Drogas: aseguran que no es habitual en Bahía el uso de niños como delivery
El caso del chico de 10 años utilizado por un supuesto narco para el reparto de los pedidos puso al tema en consideración. Un especialista en Salud Mental y Adicciones aportó datos que quedan de manifiesto en un contexto especial.

Audionota: Danilo Belloni (LU2)
Diferentes reacciones y una gran preocupación provocó una causa judicial, conocida hace poco más de una semana, en la que un narco detenido se habría valido de un chico de apenas 10 años para hacer el delivery de la droga que presuntamente comercializaba.
No solo esto, sino que desde la Fiscalía indicaron también que habían encontrado evidencia de transacciones realizadas en cercanías de una escuela y en una plaza.
El abuso de sustancias es un problema que requiere un trabajo constante, pero más aún cuando atraviesa a la niñez y la adolescencia.
Vulnerabilidad y un contexto complicado forman parte de un cóctel peligroso.
En 2019, el Departamento de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud del municipio había dado a conocer los resultados de un estudio, denominado “Ventana Epidemiológica”, que aportaba inquietantes índices en cuanto al consumo de marihuana y cocaína.
Ese relevamiento incluyó una encuesta a estudiantes de nivel secundario, la que determinó que la edad de inicio de aquellos que habían consumido este tipo de sustancias se ubicaba en los 13 años.
En la actualidad la situación no ha variado, según detalló el licenciado Hugo Kern.
“Las edades de inicio en el consumo de drogas van bajando. La mayoría se inician antes de los 14 años, lo que es un dato preocupante”, comenzó diciendo el responsable del área de Salud Mental de la comuna.
El profesional agregó que “respecto a consumos problemáticos en edades tempranas, entre los 6 y 12 años, mayoritariamente -de acuerdo al análisis de consultas al servicio de urgencia-, se dan por intoxicaciones accidentales con sustancias psicoactivas. Es decir, por encontrar al alcance de la mano algunos psicofármacos que forman parte del botiquín familiar”.
“Esta es una problemática grave, que viene a agregarse a una general, de los consumos problemáticos”, dijo Kern.
“Las intoxicaciones de niños y niñas en los ámbitos familiares es un tema al que hay que prestarle particular atención”, continuó.
El profesional destacó además que la otra problemática común es “el consumo episódico y abusivo de alcohol”.
“Si bien dismunyó durante la pandemia, sabemos que es una cuestión que va creciendo en la medida que se retoman las actividades sociales”, agregó.
Cuanto más temprana es la edad de inclinación al consumo de drogas, mayores son los problemas asociados al mismo, opinó el profesional.
“Por eso es muy importante retrasar las edades de inicio”, remarcó.
Con respecto a las drogas de inicio, describió que mayoritariamente es el alcohol, luego los psicofármacos y posteriormente, el cannabis y la cocaína.
En este sentido, Kern había mencionado tiempo atrás que “la mayor parte de la población considera que el uso de cocaína es riesgoso, porque no está naturalizado. Esto no pasa eso con el alcohol”.
“Culturalmente lo tenemos como un elemento más de la vida recreativa, dándose un uso festivo de la sustancia. La característica principal es que el consumo resulta episódico y abusivo”.
Entre 14 y 15 años
Sobre el caso conocido recientemente, Kern opinó que “la utilización de niños en las estrategias de narcomenudeo o venta de drogas es mínima con lo que pasa en comparación con otras ciudades”.
“En general se trata de situaciones muy conflictivas y de una gran vulnerabilidad en la población, cuando en grupos sociales hay una naturalización de los consumos y de prácticas de supervivencia ligadas a estos. Los niños terminan incorporándose y siendo utilizados dentro de sistemas de explotación y maltrato, de los cuales este tipo de situaciones forman parte”.
Fuentes de la justicia consultadas también confirmaron que "no es normal" tener casos de niños/delivery.
El profesional reiteró que el grupo más vulnerable es el contemplado entre los 14 y 15 años.
De todas maneras, señaló que el segmento etario con “mayores problemas relacionados con el consumo de drogas no son los niños sino los adultos emergentes”. Se trata de la franja etaria que va entre los 18 a los 30 años.
“Por cuestiones culturales ha cambiado el tiempo de duración de la adolescencia. Lo que marca el final y el comienzo de la adultez es la independencia económica y habitacional respecto de los padres y hoy, ante la situación social y económica, se prolongan esos tiempos y hay un cambio en las etapas tal como las conocíamos”, dijo el licenciado.
Dolorosa realidad
Kern mencionó también que “cuando un chico se encuentra en la situación de explotación, abuso y violencia -como puede ser la del menor de 10-, por más que no haya evidencias concretas y pareciera que el niño está actuando libremente, siempre depende de aquellas personas que lo cuidan y de quienes establecen las pautas para vivir. Siempre que vemos a un niño en estas condiciones, estamos hablando de un estado de vulneración de derechos”.
Consideró además que el contexto del Covid agravó una cantidad de situaciones de vulnerabilidad social.
“En la ciudad, el grupo más vulnerable y el que más preocupación genera en cuanto a los dispositivos de atención y contención son los niños y niñas, porque el déficit es importante por todo lo que falta por hacer. Y además por las consecuencias de la pandemia y cómo se va a ver reflejado en la pérdida de espacios de socialización y las consecuencias de estas acciones”.
Otra fuente de abordaje de casos como el del chico de 10 años consideró que se trata de “un tema con varias aristas y que demanda un trabajo integral. No es casual que haya sido elegido ese niño y no hay que verlo como un delincuente, sino como una víctima de un sistema que no acompaña y con vínculos fragmentados. Es un niño doblemente expuesto”.
La causa: a la espera de pericias telefónicas
Mientras transcurre el plazo legal para pedir la prisión preventiva del acusado, la fiscalía sigue trabajando para reunir pruebas en la causa contra un hombre acusado de vender drogas y utilizar a un pequeño para el reparto de la sustancias.
Javier Polanco Cabezas fue arrestado por la Policía a principios de agosto, en el marco de una causa que comenzó en mayo de 2019, luego de que efectivos del Comando de Patrulla lo interceptaran en la vía pública con drogas.
Si bien poco después recuperó la libertad, el análisis del teléfono celular incautado en el operativo brindó información que permitió al fiscal Mauricio Del Cero solicitar la detención a la Justicia de Garantías.
El sujeto está imputado, en principio, de comercializar estupefacientes –particularmente cocaína, marihuana y LSD – al menos entre el 3 de noviembre de 2017 y el 1 de junio de 2019, en los domicilios de Castelar al 3400 y la primera cuadra de calle Patagones.
También habría realizado maniobras de venta en la plaza Villa Mitre y en inmediaciones de una escuela.
Al momento de ser detenido, la Policía incautó otro aparato de telefonía, que también va a ser peritado.
En este sentido, voceros indicaron que el Ministerio Público podría sumar elementos a la acusación en caso de hallarse nueva información relativa al delito investigado.