¿Las clases presenciales influyeron en el aumento de casos de coronavirus?
Desde el sector educativo aseguraron que no se han dado contagios en las escuelas. Por ahora, en la zona se mantienen.
Fue la novela de la semana a nivel local, provincial y nacional. Comenzó con un firme “las clases presenciales no se tocan”, siguió con unos cada vez menos tibios reclamos por parte de los gremios docentes, siguiendo por los desacuerdos -léase cortocircuitos, cruces políticos, informaciones cruzadas- entre el presidente y su gabinete, y ¿terminó? con la decisión de suspender la actividad escolar en los establecimientos educativos por las próximas semanas, al menos en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, avalada por el gobierno bonaerense.
A Bahía Blanca y la zona no las afectaría la medida, por lo menos en lo inmediato. Sin embargo, desde la Provincia fueron claros: lo que ocurra en el interior se irá decidiendo de acuerdo al potencial incremento de los casos. Esta determinación fue ratificada a “La Nueva.” por las autoridades educativas locales que, de cualquier modo, volvieron a aclarar que en las escuelas de la ciudad y la región no se dio ningún caso positivo de Coronavirus desde la vuelta a la presencialidad.
La única posibilidad, entonces, era que ante el fuerte incremento de los contagios y la saturación de camas de terapia intensiva y sector Covid en los hospitales, se decidiera un retroceso de fase del municipio bahiense, una posibilidad que fue rápidamente descartada de plano por el Ejecutivo: “Hasta el martes, seguimos en Fase 4”, se anunció. Lo mismo ocurrió en los restantes distritos del Sudoeste Bonaerense.
Desde el vamos, tanto en Bahía Blanca como en la región, la cuestión tuvo dos aristas bien diferenciadas, aunque de antemano se aclaraba que lo sanitario iba a terminar prevaleciendo por sobre lo educativo: mientras desde las escuelas se destacaba lo bueno que había sido el regreso a la presencialidad, junto al hecho de que no se había registrado ningún caso de coronavirus dentro de los establecimientos, por el otro el número de positivos se disparaba a niveles inusitados, superando por lejos a los registrados en octubre del año pasado.
En cambio, en las escuelas los números eran (son) por demás positivos y acompañaban la posición de los educadores. A modo de ejemplo, a mediados de semana solo entre el 4 y 5 por ciento de las burbujas de Bahía y la zona tenían activados sus protocolos sanitarios, y en todos los casos por cuestiones externas. Es decir, los casos se habían dado por contactos estrechos de algún familiar de alumno o de un docente. Ninguno de esos contagios se habían dado en el seno de los establecimientos escolares.
En medio de todo esto, los sindicatos docentes comenzaron a mostrar sus cartas: desde el Centro de Educadores bahiense pidieron la toma de “medidas temporales”, por no más de 15 días, esperando que el número de contagios baje; algo similar había solicitado Suteba días antes, al señalar que “para evitar la propagación del virus”, era necesario que “el gobierno suspenda las actividades presenciales” y facilite los recursos necesarios para sostener la educación a distancia.
El presidente Alberto Fernández cuestionó los aglomeramientos de padres que se dan en el ingreso a los establecimientos y dijo que los chicos "intercambiaban barbijos".
En la otra vereda, y después del mensaje de Alberto Fernández, desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la provincia de Buenos Aires se solicitó que el gobierno bonaerense “revea la adhesión a la medida nacional” que suspende las clases hasta el 30 de abril. “Desde que se iniciaron las clases presenciales, las estadísticas oficiales indican que la escuela no es un foco de contagio”, se indicó.
Pese a todo y cuando aún se esperaban los anuncios del gobernador Axel Kicillof y la confirmación local, en algunas escuelas de Bahía Blanca ya habían pedido a sus docentes que las clases del último viernes se hicieran en formato virtual. El hecho afirmado y confirmado de que en los establecimientos educativos de la ciudad y la zona no se había producido ningún caso positivo de Covid-19 y que cada burbuja que debió aislarse se debió a casos externos o propios de los hogares de los alumnos, terminó perdiéndose en una maraña de declaraciones cruzadas, desmentidas, llamados a marchas de protesta y juego político.
La discusión no quedó ahí. Hubo declaraciones y pedidos por las redes sociales de usuarios de la ciudad y la región, criticando la medida y solidarizándose con padres y alumnos del AMBA que por dos semanas no podrán concurrir a las escuelas.
Desde la zona, el intendente del municipio de Puan, Facundo Castelli (JxC), ya se había mostrado en desacuerdo con la posibilidad de cerrar nuevamente las escuelas. Los motivos argumentados tenían que ver con algo simple: en las ciudades pequeñas de la zona, a diferencia de Bahía o del AMBA, normalmente los chicos van solos a la escuelas, ya sea caminando o en bicicleta. Es decir, no hay aglomeración ni (generalmente) uso del transporte público.
Esta posición se veía reforzada desde la provincia de Río Negro donde, más allá de la orden presidencial, se decidió continuar adelante con las clases presenciales.
“Seguimos un protocolo sanitario que nos está permitiendo seguir dando clases en las instituciones escolares. En principio, no va a haber ningún tipo de restricciones más que las establecidas en el propio protocolo, que es la alternancia entre la presencialidad y la no presencialidad”, se dijo desde el gobierno.
A mediados de semana solo el 4,5% de las burbujas de Bahía y la zona tenían activados sus protocolos sanitarios.
