la variante delta y aun con mucha heterogeneidad, se estimaba un R0 en torno a 3,3 casos secundarios por caso. Este dato permitió calcular un HIT de 0,70 (HIT = (1 – 1/3,3) = 0,70). De ahí se extrae el famoso 70 % de vacunación para alcanzar la inmunidad colectiva.

   Con la variante Delta, el mencionado R0 ha crecido. Bastante. En realidad, muchísimo. Algunas estimaciones lo sitúan entre 6 y 8. Con estos datos, la proporción crítica de personas a vacunar aproximaría porcentajes cercanos al 90 %.

   "En mi opinión, el enfoque en la 'inmunidad de rebaño' ha sido mal utilizado en este tema puntual del Covid. Presenta a las personas una visión poco realista de cómo la pandemia llega a su fin y no explica la evolución del virus ni la naturaleza de la enfermedad en las reinfecciones", opinó Laura Giordano, jefa de Infectología del nosocomio provincial.

   También los infectólogos Laura Spadaro y Diego Maurizi, del Hospital Municipal Leónidas Lucero se unen a la idea de que son cifras imposibles de alcanzar cuando, en primer lugar, una parte importante de la población, los menores de 12 años, no son –al menos por el momento– candidatos a la vacunación. Y, en segundo lugar, otra parte muestra aún cierta reticencia a vacunarse.

   Todos aclaran que los cálculos previos asumen la (falsa) premisa de una perfecta efectividad vacunal para proteger de infección. El término infección aquí se refiere a cualquier tipo de contagio (asintomático, sintomático leve o grave, con o sin hospitalización).

   Es decir, contaban con que la vacuna protegería frente a la infección. Sin embargo, las vacunas actuales fueron diseñadas para ser efectivas frente a covid-19 sintomática o grave antes que frente a infección.

   “Lo que dicen los estudios científicos es que, para lograr una inmunidad de rebaño, tiene que haber un 85% de la población vacunada, pero eso no aplica en Covid, por otra cuestión básica: el virus sigue mutando y las vacunas van perdiendo porcentaje de protección”, agregó Giordano. 

Laura Giordano: "Pese a todo, un panorama alentador"

   “El panorama es alentador si tenemos en cuenta que en nuestra ciudad ya hay mucha gente que completó el esquema de vacunación, otras que van camino a hacerlo y que un gran porcentaje ya tuvo la enfermedad, incluso con un alto subregistro de contagiados que no se reportaron oficialmente”, manifestó Laura Giordano al referirse al posible impacto de la variante Delta.

   Y añadió: “Hay una estimación, con la cual concuerdo, que dice que de cada un caso reportado, existen entre seis y siete que no lo hicieron, ya sea porque no tuvieron complicaciones, porque no tenían dinero para hisoparse o no conocían los medios para denunciarlo”.

   “Por eso creo que Delta no traerá aparejados demasiados inconvenientes. Obviamente que no hay que subestimarla, pero estimo que la peor parte ya la pasamos con las variantes Manaos y la Andina, lo cual nos sirve como barrera protectora”.

   En Bahía se debe tener en cuenta, como dato agregado, que la segunda ola causó muchísimos infectados, que van a tener tres meses de inmunidad alto, ya que es difícil reinfectarse dentro de ese lapso.

   “Si uno analiza el mapa de avance del Covid, se da cuenta que las nuevas olas se produjeron en países que ya tenían muy avanzado el esquema de vacunación, con más de 6 meses de completamiento de esquema, y coincide con cierto relajamiento en los protocolos de prevención. Por eso analizan una tercera dosis de vacunas”.

   En ese tren, Giordano señala que en nuestro país debe pensarse un refuerzo de dosis en personal de salud y en personas de alto riesgo, que fueron los primeros en vacunarse.

   “Hablar hoy de inmunidad de rebaño es hacer futurología y es muy relativo. Porque el virus va mutando permanentemente. Yo me conformo con tener controlados los focos de contagios para que no ocurran picos que saturen el sistema sanitario.

   "La clave, como siempre, es mantener los protocolos de prevención, con el uso del barbijo, el distanciamiento y la higiene de manos. Vamos a convivir bastante tiempo con esos instrumentos de prevención, que realmente son muy eficaces”, cerró la especialista del Penna.

Fernando Piumatti: “Costará muchísimo erradicar el virus”

   “Hay un concepto científico sobre inmunidad de rebaño que no aplica en Covid. Yo digo que es un fenónemo bioestadístico que en la vida diaria no va a cambiar demasiado. Porque, al ser únicamente números analizados fríamente, quizás haya días que entremos en la denominada inmunidad de rebaño y al día siguiente ya no. Porque se produce cuando hay mucha gente infectada o mucha gente vacunada, pero aquí estamos ante un virus que muta permanentemente y que, en muchos casos, recontagia a quienes ya lo padecieron”, sintetizó el doctor Fernando Piumatti.

