¿Alcanzarán nueve días de encierro para reducir los contagios en Bahía Blanca?
Más allá de la vuelta mañana a fase 2, recién en unos días se verán los resultados del confinamiento de la última semana.

Audionota: Romina Farías
Hoy se cumple el plazo determinado días atrás por el presidente Alberto Fernández, que por poco más de una semana determinaba un confinamiento estricto en casi todo el país. Casi una vuelta a fase 1, pero sin nombrarla. La intención era clara: en nueve jornadas, de las cuales apenas tres serían hábiles, la gente debía permanecer en sus hogares y solo se permitirían algunas actividades comerciales y esenciales.
Margen aparte del correcto cumplimiento de lo dispuesto por la Nación, la pregunta que circuló desde un primer momento fue si realmente esos nueve días alcanzaban para achatar una curva de contagios y fallecimientos por COVID-19 que venía en alza y prometía ser un gran dolor de cabeza cuando todavía faltan unas semanas para el comienzo del invierno.
La respuesta real a esa pregunta fue llegando en cuentagotas, a medida que se iban conociendo los números de la semana pasada y el gobierno de la Provincia anunciaba nuevas restricciones -un poco más laxas- a partir de mañana, cuando el decreto presidencial quede sin efecto: habrá que esperar.
Algunos se animaron un poco más: "cualquier medida que sirva para que la gente no circule, sirve".
El nivel de ocupación de las áreas UTI alcanzó un nivel más que preocupante en los últimos días en la ciudad.
En Bahía Blanca, al 21 de mayo, día en que el gobierno anunció el confinamiento, había confirmados ya casi 28.400 casos positivos, con un nivel de ocupación oficial de camas que oscilaba entre el 57 y el 69%, dependiendo siempre del nivel de complejidad. Los muertos ya sumaban 551.
El último viernes, día en que la Provincia anunció que la ciudad y la región (salvo algunas excepciones) estarán en fase 2 a partir de mañana, los contagiados totales superaban los 30 mil y el uso de camas tenía un mínimo del 60,4% en cuidados mínimos y de más del 82% en cuidados intensivos.
Entonces, ¿estos nueve días alcanzaron realmente para bajar la curva o habrá que esperar a mediados de semana o bien hasta el 11 de junio -fecha establecida por el decreto nacional- para hacer una lectura definitiva?
El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, fue más que claro: “Los efectos del encierro todavía no se están reflejando en los números; hay que ver qué pasará en cuatro o cinco días”, dijo el viernes.
En la conferencia del viernes, el funcionario aclaró que las estadísticas de la última semana en realidad corresponden a los días previos al decreto presidencial.
“Los números del jueves asustan -NdR: se registraron más de 41 mil infectados y 551 fallecidos en 24 horas-, pero hay que ver qué pasa en cuatro a cinco días, cuando las medidas tomadas realmente impacten en los informes”, sostuvo el ministro, quien también reconoció que existe una desaceleración de la velocidad de crecimiento de la curva, que sí crece en el interior bonaerense”.
Previo a la decisión del gobierno de la Provincia, desde el área de Salud municipal ya advertían que ni siquiera una medida por 15 días –a partir del sábado de la semana pasada- alcanzaría para ver una caída en la cantidad de positivos diarios o el uso de camas de terapia.
Las cuentas son claras: alguien se puede haber contagiado el día 19 o 20 de mayo y recién presentar síntomas el miércoles de esta semana. “Para que la medida realmente surta efecto –se indicó-, el toque de queda debería ser de 21 días”.
Pero eso, se sabe, no es posible.
Desde hace varios días, tanto desde el ámbito nacional como desde el local se escucha un argumento que mezcla seguridad y resignación en diferentes proporciones, dependiendo de quién lo diga: “hay algo que podríamos hacer en forma ideal, otra cosa que podemos hacer en forma teórica y otra que es la que realmente estamos en condiciones de realizar para que todo no se vaya a pique”.
“Cualquier medida que se pueda tomar para cortar la circulación de la gente, sirve -resaltó una alta fuente vinculada al área de Salud bonaerense-. Es esencial que se siga trabajando, y que se den habilitaciones y cierres en la medida que aumenten los contagios”.
En esto, aclaró, también cumplirá un rol fundamental el ritmo de vacunación.
Desde el sector de la salud de Bahía Blanca, se había advertido que nueve días de confinamiento no serían suficientes.
“Creemos que con la cantidad de vacunas que han llegado, y lo seguirán haciendo, disminuirá significativamente la circulación del virus. Pero esta medida de habilitar y restringir es algo que se ha hecho en todo el mundo”, manifestó.
Desde el municipio bahiense, un importante funcionario del área de Salud reconoció que todavía no es posible evaluar el impacto de las medidas de confinamiento dispuestas por el decreto 334/2021 de Alberto Fernández.
“Tenemos que esperar que se cumpla el plazo y, a partir de ahí, analizar 14 días hacia adelante. Existe una ligera tendencia a la disminución de los casos, pero tiene más que ver con la desaceleración del movimiento. Además, esta fase 2 que tuvimos -y a la que volveremos mañana- no es la misma que la del año pasado, durante el aislamiento y distanciamiento social, preventivo y obligatorio”, reconoció.
Desde los hospitales de la ciudad, ya se había advertido que nueve días de confinamiento eran muy pocos ya que no sería suficiente para frenar la ola de casos.
