Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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“Operación Facundo”, de Germán Sasso

Una investigación periodística esclarecedora sobre cómo se construyó un falso relato criminal en torno de la muerte del joven Facundo Astudillo Castro. 

Fernando Monacelli / fmonacelli@lanueva.com

   ¿Qué hay detrás de la muerte de Facundo Astudillo Castro? Para el periodista bahiense Germán Sasso, quien acaba de publicar su libro “Operación Facundo”, lo que hay es una “oscura trama”, con autores intelectuales y autores materiales, con cómplices y con engañados; en definitiva, con todos los protagonistas que suelen componer los crímenes más resonantes. 

   Sin embargo, el libro de Sasso es original y la oscura trama que desnuda no es la de un delito, sino la de la invención de un delito. Es decir, el libro es un trabajo periodístico cuyo valor radica en la voluntad de contar la verdad, incluso si la verdad es afirmar que allí donde otros trataron de decir que había ocurrido un asesinato a manos del Estado (historia de alto impacto), lo que hubo fue un accidente y el posterior aprovechamiento avieso de este accidente. El libro de Sasso se trata de la verdad, en la era de la postverdad y las noticias falsas. No es para nada poca cosa.

   Desde este punto de vista la investigación resulta profundamente reveladora en dos sentidos. Relevadora de las mentiras puntuales que circularon alrededor de la muerte de Facundo impulsadas en general por los abogados de su familia, algunos políticos y medios y, a la vez, reveladora de varios de los mecanismos que operan en la pandemia de desinformación que atraviesa al mundo y que muchísimos actores manipulan en beneficios de intereses propios, incluso cuando la realidad es evidentemente contraria a sus relatos. 

   ¿Qué es verdadero y qué es falso? Es una de las preguntas más difíciles y más importantes para hacerse en la actualidad. 

   La historia de Facundo y la historia del crimen de Facundo van por esos mismos caminos paralelos, lo verdadero (un chico que muere intentando llegar desde Pedro Luro a Bahía Blanca sorteando los controles de la cuarentena) y lo falso (un asesinato a manos de policías bonaerenses bajo circunstancias inexplicables).

   En el “caso Facundo”, la verdad y la mentira corrieron durante bastante tiempo a la par, como las vías del tren por las que el chico caminó aquel 30 de abril y de las que se alejó de pronto para encontrar la muerte atrapado y ahogado por la marea traicionera de la ria de Bahía Blanca. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué tomó esa decisión mortal? Es lo que devela Sasso en su investigación basado en informes científicos. Eso y los nombres y maniobras de quienes quisieron que la verdad fuera reemplazada por un conveniente relato. 

  --¿Por qué un libro sobre la muerte de Facundo? 

  --Lo decidí allá por septiembre del año pasado al comprobar muchos veces las diferencias que existían entre lo que la querella afirmaba en los medios de prensa y lo que en realidad había como pruebas. Eran tantas y tan profundas las diferencias que no alcanzaba a contarlas en el día a día. Ahí supe que era necesario escribir un libro para dejar el conjunto de esas mentiras al descubierto.

   --El choque entre la verdad desnuda y el relato...

   --Claro, yo oía que los abogados decían una cosa y luego iba al expediente y la realidad era completamente otra. A tal punto que la querella debía ir adaptando sus dichos a medida de que eran desmentidos por la realidad. Lo importante para ellos no era la verdad sino lo que ellos decían que era la verdad, que a Facundo lo había matado el Estado.

   --¿Y qué pasó con Facundo?

   --Facundo murió ahogado. No lo digo yo, sino los resultados de las pericias de uno de los organismos más prestigiosos del mundo: el Equipo Argentino de Antropología Forense. Facundo no fue atacado ni torturado ni arrojado por nadie al sitio donde fue encontrado su cuerpo. Esto es conclusión de la ciencia, no opinión. A su vez, el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO) explicó cómo funcionan las mareas en el lugar de la muerte y da dos hipótesis sobre lo que le ocurrió, que están explayadas en el libro. También en el libro yo dejo abierta la  posibilidad de que él mismo se hubiera quitado la vida, pero en este caso, es una hipótesis basada en mi propia investigación periodística sobre los días previos a este fatídico viaje.

   --Y la desaparición forzada...

   --Esa posibilidad es un disparate, no hay ni una sola prueba en ese sentido. Es más, todas las pruebas van en el sentido contrario.

   --Siendo tan contundente, ¿por qué creés que armaron la historia del secuestro?

   --Lo que plantea el libro es que hubo otros intereses que movieron a la querella a impulsar la teoría de la desaparición forzada a manos de integrantes de la fuerza policial. A tal punto había intereses, que la querella siempre redobló la apuesta cuando sus dichos caían por el peso de la prueba. Nunca se avinieron a la realidad de los datos. En el libro hay múltiples ejemplos de esto, pero le digo uno muy característico. Llegaron a decir que a la testigo H, la productora agropecuario que llevó a Facundo en su auto y cuyo testimonio fue clave para desenmascarar la estrategia de la querella, le habían plantado otro Facundo, me explico, una locura total. Ellos siempre quisieron culpar al Estado.

   --¿Cómo te imaginás que se gestó este relato? ¿Arrancó de buena fe y se fue complicando o, por el contrario, utilizaron la muerte del chico desde el principio?

    --En el libro cuento una trama muy sucia que involucra a dos policías corruptos que terminaron traicionando a los ladrones para quienes trabajaban en su momento. Es posible que gente allegada al delincuente traicionado haya querido vengarse de los policías plantando pruebas para implicarlos en la desaparición de Facundo. La idea era tirarles el muerto a estos policías. Esta historia está muy desarrollado en el libro.

   --Frente a esto, la pregunta es importante: ¿vos creés que los abogados de la querella, los doctores Leandro Aparicio y Peretto sabían esto o fueron engañados?

   --No lo sé. Lo que sí sé es que ellos presentaron como irrefutables a los testigos que estaban vinculados con el ladrón traicionado. Son los testigos que dicen que ven a un chico caminando por la banquina y a un patrullero con dos hombres que frena y lo llaman. Los policías corruptos eran justamente dos. Quiero decir, el relato falso cierra a la intención de venganza. 

   --“Operación Facundo” es una investigación que demuestra un “no delito” por decirlo de alguna manera. Al contrario de lo que suele ocurrir con los libros de investigación periodística. ¿Lo pensaste?

   --Es cierto, pero mi objetivo era mostrar la verdad y el armado de una causa falsa y mediática llena de pruebas falsas.

   --¿Vos creés que hubo uso político del caso Facundo?   

   --Yo creo que sí. Desde una parte de Cambiemos quisieron devolverle el caso Maldonado al kircherismo.

   --Maldonado también fue agitado políticamente, pero en contra de Cambiemos...

   --Claro.

   --¿Hablás con la madre de Facundo?

   --Al principio, sí. Después no. Cuando yo decidí sacarle la careta a los abogados se debe haber enojado y se rompió la relación.

   --A tu juicio, ¿qué buscan los abogados de la madre de Facundo?

   --Evidentemente la verdad no.