   Y ejemplificó: “El Reino Unido, en su momento, estudió la posibilidad de lograr la inmunidad de rebaño. Pero el Covid tiene una particularidad que no tiene otra enfermerdad estacional: un tasa de mortalidad entre el 2 y el 3%. ¿Qué sucede con ésto? Que si se contagia toda la población para lograr la inmunidad de rebaño, más de un millón de personas morirían inmediatamente. Por eso se desechó rápidamente esa idea”.

   “Lo único que se puede hacer hoy contra el coronavirus es actuar como contrafuego de la transmisión. Que sería ir tapándole las vías de reproducción cada vez más, hasta lograr controlarlo. La vacuna no va a cortar la transmisión, pero sí logrará bajar la peligrosidad del contagio y los días de contagios”.

   En ese tren, manifestó que en marzo de 2020 se suponía que la inmunidad de rebaño se lograría con el 70% de la población vacunada. 

   “Pero ya varios países llegaron a ese porcentaje y sin embargo tuvieron nuevas olas”, señaló. 

   --¿Qué es el R0, del que se habla en los ámbitos médicos y científicos? 

   --Es el número reproductivo básico, que estima a cuántas personas puede transmitir un individuo infectado un determinado agente. Los R0 más altos son los del sarampión y el de la tos ferina, de 12 a 17 o 18. Esto implica que más personas tienen que estar protegidas (cerca del 94%, que sería el valor de la inmunidad de rebaño) para cortar la transmisión, que cuando el R0 es de 4 a 7, como en el caso de las paperas, en el que la inmunidad de rebaño es del 75 al 86%. En el caso de SARS-CoV-2, el R0 se ha estimado en 3,28, aunque puede variar dependiendo de múltiples factores.

   “Lo particular del Covid en relación a la inmunidad en rebaño es esto: en medicina humana se ha empleado para calcular qué porcentaje de personas debían estar vacunadas para erradicar la viruela. Se estimó que si se alcanzaba el 90% podría conseguirse detener la expansión del virus. Este valor, que se denomina “cobertura vacunal”, aunque alto, ni siquiera garantizaba que se pudiera detener por completo, y eso que la viruela tiene un aspecto fundamental a favor de su erradicación porque sólo se transmite a partir de personas con síntomas. En el caso del SARS-CoV-2 esto no está demostrado en absoluto, ya que se cree que las personas pueden ser contagiosas tanto antes de presentar cuadro clínico como después, lo que dificulta extraordinariamente su control”.

   --Entonces, ¿es imposible pensar en la inmunidad de rebaño como solución final?

   --Si la inmunidad de rebaño sería la solución, entonces alcanzaría con encerrarnos todos y contagiarnos todos a la vez. Y sabemos que no funciona así. Se va a ir avanzando muy lentamente. La vacuna no es un chaleco antibalas, con el que vamos a evitar contagiarnos. Está demostrado que, cuando se procura volver a la normalidad, ocurren nuevas olas y hay muchos países que van muy lento con el esquema vacunatorio y eso facilita la formación de nuevas cepas. Las nuevas cepas van a ir variando mientras no se avance a nivel mundial con la vacunación o bien la cantidad de infectados crezca, pero con eso también crece el índice de mortalidad.

   --¿Qué se debe hacer entonces?

   --Hay que convivir con el virus y pensar que, en un mediano plazo, se logrará controlarlo, pero costará muchísimo erradicarlo. Va ir a perdiendo protagonismo, pero va a estar siempre latente, quizás como otra gripe estacional. Pero para llegar a esa instancia, vamos a estar mucho tiempo más con barbijo, distanciamiento y la higiene de manos, más el plan de vacunación.

   --¿Cómo te parece que impactará la variante Delta en Bahía?

   --Yo no estoy de acuerdo con aquellos que dicen que Delta no traerá complicaciones. Ya las acarreó en lugares que están mucho más avanzados que nosotros; entonces, no habría que caer en una subestimación. Hay muchos cabos sueltos que nos llevan a mantener la guardia alta; por ejemplo, que no todas las vacunas tienen una alta respuesta inmunológica contra esa nueva variante. Y tampoco se sabe aún cuánto dura la protección en las personas que ya padecieron la enfermedad. Se habla de tres meses, pero no está comprobado científicamente.

   “En Alemania, con toda su idiosincracia y sus avances tecnológicos y sanitarios, sufrió mucho el impacto de Delta. ¿Por qué no podría impactar aquí? Debemos aprender de esa información anticipada que llega de Europa. Con ésto no digo que haya que tomar medidas extraordinarias, sino en concientizar a la gente que la lucha sigue y que se deben mantener los protocolos de prevención”.

   --¿Dónde radican las dudas?

