Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Autopistas, claves y en el momento oportuno, de cara al futuro de Bahía

Por día ingresan unos 2 mil camiones diarios a la zona portuaria y se prevé que este proceso seguirá en aumento.

Fotos Rodrigo García y Emmanuel Briane - La Nueva
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Audionota: Romina Farías

Adrián Luciani
aluciani@lanueva.com


   La reanudación de los trabajos en dos autopistas locales dispuesta por el gobierno nacional, junto con el anuncio provincial de licitar, antes de fin de año, la construcción de una autovía en la circunvalación norte, no dejan de ser obras más que oportunas de cara a lo que se avecina en la ciudad.

   Hoy por hoy todo parece indicar que en los próximos años seguirá siendo muy importante la llegada de camiones cerealeros a las terminales portuarias bahienses como consecuencia de la inestabilidad que sufrirá el río Paraná, ahora sometido a una de las peores bajantes de los últimos 100 años.

   En tal sentido, el reconocido ingeniero climatólogo Eduardo Sierra señaló que en los próximos años habrá más bajantes que crecidas en la hidrovía y que esto responde a ciclos normales del río.

   Entonces, para dimensionar la magnitud de la coyuntura a la que se verá expuesta la ciudad hay que decir que la red de accesos viales de Bahía Blanca --deficiente y no adecuada a los tiempos que corren-, hoy ya recibe en días pico unos 2.000 camiones diarios que van hacia el puerto, sin contar los que abastecen de insumos a las industrias y al sector comercial.

   De acuerdo a información de la Bolsa de Comercio de Rosario, si se compara el ingreso de camiones con maíz al puerto local en las campañas 2019/20 y 2020/21 se advierte un incremento del 46 por ciento.

   Según la misma entidad, el número camiones ingresados pasó de 69.140 a 100.890, cuando el promedio de las últimas campañas fue de 55.672, solo para este cereal, es decir, sin contar las cargas de soja y de trigo.

   Incluso, hablando de los primeros semestres de año, mientras en 2019 se movilizaron en el puerto 135.700 unidades, ahora esa cifra trepó a 137.700.

   Si bien por un trabajo más aceitado desde el Consorcio de Gestión del Puerto durante los dos últimos años no fue muy conflictivo el paso de camiones por la ciudad, las cifras un aumento constante del tránsito pesado en los accesos, con su consiguiente deterioro y necesidad de mantenimiento y mejora.

   Como se dijo anteriormente, la reanudación de las obras en las autopistas de la ruta 33 y del Paso Urbano (Sesquicentenario – El Cholo), no pueden ser más que oportunas ante un escenario futuro donde el transporte terrestre de carga por camión, sin subestimar el importante rol que desempeña el ferroviario, seguirá siendo muy importante.

   Ambas obras habían sido iniciadas durante el anterior gobierno nacional y luego terminaron siendo abandonadas.

   El otro proyecto clave para mejorar los accesos a la ciudad fue anunciada por el gobernador Axel Kicillof, quien el pasado 7 de julio anunció que en las próximas semanas va a ser licitada la circunvalación norte, es decir, la continuación de la autovía existente entre la avenida Cabrera y La Carrindanga.

   Se trata de una obra de magnitud (dos puentes sobre el Napostá) y de enorme importancia para la ciudad ya que permitirá empalmar los tramos ya existentes, por donde hoy se mueve en dirección a la zona portuaria buena parte del tráfico de camiones que llega desde el norte, por la ruta 33.

   Seguramente, y con mucha suerte, todas estas obras demandarán al menos un par de años para estar en funcionamiento, pero al menos serán una respuesta concreta frente a las décadas de atraso en la materia.

   Al respecto resulta valedero recordar que a Bahía Blanca nada le resultó fácil en materia de obras públicas ni nada le cayó del cielo, menos en lo que hace a su infraestructura vial.

   Pese a la importancia de su puerto, estratégico para el país, cada metro cuadrado de pavimento costó horrores conseguirlo y muchas de las obras que hoy permiten alejar los camiones del centro fueron concretadas 40 años atrás.

   Por ejemplo, el Camino Parque Sesquicentenario fue ejecutado en la década del ’70. Hasta entonces, aunque hoy parezca increíble, los camiones que llegaban desde la ruta 33 debían dirigirse hacia el puerto por avenida Alem y luego calle Brasil o Perú, para luego tomar Don Bosco, avenida Colón y avenida Arias o camino a Galván.

   Por eso los más memoriosos quizás recuerden que hasta fines de los 90 en la intersección de Arias y Jorge Moore existía una gran playa de camiones improvisada.

   Incluso, toda la ruta de Circunvalación Norte, desde lo que hoy es la rotonda de Bosque Alto y la Policía Caminera, 30 años atrás no existía, salvo el tramo de la antigua ruta 3, entre el aeropuerto y la hoy avenida 14 de Julio.

   Fue al final del gobierno de Alejandro Armendáriz en la provincia (1987), cuando se licitó el sector entre avenida 14 de Julio y la zona del hoy Bosque Alto, aunque el primero se ejecutó hasta la avenida Cabrera y años después, por los costos adicionales que insumieron dos puentes sobre el Napostá, el tramo restante.

   Luego vendría la concreción de la autovía Juan Pablo II en la administración de Daniel Scioli y más tarde el tramo Carrindanga– Bosque Alto, en el gobierno de María Eugenia Vidal, ambos proyectos con dos carriles por mano y adecuados a las necesidades actuales en materia vial.

   Perdidos en el tiempo quedaron los anuncios de Eduardo Duhalde, a fines de los 90, de ampliar los accesos portuarios para acompañar las grandes inversiones del Polo Petroquímico o los de Néstor Kirchner, en 2004/05 para ejecutar la siempre postergada autopista para la unión de las rutas 3 Sur y 3 Norte, proyecto del que incluso existe una gran maqueta en la sede de Vialidad Nacional realizada más de una década atrás.

   Luego vino la última y gran decepción, la frustrada autopista hasta Monte Hermoso, en realidad ruta 3 hasta Dorrego, otra obra largamente reclamada y con mucho fundamento, que Mauricio Macri iba a hacer con el sistema de Participación Público Privado (PPP).

   Por eso la reanudación de los grandes proyectos ya mencionados y la futura circunvalación norte resultan más que oportunos, sobre todo porque se vendrán años intensos en materia de transporte de cargas.

   A esas obras habrá que esperar por otras que terminen de cerrar definitivamente el anillo de circunvalación con doble trocha, algo a lo que cualquier ciudad portuaria e industrial del tamaño de Bahía Blanca puede y debe aspirar.

Avanzan las obras en

dos autopistas fundamentales

   La obra se la 33, que incluye la ejecución de una autopista hasta el kilómetro 42 y 16 puentes (5 en zona rural y 11 en el Paso Urbano) avanza muy bien, mientras que en el resto de la traza, hasta 300 kilómetros de Bahía  Blanca, donde tiene jurisdicción el Distrito local de Vialidad Nacional, se están ejecutando distintas obras. 

   En cuanto a la autopista de Sesquicentenario – El Cholo (Paso Urbano), se trabaja con intensidad en el corrimiento de 1 gasoducto, dos acueductos y dos electroductos (todas obras de gran complejidad), mientras que en los próximos días volverá una máquina pilotera para continuar la ejecución de puentes. Más sencillo será luego la  pavimentación de toda la traza.