La pregunta que dejó todo esto es, entonces: ¿el problema son las clases presenciales, la aglomeración que se da en el ingreso en las escuelas -como dijo el presidente-, los chicos que no respetan los protocolos o la cuestión es otra?
Para la jefa distrital de Educación, Julieta Conti, la realidad demuestra que el balance de vuelta a clases en Bahía Blanca y la región ha sido “muy positivo”, a pesar de los temores previos que existían.
“Hemos debido extremar los cuidados, pero el habernos reencontrado con los alumnos fue altamente satisfactorio, más allá de que sea semana por medio y no todos los días, e incluso con algunas frecuencias más esporádicas en algunos establecimientos”, señaló.
"Los casos que activan el protocolo sanitario en las burbujas son muy pocos, y siempre por contactos en las familias", se indicó.
En ese sentido, remarcó que la cuestión epidemiológica-sanitaria no se ha visto complicada por la presencialidad en las escuelas, sino que en realidad se está ante un escenario pandémico a nivel mundial.
“Vemos que los casos que activan el protocolo sanitario en las burbujas son muy pocos, y siempre por contactos en las familias. Hay que tenerlo en claro y es lo que se está diciendo a nivel gubernamental: la presencialidad no empeoró la situación sanitaria”, afirmó.
En ese sentido, reconoció que la única razón de suspender las clases presenciales sería un cierre temporal de todas las actividades.
“Suspender solo las clases no serviría de nada”, dijo.
Conti destacó que, a mediados de semana en Bahía Blanca, de 3.232 burbujas activas, solo 145 estaban inactivas por cuestiones sanitarias; es decir, un porcentaje que no alcanza el 4,5%.
“Hemos visto en los chicos una capacidad admirable de adaptación y una toma de conciencia respecto de la situación que estamos viviendo. Son los que menos se contagian y los menos afectados”, aseguró.
Al respecto, continuó diciendo que, desde un primer momento, los alumnos estaban entusiasmados con el regreso a la escuela.
“Más allá de lo pedagógico, social y la convivencia con sus pares, que permite que el aprendizaje se pueda llevar a cabo de mejor manera, respetan el protocolo, no se dan besos y usan barbijos. Claramente, para ellos el año pasado fue una bisagra, saben de la importancia de la presencialidad y se cuidan”, explicó.
Además, resaltó que los números no son alarmantes para el sector educativo.
“Cuando elevamos los reportes de cada una de las escuelas, vemos que no tenemos un porcentaje alto de casos confirmados, aunque también somos conscientes de que no podemos permanecer ajenos a lo que está ocurriendo en el resto de las actividades y del país”, sostuvo.
Por último reconoció que se está muy lejos de considerar la posibilidad de regresar en una presencialidad total en los establecimientos educativos.
“Todavía no podemos pensar en eso. No estamos en condiciones de tener muchas personas juntas en un mismo ámbito, sobre todo por el recrudecimiento de los casos a nivel general”, concluyó.
Aseguran que las escuelas no son focos de contagio
"Los números de burbujas que han debido aislarse en la zona por posibles casos de Coronavirus no son alarmantes”, manifestó a "La Nueva." una alta fuente educativa, quien también remarcó que en todas las escuelas se respeta a rajatabla el protocolo sanitario.
“Está demostrado que las escuelas no son focos de contagio, porque no ha habido brotes. Sí hay casos y grupos aislados, pero ninguno se dio en un establecimiento educativo”, remarcó.
Además, informó que en muchas escuelas de la zona, sobre todas las pertenecientes a ámbitos rurales, la presencialidad es del 100%, todos los días y todas las semanas.
“Repito: esta clarísimo que los establecimientos educativos no son focos de contagio y los mismos gremios lo dicen. El tema es la circulación: a mayor presencialidad, hay más circulación de gente. Pero hoy por hoy los números que manejamos no son de alta peligrosidad”, resaltó.
Además, desde el área de Educación manifestaron que el balance de este mes y medio de regreso a la escuelas ha sido positivo.
“Los chicos llegaron con necesidad de contacto con el docente, ante la alegría de padres y maestros. Por supuesto que hay algunos casos en que, por temor, siguen asistiendo a clases desde la virtualidad, pero ha quedado demostrado que el encuentro presencial es insustituible”, se explicó desde el área de Educación.
Además, la fuente consultada confió que en el Sudoeste Bonaerense podría continuarse dictando clases con el formato presencial, como se está llevando a cabo hasta el momento.
“En este contexto no se ve una situación que haga pensar algo distinto. Pero si analizamos lo que está pasando en el ámbito sanitario, podría ocurrir. Por supuesto, esto escapa a la gestión propia de educación, ya que la prioridad la tiene el sector de la salud y la decisión no queda en nuestras manos”, indicó.
Por ahora, las restricciones siguen siendo las mismas
Por el momento, mientras no se produzca un descenso en la fase sanitaria, en la mayoría de los distritos de la región, las medidas restrictivas son las que se venían aplicando en los últimos días.
Es decir, el cierre de los comercios gastronómicos a las 23; la prohibición de circulación en horas de la madrugada, entre las 0 y las 6 —con excepción del personal esencial, que deberá tener el permiso correspondiente—; la suspensión de reuniones sociales y familaires en domicilios particulares, además de encuentros grupales de más de 20 personas en espacios abiertos, además de la prohibición de realizar actividades y deportes amateurs y grupales con la participación de más de 10 personas.