   --En que los jóvenes aún no están vacunados en nuestro país. Las vacunas que supuestamente llegaron para ellos, se utilizaron como combinación para adultos, lo cual deja un flanco muy grande desprotegido y que ha sido causal de nuevas olas en otros países. A este grupo etario seguramente no lo complicará tanto en el aspecto de salud, pero va a afectar a los demás grupos por transmisión directa. Hoy, en otros países, los vehículos de transmisión son los adolescentes y los adultos jóvenes.

   “Yo con Delta sería muy prudente. Creo que, ojalá me equivoque, puede traer complicaciones si la gente se confía en los cuidados personales, por más que ya esté vacunada o ya haya tenido la enfermedad, y no se incrementa notoriamente y en el corto plazo el número de vacunados con esquemas completos”.

Laura Spadaro : “Cada año será mejor que el anterior”

   “Es posible lograr la inmunidad de rebaño en todas las enfermedades que dejan inmunidad, sobre todo en aquellas que dejan inmunidad permanente o a largo plazo”, opinó la infectóloga Laura Spadaro antes de ampliar su pensamiento. 

   Y ejemplificó con la varicela, que deja inmunidad a largo plazo y ya existe vacuna.

   “En ese caso, la inmunidad de rebaño ya se logró. Por eso los casos son pocos y, en general, de presentación leve. Eso tiene que ver con que el virus no varía mucho y hay pocos susceptibles”.

   Respecto al Covid 19, señaló que probablemente se logre, pero de una manera gradual.

   “Hay varios motivos para pensar así. Por empezar, es un virus nuevo y más inestable (suele pasar esto con los virus que contienen ARN, que son más rústicos), que genera variantes rápidamente”.

   A ello agregó que la inmunidad que se logra es transitoria.

   “Si bien es poco probable que aparezcan reinfecciones antes de los 6 meses de la infección anterior, ya con tanto tiempo de circulación del virus cada vez más personas vuelven a estar susceptibles. Con respecto a la vacunación todavía no hay información cierta sobre la duración de la inmunidad”.

   Y finalmente añadió que el ritmo de vacunación prolonga los tiempos y eso hace también que la población vacunada sea heterogénea.

   “Hay personas con una sola dosis, otras con dos, unas que ya llevan muchos meses de vacunados, como el personal de salud; hay diferentes vacunas y la respuesta inmunológica de las personas es distinta, por lo que no hay por ahora certezas respecto a que vacunas quedarán por ser mejores y cual será el esquema definitivo con los refuerzos y demás”.

   “En conclusión la inmunidad de rebaño es la zanahoria que perseguimos como salida de la pandemia, pero se va a dar paulatinamente y va a llevar seguramente un par de años más. Lo que sí es cierto que cada año será mejor que el anterior. Y al menos sabemos que cada vez habrá menos casos graves y menos muertos”.

Diego Maurizi : “La población tiene una inmunidad altísima”

   Diego Maurizi, jefe de Infectología del Hospital Municipal, se refirió a un estudio que realizó en conjunto con el laboratorio IACA, en el que se estudiaron 600 muestras, excluyendo a aquellas personas que se habían vacunado, para conocer la cantidad de población con anticuerpos.

   “El 55% de los sueros tenían anticuerpos. Por ende podemos pensar que ese porcentaje de la población ya tomó contacto con el virus. Pero eso es sin contar vacunados, es decir que cerca de 190 mil personas estarían en ese marco. Y si además tenemos más 100 mil personas que ya recibieron segunda dosis, vemos que la población tiene una inmunidad altísima”. 

   En base a eso, el jefe de Infectología del Hospital Municipal se animó a presagiar que el impacto de la variante Delta no será significativo.

   “Eso no quiere decir que debamos dejar las medidas de prevención, como el distanciamiento, el barbijo y el lavado de manos”, manifestó.

   Y, dijo, se debe alentar a que la gente acuda a vacunarse.

   “En cuanto a las vacunas, se ha demostrado que los anticuerpos tienen una eficacia menor. Con una dosis se logra entre un 40 y 50% de protección y con segunda dosis entre el 80 y 90%. Va de la mano de la enfermedad clínica, pero está demostrado que el riesgo de enfermedad grave no aumenta significativamente".

   Maurizi comparó a la variante Andina con la Delta.

   “En Argentina ha habido mayor circulación de la Andina, que ha sido explosiva y no circuló por todo el mundo, sino que tuvo prevalencia en Sudamérica. Por eso, tal vez, a la Delta le resulte mas difícil desplazarla. Quizás la Andina haya sido para Sudamérica lo que la Delta fue para algunos países de Europa”. 

   A su vez, el especialista bahiense opinó que en nuestro país recién en marzo sería necesario aplicar una tercera dosis de vacunas.

   "Mientras haya lugares con aumentos de casos, puede haber nuevas variantes, y empezamos de nuevo. Pero para el año que viene habrá muchos países produciendo vacunas, Argentina entre ellos, y va a haber mayor oferta".