"Si bien es muy interesante la estrategia del confinamiento intermitente, no sé si es el momento de aplicarlo -había indicado un médico infectólogo de los principales centros de salud de la ciudad-. En pocas palabras, funciona bien como estrategia preventiva”.
En ese sentido, se había explicado que “el confinamiento debería haber sido, como mínimo, de 14 días, porque ese es el período de incubación del virus”.
Para ver un impacto real de la medida, se señaló, el período de confinamiento debería haber sido mayor, de unas tres semanas.
"Estuvimos en fase 2 dos semanas y, más allá de que no se aplicaron los controles como se debía, los casos en Bahía no sólo no bajaron, sino que aumentaron", se dijo.
Tolerancia
El secretario de Gobierno del municipio de Bahía Blanca, Adrián Jouglard, reconoció a “La Nueva.” que, “más allá de la cantidad de días, tendrá importancia el período de aislamiento que haga la sociedad”.
“Obviamente que más tiempo de cuidado es mejor, pero es cierto que la sociedad tiene poca tolerancia a tiempos prolongados de restricción; sobre todo teniendo en cuenta que nos queda mucho invierno por delante”, recalcó.
El funcionario bahiense remarcó que, a partir de ahora, la sociedad deberá acostumbrarse a lo que un ingeniero español definió como “el martillo y la danza” al principio de la pandemia: momentos de aislamiento muy cerrado y otros en los que la gente podrá interactuar, pero con medidas de protección.
“Lamentablemente, Argentina va quedando a la cola respecto de lo que ocurre con esta enfermedad. Cuando muchos países ya se están poniendo en marcha, aquí no ocurrió lo mismo y muchos sectores se vieron perjudicados económicamente. La asistencia económica tampoco es la misma que en otros lugares del planeta y eso pone a la gente frente a la decisión de elegir su propia supervivencia económica o el control de la enfermedad”, manifestó.
Uno de cada cuatro
Como informó "La Nueva.", el mes de mayo está culminando con un promedio de 599 contagios diarios y casi 11 muertes por jornada en Bahía Blanca y la zona, siendo este el mes con los peores registros desde el inicio de la pandemia.
Las cifras son tan concluyentes que, haciendo un cálculo rápido, se puede decir que el 25% de los casos detectados desde marzo del año pasado, ocurrieron durante este mes.
El aumento de víctimas fatales del virus del COVID-19 también fue vertiginoso. Durante mayo el porcentaje fue aproximadamente de un 63% más que el mes anterior y un 55% por encima de lo ocurrido en octubre de 2020, que hasta ahora había sido el período con mayor cantidad de decesos.
Maurizi: "Cualquier medida que frene la circulación es buena"
El infectólogo Diego Maurizi reconoció a “La Nueva.” que, en estos momentos, cualquier medida que frene la circulación de la gente es buena.
“Tenemos que pensar entre lo ideal y lo posible: lo ideal, según el períodos de incubación, sería un confinamiento de entre dos y tres semanas, pero lo posible es buscar una solución aceptada por todos, que pueda tener un buen consenso”, manifestó.
En ese sentido, advirtió que la cantidad de casos activos y la saturación del sistema de salud en la ciudad son muy elevados.
“La gente tiene que entender el momento serio que atravesamos. Estamos teniendo gente muy joven enferma y algunos están falleciendo; eso tiene que llevar a que la gente entienda lo perjudiciales que son las reuniones familiares y sociales, y que los jóvenes comprendan que pueden ser vehículos de la enfermedad o padecerla”, sostuvo.
“Es decir, si en estos nueve días pudimos reflexionar con nuestra familia respecto de las medidas de cuidado, y eso nos lleva a que podamos mantener normas adecuadas e inteligentes de distanciamiento, quiere decir que de algo sirvió el encierro”, manifestó.
Maurizi aclaró que es necesario que tanto como la población como el estado lleguen a un acuerdo, por el cual la gente se adecue a las normativas de distanciamiento de manejo inteligente de las medidas de protección y desde el gobierno se brinde la posibilidad de que los vecinos puedan testearse rápidamente.
“Debemos aceptar que todos hemos cometido errores. El gran compromiso pasa por controlar la aplicación de las medidas como se estuvo haciendo en estos nueve días”, dijo.
“El confinamiento, cuarentenas o fase 1 son medidas que hay que tomar en momentos de extrema necesidad. En Bahía Blanca se intentó ir a fase 3 hace algunas semanas, pero claramente los números fueron por el lado contrario, y por eso hubo que bajar a fase 1 en todo el país”, concluyó.
Qué había dicho Alberto Fernández
Al momento de anunciar el confinamiento que finaliza esta noche, Alberto Fernández manifestó que Argentina “está viviendo el peor momento desde que comenzó la pandemia" y pidió asumir la gravedad de la situación, “más allá de lo que cada uno piense, sin sacar ventajas sino unidos”.
"No se cumplieron todas las medidas que hemos dispuesto; en algunos lugares se implementaron de manera tardía, y en muchos los controles se relajaron, fueron leves o no existieron", manifestó.
“La situación es muy grave. Hay un aumento en la demanda de camas y respiradores, situación que no se resuelve si no se restringen el contagio y la circulación”, dijo en ese momento el presidente Alberto Fernández.