Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El plan oficial que refleja los temores de Alberto

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

NA y Archivo La Nueva.

   Desde su reclusión obligada por haber contraído Covid la semana pasada, el presidente Alberto Fernández transmitió a sus colaboradores directos su alta preocupación por el avance de los casos de coronavirus y el incremento en localidades con alto riesgo de contagios en buena parte del país.

   De allí que voceros habituales del primer mandatario que se comunican ahora mediante Zoom a raíz del aislamiento estricto ordenado por los médicos, que Alberto cumple en la Casa de Huéspedes de Olivos, dijeron hoy que la posición que fijo Carla Vizzotti en la conferencia de prensa de esta mañana refleja “exactamente” lo que pidió el presidente en aquellas conversaciones del último fin de semana.

   “Yo quisiera tres semanas, necesitamos tres semanas a full, donde cerremos todo lo que haya que cerrar pro sin afectar la economía ni la vida ciudadana”, dicen cerca del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que fue lo que le dijo el presidente en una de las tantas conexiones que mantuvieron entre sábado y domingo.

   La ministra de Salud dijo esta mañana casi con las mismas palabras lo que había pedido el presidente en aquellas conversaciones: tres semanas de restricciones localizadas como la principal herramienta para combatir la segunda ola del Covid. Es decir que se hará lo que el presidente pidió teniendo en cuenta que según buena parte del gabinete, empezando por el ministro de Economía, Martín Guzmán, a estas alturas un cierre de la economía al estilo de lo que ocurrió durante la primera ola el año pasado ”no es una opción”.

   También es cierto, reflejan voceros gubernamentales que conocen la entretela de esas decisiones, que el presidente terminó parado en el medio de la dureza que le reclamaban desde la provincia de Buenos Aires, y la implementación de una cuarentena “light”, casi sin cambios salvo el tema de la nocturnidad que ya nadie parece discutir, que plantean en la Ciudad Autónoma.

   Alberto sabía durante el fin de semana mientras analizaba los pasos a seguir con Cafiero y el resto del equipo de la posición de máxima esgrimida por el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, y de su segundo, Nicolás Kreplak, de ir a una cuarentana dura, estilo Fase 3 de las aplicadas durante 2020, que implicaba cierre de hoteles, bares, restaurantes y algunos comercios puntuales durante las horas nocturnas.

   También escuchó de boca de Horacio Rodríguez Larreta en el zoom que compartieron el domingo por la tarde de los planes de la Ciudad, muchos menos perceptibles que los que proponían los funcionarios de Axel Kicillof. En resumen, en el distrito porteño pretenden que todo siga casi igual, salvo el tema de la nocturnidad, que supondría restringir la circulación entre la medianoche y las 6 del día siguiente, pero sin afectar los horarios permitidos para bares y restaurantes.

   El presidente, en líneas generales, se paró a mitad de camino entre una posición y la otra, y dejó bien sentado de movida que no habrá ni cierre de comercios ni suspensión de las clases presenciales, dos temas sobre los que ya le han advertido que la sociedad no soportaría una marcha atrás.

   Vizzotti esgrimió en la conferencia de prensa otro de los aspectos que Alberto le había planteado en la reunión que mantuvieron el domingo junto a Cafiero, y que luego se trasladó al encuentro tripartito entre Nación, Provincia y Ciudad del lunes: que esas tres semanas con “durezas focalizadas” que se aplicaría es tiempo suficiente para que el gobierno pueda vacunar a casi toda la población de riesgo, que son los mayores de 60 años y los que más peligro tienen de morir si contraen el virus sin haber recibido al menos la primera dosis.

   El presidente, cabe recordar, mostró aquella fuerte preocupación luego de leer el domingo un informe sobre los casos de alto riesgo de contagio que le acercaron Cafiero y Vizzotti: otra vez las zonas más críticas y las que habrá que cerrar según modalidades están en AMBA, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. O sea los centros urbanos más poblados. Solo en la provincia de Buenos Aires hay 43 departamentos “en situación alarmante”.